Pymes: ¿cómo gestionar la agenda del número uno?

Aunque, en general, los empresarios/directores tienen una buena comprensión de lo que debería ser su agenda, la dificultad se presenta a la hora de asignar prioridades: la dimensión temporal, lo urgente/ lo no urgente.

Aunque, en general, los empresarios/directores tienen una buena comprensión de lo que debería ser su agenda, la dificultad se presenta a la hora de asignar prioridades: la dimensión temporal, lo urgente/ lo no urgente. / Foto: Marcelo Rolland / Archivo Los Andes
Aunque, en general, los empresarios/directores tienen una buena comprensión de lo que debería ser su agenda, la dificultad se presenta a la hora de asignar prioridades: la dimensión temporal, lo urgente/ lo no urgente. / Foto: Marcelo Rolland / Archivo Los Andes

En un contexto volátil, lo urgente no debe opacar lo importante; lo cotidiano no debe prevalecer sobre lo estratégico. Los empresarios pyme requieren hacer un análisis profundo de su agenda y enfocar su abanico de actividades en vistas de competir y de crear condiciones de sostenibilidad para sus empresas.

¿Qué actividades ocupan la mayor parte de su tiempo?, ¿cuáles son las tareas a las que no está prestando suficiente atención?, ¿Cómo asigna prioridades y ejecuta su trabajo? Estos son los interrogantes a los cuales el empresario debe dar acabada respuesta si quiere seguir siéndolo y no morir en el intento. Debe asegurarse de incluir en su agenda todas aquellas tareas importantes que si él no las hiciera nadie las haría por él.

Si bien todos los empresarios/directores generales conciben y entienden su trabajo bajo un patrón común, existen similitudes y diferencias en el modo en que asignan prioridades y ejecutan. En particular, entre los empresarios dueños de su empresa y los directores generales contratados.

Los tres pilares de gobierno.

La tarea del alto directivo es la conjunción de tres áreas de gobierno: el Proceso de Negocio, el de Dirección y el de Configuración Institucional. En estos contenidos están todos, en general, de acuerdo. El Proceso de Negocio permite el desarrollo de la empresa. Se basa en la definición y comprensión de su(s) negocio(s) para que la organización pueda cumplir eficazmente sus objetivos. El Proceso de Dirección organiza el esfuerzo, el aprendizaje y la renovación de la firma para que pueda ejecutar las actividades relacionadas con su negocio. Finalmente, el Proceso de Configuración Institucional se enfoca en generar las condiciones adecuadas para que la empresa pueda alinearse con las necesidades del negocio. Estos tres procesos, aunque claramente diferentes, deben atenderse de modo armónico y simultáneo.

Del dicho al hecho

Aunque, en general, los empresarios/directores tienen una buena comprensión de lo que debería ser su agenda, la dificultad se presenta a la hora de asignar prioridades: la dimensión temporal, lo urgente/ lo no urgente. El bombero, aunque realiza tareas de prevención, actúa siempre en carácter de urgente, con cierto aire de improvisación, llevado de las narices por la realidad concreta, resolviendo problemas. El jardinero presenta una imagen de persona contemplativa, que mira el conjunto, que prioriza aquello que es importante. Solo un diluvio puede impedir su trabajo, que generalmente es proactivo, sin prisa pero sin pausa.

Trabajar sobre lo emergente

Los empresarios /directores generales asumen que los factores emergentes ocupan aproximadamente entre un 40 y un 50% de sus agendas reales, muchas veces haciéndolas colapsar. Un buen planeamiento de las tareas, asignando tiempo a lo que vaya surgiendo, permitirá mitigar este problema. El número uno de la empresa deberá verse menos como un “bombero”, y más como un “jardinero” nutriendo con constancia los aspectos de su agenda que son vitales para el largo plazo y no susceptibles de improvisación.

La propiedad importa a la hora de asignar prioridades

Aunque todos los Nros 1 entienden de forma similar su trabajo y afirman que la gestión y los temas institucionales son parte central de su agenda, los empresarios dueños de sus empresas (a la hora de ejecutar) privilegian los negocios y la búsqueda de oportunidades. Dedican significativamente menos tiempo de su agenda planeada al Proceso de Dirección, que igualmente irrumpe como agenda emergente, y bastante menos al Proceso de Configuración Institucional. Este último es el gran ausente de la agenda del empresario, y responsable de la alta mortalidad de las PyMEs más allá del fundador.

¿Cómo ayudar al empresario a vestirse la ropa de jardinero? ¿Cómo cooperar para que priorice adecuadamente la emergencia? ¿Cómo fomentar que incorpore en su agenda los temas institucionales?

Una propuesta de tipo institucional, vaya la paradoja, puede ser un instrumento que contribuya decisivamente a que el empresario cuelgue la ropa de bombero, se ponga la de jardinero y comience a tener una mejor calidad de vida, al mismo tiempo que su trabajo se vuelva más eficaz y trascendente. La conformación de directorios externos, en el que seis empresarios, con la ayuda de un facilitador, coparticipan en la dirección de sus empresas, es decisivamente un instrumento que mejora la toma de decisiones y aumenta la competitividad de las mismas.

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