La historia de Kalachi, la aldea cuyos habitantes fueron víctima de la “epidemia del sueño”

Está ubicada en Kazajistán. Algunos afirmaron que sufrieron “alucinaciones violentas” y experimentaron un aumento del deseo sexual. Los niños del lugar dijeron haber visto caballos alados y serpientes en sus camas.

Alrededor de 160 personas sufrieron la extraña condición en Kalachi, que desde entonces pasó a conocerse como “Sleepy Hollow”. Foto: Gentileza
Alrededor de 160 personas sufrieron la extraña condición en Kalachi, que desde entonces pasó a conocerse como “Sleepy Hollow”. Foto: Gentileza

Un hecho que ocurrió hace varios años atrás se volvió noticia en los últimos días. Se trata de la aldea de Kalachi, en Kazajistán, cuyos habitantes entraron misteriosamente en un sueño profundo -que a algunos les duró hasta seis días- entre 2012 y 2015.

Según destaca TN, muchos sufrieron “alucinaciones violentas” y experimentaron un aumento del deseo sexual. Los niños del lugar dijeron haber visto caballos alados y serpientes en sus camas, y una mujer afirmó que su gato comenzó a actuar como “estúpido” tirándose a la pared y atacando a su perro.

En total, alrededor de 160 personas sufrieron la extraña condición en Kalachi, que desde entonces pasó a conocerse como “Sleepy Hollow” -oquedad soñolienta en inglés-. Por lo aislado del lugar, no fue hasta 2014 que una investigación del diario Komsomolskaya Pravda descubrió el misterio y reveló los incidentes.

La publicación recordaba: “La persona enferma parece estar consciente e incluso puede caminar. Pero de todos modos luego cae en un sueño profundo y ronca. Cuando la despiertan... la persona no recuerda absolutamente nada”.

Expertos trabajaron en el lugar.
Expertos trabajaron en el lugar.

Una mujer de la aldea, según los informes, reveló: “Tan pronto como los hombres se despiertan, necesitan tener relaciones sexuales allí mismo, y este sentimiento dura al menos un mes”.

Otro residente afirmó: “Un hombre pobre se orinó mientras iba al hospital. Entonces los paramédicos le quitaron los pantalones y estaba en un estado de excitación sexual”.

Kalachi estaba ubicada cerca de una mina de uranio de la era soviética. Por esa razón se consideraron varias teorías, desde agua envenenada y vodka poco fiable hasta histeria masiva.

Cientos de personas de la aldea fueron reubicadas y los casos de narcolepsia espontánea cesaron.

Finalmente, en 2015, el gobierno de Kazajistán emitió un comunicado en el que afirmaba que había resuelto el misterio de una vez por todas. ¿La respuesta? Los niveles tóxicos de monóxido de carbono en el aire: las pruebas realizadas encontraron que los niveles de CO en Kalachi eran 10 veces más altos de lo normal.

“Después de numerosas pruebas médicas, nuestros investigadores confirmaron que el monóxido de carbono es el culpable de la epidemia del sueño en la aldea de Kalachi”, explicaron.

El científico ruso Leonid Rikhvanov agregó que el monóxido de carbono se había abierto camino desde las minas en desuso y asfixió la aldea.

“Para describirlo simplemente, cuando las minas de uranio fueron abandonadas, comenzaron a llenarse de agua subterránea. El radón y otros gases inertes que se liberan como resultado de la descomposición del uranio son expulsados por el agua subterránea y, a través de las grietas del suelo, ascienden a la superficie”.

Kalachi está ubicada cerca de una mina de uranio de la era soviética.
Kalachi está ubicada cerca de una mina de uranio de la era soviética.

Sin embargo, incluso esto ha sido discutido desde entonces. El año pasado, el profesor Byron Crape de la Universidad de Nazarbayev en Kazajistán dijo que su investigación lo había llevado a no estar de acuerdo con las afirmaciones de que el monóxido de carbono era la causa principal.

En cambio, cree que el suministro de agua de Kalachi había sido contaminado por productos químicos enterrados debajo de las minas en desuso, que se filtraron en el suelo.

“En el transcurso de un análisis a largo plazo, excluimos decenas de hipótesis que afirman que la enfermedad podría estar asociada con la alimentación, enfermedades crónicas o malos hábitos de los aldeanos. Pero luego descubrimos que todos los residentes de Kalachi beben agua de una fuente: de una bomba subterránea de un residente local que la bombea y la vende a sus compañeros de aldea”, señaló el profesor.

“Los productos químicos podrían haberse infiltrado en el agua potable a través de las minas de uranio que han estado abandonadas desde finales de la década de 1980”, agregó.

Más de 120 familias permanecieron en Kalachi y desde entonces no volvieron a sufrir la “epidemia del sueño”. Al parecer, esto se debe al hecho de que los barriles que contienen sustancias químicas tóxicas se vaciaron y, por lo tanto, el suministro de agua ya no se ve afectado.

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