Para repensar los vínculos: Jorge y Demián Bucay llegan a Mendoza

El reconocido psicólogo, junto a su hijo Demián, presentan “Cosas de familia. Padres, hijo... y suegras”. Hoy, en el Sheraton.

“Pocas relaciones nos moldean más que la que hemos tenido (y tenemos) con nuestros padres. Como contracara, en ninguna relación queremos ser más sanos y nutritivos que en las que tenemos con nuestros hijos”, sentencia el reconocido psicólogo y escritor Jorge Bucay sobre las charlas que junto a su hijo Demián, también psicólogo, brindan con el objetivo de plantear los conflictos y soluciones, en uno de los vínculos más cercanos que tiene el ser humano.

La familia y la educación, son los pilares que propone Bucay, para replantear ciertos parámetros que se dan en las relaciones más cercanas.

Desde un vínculo familiar y profesional, ambos terapeutas capitalizan y exponen, en una charla interactiva, los problemas, decepciones, expectativas, exigencias, que se dan de padre a hijo. Con este proyecto, Jorge Bucay vuelve luego de diez años a la provincia, junto a su hijo, esta noche, en el salón Fader del Hotel Sheraton.

-En su caso tuvo la fortuna tal vez de que su hijo también es psicólogo y se unieron en el camino laboral.

-Bueno, eso es una bendición. Nos tomamos el trabajo de construir una buena relación. Construir ese vínculo no es casual y lo contamos en la charla. No es que no discutimos. Pero como ya nos matamos antes, ahora él es un adulto.

-¿Hay una clave para sanar los roces del pasado entre padre e hijo?

- Hay dos o tres cosas que son fundamentales. Todos los que trabajamos en salud mental tenemos una frase de cabecera que es: “Todo lo que no se habla se actúa”. Todo lo que queda oculto, no desaparece y tiñe. Lo primero que hay que hacer es hablar. Lo bueno, lo malo, lo que está pasando, tenemos que hablarlo y sacarlo afuera. Tenemos que ser capaces de decir lo que pensamos y respetar al otro.

-Uno de los problemas más comunes en el vínculo, es la imposición de esas creencias o pensamientos.

-Tanto es así que, como sabemos y escuchamos todos los días, dicen que el problema de los chicos es no aceptar los límites. Y es una tontería que parte de un lugar equivocado y llega a conclusiones equivocadas. La historia no es que no tienen límites o desconocen la autoridad: se trata de razones. Es anacrónica la educación de los premios y castigos. Esa educación no existe más. La educación es motivación, no es castigo.

-Los problemas entre tecnología y educación ¿son parte de la charla?

-Sí. Además de las dificultades de los vínculos, algunas faltas de respeto y hablamos de esta historia, de la motivación. Hablamos de vínculos que son difíciles por naturaleza, por eso el título “Cosas de familia. Padre, hijos... y suegras”.

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