Nuevo escándalo: Vizzotti permitió visitas a internados por Covid-19 cuando estaba prohibido

Así lo reveló la titular de la Liga Argentina de Protección al Diabético. Dijo que la actual ministra de Salud la ayudó para ver a su marido antes de que muriera, en la época del aislamiento.

Vizzotti permitió visitas a internados por Covid-19 cuando estaba prohibido -  Foto archivo Federico López Claro
Vizzotti permitió visitas a internados por Covid-19 cuando estaba prohibido - Foto archivo Federico López Claro

Si el vacunatorio VIP de quien fuera ministro de Salud, Ginés González García, y la fiesta en Olivos del presidente Alberto Fernández y su pareja Fabiola Yáñez no fueron suficientes, ahora se reveló que la actual ministra de Salud, Carla Vizzotti, permitió visitas discrecionales a internados por Covid-19 durante los períodos de aislamiento cuando por decreto estaba prohibido.

La novedad surgió en lo que parecía un marco celebratorio con militancia oficialista en el Centro Cultural Kirchner (CCK) el miércoles pasado. Vizzotti protagonizó un encuentro con médicos, científicos y miembros de la sociedad civil para hacer un balance público de su gestión.

Tras una presentación inicial de la titular de la cartera de Salud, hubo una segunda parte con intervenciones de miembros del Foro de Sociedad Científicas Argentinas, de Organizaciones de la Sociedad Civil y de universidades. Entonces salió a la luz un dato incómodo para el Gobierno.

Sylvia Brunoldi, titular de la Liga Argentina de Protección al Diabético (Lapdi), reveló que Carla Vizzotti permitió visitas discrecionales a pacientes de Covid-19 cuando estaba prohibido. / Télam
Sylvia Brunoldi, titular de la Liga Argentina de Protección al Diabético (Lapdi), reveló que Carla Vizzotti permitió visitas discrecionales a pacientes de Covid-19 cuando estaba prohibido. / Télam

Sylvia Brunoldi, titular de la Liga Argentina de Protección al Diabético (LAPDI), perdió a su marido, infectado de Covid-19, el 24 de agosto de 2020. El hombre pasó 30 días internado y ella pudo visitarlo antes de que muriera. Pero en ese momento, el derecho estaba vedado por decisión de Alberto Fernández.

Unos días más tarde, el 7 de septiembre, cuando el decreto que revirtió esa limitación ya se había firmado, la mujer participó del reporte sobre la situación del Covid que hacía a diario el Ministerio de Salud. Allí contó su dolor y pidió solidaridad y colaboración para continuar con el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO).

En esa aparición también les pidió a “las autoridades y al personal de salud” que se adhirieran “a las visitas a pacientes Covid-19 en sus últimos días. No es necesario que les explique lo doloroso y lo triste que es vivir la experiencia de la muerte en soledad. Faciliten la llegada a tiempo”, rogó por entonces la mujer.

Lo que por entonces no trascendió fue el trato discrecional con algunos casos de familiares que pudieron ver a los internados pese a la restricción vigente. En el encuentro público de esta semana con Vizzotti, Brunoldi tomó el micrófono para expresar su gratitud a la funcionaria, que en aquella época era Secretaria de Acceso a la Salud, con Ginés González García todavía a cargo del ministerio.

Ginés González García, Carla Vizzotti y Alberto Fernández (Presidencia)
Ginés González García, Carla Vizzotti y Alberto Fernández (Presidencia)

“Quiero agradecer a Carla, que gracias a ella pude despedir a mi esposo, y luego el decreto que permitió que las personas pudiéramos despedir a nuestros familiares en los últimos días. No quiero imaginar lo que hubiera sido la pandemia sin un Ministerio de Salud, con sólo una secretaría como era”, afirmó Brunoldi en la charla del CCK. Cuando su marido murió, todavía faltaba una semana para que se publicara el decreto que relajaba la prohibición de las visitas.

Curiosamente en aquellos días se conoció una historia de gran impacto social: el de un padre impedido de viajar de Neuquén a Córdoba para visitar a su hija, Solange Musse, enferma terminal de cáncer. La joven de 35 años murió el 21 de agosto de 2020.

A los pocos días, y en medio de una profunda desazón del pueblo, el 31 de agosto se conoció el decreto 714/2020, que entre otras cosas decía: “Deberá autorizarse el acompañamiento durante la internación, en sus últimos días de vida, de los pacientes con diagnóstico confirmado de Covid-19 o de cualquier enfermedad o padecimiento”. Además, la norma disponía de un protocolo con exhaustivas medidas de protección para que esa situación se transitara de la manera más segura posible.

Contactada por Clarín, la titular de Lapdi dijo que ella no la conocía a Vizzotti, pero que la ahora ministra había tomado conocimiento de su caso a partir de un encuentro por Zoom del mismo foro que se reunió este miércoles. “Me mandó un mensaje por privado para preguntarme en qué sanatorio estaba internado mi marido. Le conté que era el Anchorena y entiendo que ella intercedió para que pudiera verlo. Cuando mi hija llamó para que le dieran el parte diario le dijeron que podía ir a visitarlo”, recordó.

Además, Brunoldi agregó que cuando concurrió vio que ella no era la única, sino que “había otros familiares con más pacientes” y que a partir de ese día pudo ir varias veces.

Qué dijo el Gobierno sobre las visitas discrecionales cuando estaba prohibido

“En realidad, el Ministerio no hizo ni hace autorizaciones de visitas. El 30 de agosto de 2020, luego de escuchar y atender los pedidos de muchos familiares, se oficializó mediante el decreto 714/2020, algo que ya se estaba dando de hecho en muchas instituciones y jurisdicciones: el acompañamiento familiar durante la internación de pacientes durante sus últimos días de vida”, dijeron.

“Cada institución, a través de sus autoridades, analizando cada caso particular, otorgaba autorización y generaba el protocolo”, agregaron y explicaron que el motivo de la restricción de visitas en su momento había sido la escasez, a nivel mundial, de equipo de protección personal, el cual se priorizaba para el personal de salud. Para mediados de 2020, esa situación ya se había resuelto”, sumaron.

Sin embargo, la realidad parecía mostrar otra cosa. Una alta fuente del sector privado de salud, con vínculos en sanatorios y clínicas, contó que antes del decreto publicado el 31 de agosto “nadie podía visitar a un familiar internado. Era para preservar a los equipos de salud de estar en contacto con gente que viniera de afuera sin saber que podía estar contagiada. El recurso humano era escaso y no podíamos darnos el lujo de exponerlo de esa manera”.

Desde el Sanatorio Anchorena, en tanto, no hubo respuesta sobre el escandaloso caso que se conoce tres años después.

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