Navidad de 1918

Durante las treguas se cantó, se intercambiaron obsequios y hasta algunos señalan que se produjo un partido de fútbol. Esto molestó mucho a las autoridades ya que los soldados se hicieron amigos, por ende se avisaban mutuamente de las actividades a seguir de sus propios ejércitos.

Tregua de navidad en la primera guerra mundial
Tregua de navidad en la primera guerra mundial

Las “Treguas de Navidad”, fueron ceses no oficiales de las hostilidades que tuvieron lugar durante la Navidad de 1914 a lo largo del frente Occidental, en el marco de la Primera Guerra Mundial.

Aquellas Nochebuena, las tropas alemanas colocaron sobre el borde de las trincheras árboles navideños, que habían sido enviados al frente por orden expresa del Káiser Guillermo II, junto a raciones extra de alimentos y licores.

Se buscaba con esto mejorar el ánimo de las tropas, en fechas aptas para la nostalgia.

A pocos metros, franceses y británicos observaron perplejos la situación.

Entonces, los germanos comenzaron a entonar canciones navideñas, la respuesta enemiga fue vocalizar otras tantas.

Durante la mañana siguiente todos se reunieron y por algunas horas dejaron de lado las banderas, para observarse cara a cara, estrechar sus manos, enterrar juntos a sus muertos y compartir lo poco que tenían.

Durante las treguas se cantó, se intercambiaron obsequios y hasta algunos señalan que se produjo un partido de fútbol.

Esto molestó mucho a las autoridades ya que los soldados se hicieron amigos, pon ende se avisaban mutuamente de las actividades a seguir de sus propios ejércitos.

Se tomaron diversas medidas que evitaron escenarios similares durante el resto de la contienda.

La Primera Guerra Mundial acabó el 11 de noviembre de 1918, cuando Alemania, Reino Unido y Francia firmaron el armisticio de Compiègne.

Lo que pocos saben es que aquella Navidad también fue especial.

Diario Los Andes publicó el 26 de diciembre de 1918 la siguiente información: “Más de 220 mil hombres de las tropas americanas celebran la fecha de navidad en suelo germano. Extraña situación esta de dos razas que hace poco más de dos semanas luchaban en combates mortales (…) Los soldados americanos en diversas partes, y según las costumbres de las ciudades, son invitados a los hogares donde se preparan regalos en su honor. Retribuyendo esas atenciones la mayoría de los soldados llevan antorchas y juguetes para obsequiar a los niños. Cada compañía de los ejércitos americanos tiene su propio árbol de Navidad. En las casas de los germanos se ofrendan regalos a los soldados americanos, excepto a los que forman en las patrullas situadas en las cabezas de puentes, donde la disciplina es inquebrantable. En todas partes se pronunciaron entusiastas brindis”.

La información llegó a la redacción del diario mendocino gracias a una empresa de prensa internacional que vendía la notas de sus corresponsales en Europa.

* La autora es historiadora.

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