¿MendoExit?: los límites constitucionales a los reclamos de autonomía mendocina

La separación del Estado federal no está estipulada en la Constitución nacional. Aún así, existen alternativas para que Mendoza logre “soltar amarras” del centralismo de la Argentina.

Rodolfo Suarez en conferencia con el presidente Alberto Fernandez
Rodolfo Suarez en conferencia con el presidente Alberto Fernandez

El “MendoExit” es un movimiento que nació en 2016 en las redes sociales como una forma de reivindicar las valores de la provincia y manifestarse en contra de las arbitrariedades de la Nación.

Pero más allá de lo discursivo, ¿puede en realidad la provincia “independizarse”? ¿Qué dice la Constitución Nacional? La respuesta por parte de los constitucionalistas es unánime: “La separación del Estado federal no es viable en términos constitucionales”

“La secesión puede dar en una confederación donde los estados soberanos deciden, a través de un pacto, crear el estado confederal y se reservan los derechos a separarse y declarar nulas decisiones de la confederación”, explica Gabriela Ábalos.

“En un estado federal los estados o las provincias autónomas, a través de la Constitución Nacional, reconocen la supremacía de las leyes nacionales y no tienen derecho de secesión o nulificación. No pueden separarse porque el principio general es la unión a partir del respeto por las diversidades locales”, agregó la magistrada mendocina.

De hecho, esta situación es reconocida por Mendoza en su carta magna. “La Provincia de Mendoza es parte integrante e inseparable de la Nación Argentina y la Constitución Nacional es su Ley Suprema”, dice el artículo 1 que pone punto final al debate de secesión.

En el mismo sentido se expresa el exministro de la Suprema Corte Alejandro Pérez Hualde: “Las unidades autónomas (provincias) que formaron la Nación Argentina hicieron una federación y en la federación no existe el derecho de secesión. La federación es una unidad indestructible y así lo ha dicho muchas veces la Corte Suprema de Justicia de la Nación”.

El experto asegura que además hay una historia común desde la época del Virreinato del Río de La Plata. “Hay una tradición histórica que muchos estudiosos marcan como la constitución histórica del país. En Cuyo se armó el ejército y en esa gesta también puso recursos Buenos Aires”, aclara Pérez Hualde.

Y también rescata el aspecto sociológico: “Los mendocinos nunca nos hemos sentido más que los argentinos o distintos. Nos sentimos argentinos. Siempre vivenciamos todo como argentinos. Nuestros representantes fueron a la Asamblea del año 1813 y a la declaración de la Independencia en 1816”, recuerda.

La coparticipación

El debate del Mendo Exit puso sobre la mesa el criterio de reparto de la recaudación de impuestos que hace la Nación. Sobre este tema, Ábalos explica que desde la reforma de 1994 la Constitución plantea una ley de convenio de coparticipación federal, es decir, un mecanismo de concertación y acuerdo que se estructura sobre la base de acuerdos previos entre la Nación, las 23 provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Los 25 actores se sientan y evalúan perspectivas, criterios, objetivos, funciones, servicios que va a brindar cada uno y cuánto aporta cada uno. “En un país federal hay una gran diversidad y hay criterios que pasan por la solidaridad para lograr un equilibrio entre las provincias. Pero hay algo grave que tiene que ver con el control del gasto público. Porque hay muchas provincias cuyos presupuestos provinciales se nutren en su mayor parte de la coparticipación nacional y destinan un altísimo porcentaje al empleo público”, comenta la jurista.

“Además, en muchas de esas provincias se dan los personalismos y si esto lo sumamos a las reelecciones de los gobernadores y/o de las presidentes, vivimos en un régimen que es aparentemente federal, pero que tiene mucho más de unitario”, agrega.

Para salvar este problema, Ábalos propone una nueva interpretación del convenio de coparticipación federal. “Todo comienza con los acuerdos previos entre la Nación, CABA y las provincias. Después, el proyecto de ley convenio ingresa a Senadores y ahí se exige una mayoría absoluta para su aprobación (más de la mitad de la cámara). En Diputados también se exige la misma mayoría y luego la Constitución tiene previsto que sea aprobado por los 25 sujetos impidiendo reglamentaciones unilaterales de cualquiera de las partes”, explica.

Para superar la interpretación de unanimidad en los acuerdos y la última etapa, la constitucionalista propone que en todo el proceso se exija la misma mayoría que en el Congreso: “Si la Constitución exige en Diputados y Senadores una mayoría absoluta, esa misma mayoría se puede pedir para los acuerdos previos de los proyectos antes de que ingrese al Congreso. Y también podría argumentarse esta misma mayoría para el momento posterior de la sanción, cuando tenga que ser aprobada por las provincias y la CABA”.

“En las tres etapas se debería exigir la mitad más uno. Como hay 25 actores, la mitad más uno supondría 13 sujetos que podrían movilizar una ley convenio de coparticipación en los términos constitucionales”, añade.

Entonces, si Mendoza junto a otras 12 provincias proponen una nueva forma de coparticipación, se podría aprobar sin problemas y salvar todas las inequidades que reclama nuestra provincia.

El centralismo

Más allá de las limitaciones jurídicas de una independencia, el debate público que se instaló resaltó posibles diferencias entre la Nación y Mendoza. “Nos sentimos tan argentinos como cualquiera. Pero hay un Estado Nacional que ataca a muchas provincias, muchas provincias productivas de la Argentina y al sector productivo en general”, dijo el exgobernador Alfredo Cornejo la última semana a medios de Buenos Aires.

Y en esta cuestión del centralismo, Pérez Hualde coincide con el presidente de la UCR. “El concepto central del federalismo es la unidad entre provincias chicas, grandes, pobres, ricas, pobladas y despobladas. Pero una cosa es la solidaridad y otra es haber entregado a través de distintos instrumentos cada vez más poderes al centralismo. Las provincias no tienen una vocación arraigada de querer ser autónomas”, indicó el ex magistrado.

Y puso como ejemplo el Impuesto al Valor Agregado. Las provincias son concurrentes a la Nación, es decir, Mendoza podría cobrar el IVA. Pero es casi imposible ya que la Nación recauda el 21% -porcentaje al que se llegó en el gobierno de Menem- y no deja margen para que las provincias cobren.

En el plano de las suposiciones, Pérez Hualde piensa en las provincias que podrían independizarse: Buenos Aires -sería una potencia-, Mendoza, Córdoba y Santa Fe. “Las otras 20 sacan más de lo que aportan”, dice.

Para contrarrestar la fuerza de Buenos Aires, que concentra el poder económico-político y el 48% de la población, el ex supremo opina que Mendoza debería aliarse con otras provincias centrales y sumar a Tucumán y Neuquén para armar equipos y de esa forma defender las autonomías provinciales. “La autonomía requiere disciplina y no replicar lo que hace la Nación con los departamentos y con los distritos. Porque culturalmente es muy difícil hacer un país plural”, indica.

Y cierra: “Yo creo en el federalismo de concertación de Pedro Frías, en el que todos nos tenemos que poner de acuerdo”.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA