Con la foto del abrazo a Daniel Scioli, el ministro de Economía selló el apoyo del embajador de Brasil a la “fórmula de consenso”, Massa-Rossi, que competirá contra el binomio Juan Grabois-Paula Abal Medina, en la interna de Unión por la Patria. La reunión entre Massa y Scioli ocurrió este mediodía, y había sido anunciada ayer por Cristina Kirchner, tras haberlos recibido, por separado, en su despacho del Senado de la Nación.
Scioli llegó pasadas las doce al edificio del Ministerio de Economía. Massa bajó desde el quinto piso para abrazar en la explanada a quien hasta el viernes pasado a la tarde estaba anotado en la carrera presidencial. Estuvieron una hora y cuarto reunidos.
Un rato después, Massa contó a través de su cuenta de Twitter que en la reunión se habló de “potenciar las relaciones” con Brasil, además de analizar “el fortalecimiento de los mecanismos para la exportación de bienes brasileños, en la exportación de energía eléctrica argentina y en el financiamiento de insumos para la construcción de la segunda etapa del Gasoducto Néstor Kirchner, que permitirá vender el gas de Vaca Muerta a la región”. Sin embargo, en estos momentos electorales, lo importante pasó por otro lado.
Con la foto del abrazo, Massa cerró las heridas con quien compitió, por espacios políticos distintos, en 2015 por la candidatura presidencial que ganó Macri. En 2013, cuando Massa rompió con el peronismo kirchnerista para fundar el Frente Renovador, buscó sin éxito sumar a Scioli, por entonces gobernador bonaerense. Scioli se mantuvo leal, y quedaron distanciados. “Gracias Daniel por comprometerte y trabajar por la unidad”, dijo hoy el Ministro de Economía en Twitter.
La semana de “Massa candidato presidencial” empezó con una aparición al lado de Cristina Kirchner. En ese acto la vicepresidenta contó detalles de la negociación de la fórmula que terminó por alinear a los gobernadores, los intendentes bonaerenses, la CGT, La Cámpora, y el presidente Alberto Fernández.
El martes el ministro se presentó como candidato ante la cámara que reúne a las empresas constructoras, la mayoría contratistas del Estado. Allí prometió inversión pública para obras de infraestructura y definió que el próximo presidente deberá “pagar la deuda para sacarse de encima al FMI y no volver más”.
Ayer Massa combinó anuncios de gestión (financiamiento de la CAF para el “Gasoducto Reversal Norte”, y otros fondos del BID y del Banco Mundial para obras de infraestructura federal ), con reunión de gabinete presidida por Alberto Fernández, con reuniones de trabajo con los gobernadores Ziliotto (La Pampa) y Bordet (Entre Ríos), más rosca política: antes de visitar Scioli a la Vicepresidenta en el Senado, en el mismo despacho compartieron una reunión Massa, Máximo Kirchner, Wado de Pedro y Axel Kicillof.
Mensaje al campo
Después de la reunión con Scioli, Massa viajó al interior bonaerense, San Andrés de Giles, donde se inauguró la primera planta de producción en la región de aceite de soja verde, elaborado 100% con energía solar. Massa valoró a la Pyme Rumará. Habló de ejemplo de “agregar valor para generar dólares”.
“Esta PyME familiar, que eligió el camino de la sustentabilidad y del cuidado del medioambiente, generará empleo de calidad y valor agregado a través de la tecnología. Será también líder en la región al multiplicar el valor de su producción y empezar a exportar”, dijo Massa, en la localidad ubicada a 110 kilómetros de CABA.
Fue la primera actividad como candidato presidencial “en territorio rural”. El agro es un sector que mira con recelo el peronismo kirchnerista y Massa deberá esforzarse por restaurar la confianza como representante de Unión por la Patria.
“Empresas como esta, que crecen, se desarrollan e invierten en la Argentina, son el ejemplo de que la unidad del campo con la industria y el trabajo conjunto del sector público con el sector privado, son el único camino posible para poner a nuestra patria de pie”, dijo Massa en su mensaje al campo como competidor en las PASO del 13 de Agosto.
El secretario de Industria, José Ignacio de Mendiguren, acompañó a Massa. Dijo que la nueva planta implica “industrializar la ruralidad, ponerle un segundo piso al campo, terminar con las restricciones externas para siempre y con un proceso primarización que nos condena a la pobreza y la falta de desarrollo”.
De Mendiguren dejó algunos números: “Lo más interesante es que la soja de 500 dólares la vamos a transformar en un producto de 1600 dólares”, señaló como ejemplo de agregado de valor.
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