Malvinas: la polémica en torno a la supuesta idea inglesa de bombardear Córdoba

Hay testimonios que abonan esa posibilidad de un ataque nuclear británico al centro del país. La hipótesis sigue siendo relativizada por estudiosos del conflicto bélico. La presencia de armas nucleares en el Atlántico Sur fue admitida por Gran Bretaña en 2003.

Vista aérea nocturna de la ciudad de Córdoba desde la torre Ángela. (José Gabriel Hernández)
Vista aérea nocturna de la ciudad de Córdoba desde la torre Ángela. (José Gabriel Hernández)

La revelación surgió en 2005 en una biografía sobre el expresidente de Francia Francois Miterrand. Volvió a reflotarse con la difusión de una carta que apareció hace un tiempo. Pero estudiosos de la guerra de Malvinas la siguen poniendo en dudas.

Córdoba pudo ser objeto de un ataque nuclear durante el conflicto de 1982, según lo que dijo en su momento el psicoanalista de Mitterrand y lo que reveló una carta de 1984 que fue abierta recién hace pocos meses. Ningún informe serio avala de manera contundente que la posibilidad haya sido objeto de análisis.

En noviembre de 2005, Alí Magoudi, terapeuta del expresidente de Francia, publicó “Rendez Vous: El psicoanálisis de François Mitterrand”.

“Perdón. Tuve una diferencia de opinión a arreglar con la Dama de Hierro. Qué mujer imposible esa Thatcher”, narra Magoudi, sobre una sesión del 7 de mayo de 1982.

Sigue contando, citando a Mitterrand, que la primera ministra británica estaba preocupada por el avance de los aviones argentinos sobre la flota británica, en especial por el hundimiento del Sheffield con un misil disparado desde un Super Étendart.

Y que por eso, había enviado submarinos nucleares con el objetivo de atacar la ciudad en la que estaba la Fábrica Militar de Aviones, o sea Córdoba. Pero en realidad, el taller de aviones argentino estaba en el Área Material Río Cuarto, normalmente llamada Armacuar.

Cuenta el libro que Mitterrand le ofreció a su par británica información sobre los misiles Exocet que Argentina le había comprado a Francia y con los datos de unos códigos secretos lograron neutralizar los proyectiles.

Cuando le preguntaron en su momento a Magoudi si era cierto lo de la amenaza con un ataque nuclear a Córdoba, le respondió a La Nación: “¿Cómo saber si era cierto? La pregunta esencial es: ¿por qué me contó eso? Por eso le pregunté qué sentía al ser maltratado de esa manera por Margaret Thatcher”.

El Partido Laborista avanzó en investigaciones sobre el armamento nuclear que la flota inglesa llevó a Malvinas. En esos trabajos se sostiene que los portaaviones HMS Hermes y HMS Invincible transportaban ese tipo de armas.

La carta de 1984

Hace un tiempo, se conoció una carta que alertaba sobre esa cuestión del ataque nuclear a Córdoba, pero la misiva es de 1984, dos años después de la guerra.

Carlos Ferrando, que fue jefe de Correo Argentino en Córdoba hasta 1990, contó que en septiembre de 1984 recibió un sobre del Reino Unido con remitente no conocido y que decidió no abrirlo porque tenía frescas las heridas de Malvinas.

Recién lo hizo hace un tiempo. En el texto, Mr. V. Young le pedía “los nombres y las direcciones de sus periódicos locales” porque tenía en su poder “evidencia de un Ataque Nuclear no provocado en tu Ciudad”.

“Me parece que si envío este material y se lo publica, creo que los ciudadanos inocentes de vuestra ciudad estarán interesados en las verdaderas intenciones del Gobierno Británico de Thatcher, durante y antes! de la crisis de Malvinas. Si se siente como yo sobre este crimen, por favor respóndame”, cerraba el texto, cuyo original ha sido incorporado al Museo de Malvinas en Oliva.

Los ingleses admitieron que llevaron armas nucleares al Atlántico Sur recién en 2003: casi veinte años después de que Mr. Young intentase avisar a los medios de Córdoba.

Con todo, lo más dudoso es el valor de una advertencia de ese tipo fechada dos años y dos meses después del cese de fuego en el Atlántico Sur.

“No es cierto”

El historiador Alejandro Amendolara, un experto en la Guerra de Malvinas, sostiene que está probada la presencia de armas nucleares en la flota británica que vino a Malvinas, pero relativiza el hecho de que realmente se haya pensado en usarlas.

“En los archivos que yo consulté no encontré datos de ese plan de bombardear Córdoba. Por lo pronto, el material nuclear que se había enviado en los buques eran bombas de profundidad para submarinos, no eran misiles nucleares. Ese tipo de acciones debían hacerse por avión y, en condiciones de hacer un ataque de ese tipo sólo podían los aviones Vulcan”, abundó Amendolara.

“La idea de que querían un Hiroshima o un Nagasaki en América del Sur no es cierta. La realidad es bastante distinta”, concluyó.

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