Lo mejor y lo peor de Eurovisión: desde ABBA hasta la mujer barbuda

Antes de la 60° edición de este sábado, que se será en Viena, un recuento de algunos momentos que han marcado el concurso de canción.

Lo mejor y lo peor de Eurovisión: desde ABBA hasta la mujer barbuda
Lo mejor y lo peor de Eurovisión: desde ABBA hasta la mujer barbuda

Las sendas de la gloria: La mayor parte de los candidatos de las primeras 59 ediciones, e incluso un buen número de ganadores, han vuelto rápidamente al anonimato.

ABBA es la excepción más conocida, su triunfo en 1974 lanzó la admirable carrera del grupo sueco.

La canción con la que participaron se titulaba "Waterloo" y significó una pena para Francia, que no pudo participar debido al duelo que se vivía por el fallecimiento del presidente Georges Pompidou.

Eurovisión favoreció también las carreras de Céline Dion (1988), que representó a Suiza, de Sandie Shaw (1967), del grupo Bucks Fizz (1981), de France Gall (1965) y de Cliff Richard, que se llevó el segundo lugar en 1968.

"Volare (Nel blù dipinto di blù)" de Domenico Mudugno (1958) es, tal vez, la canción más famosa que ha participado en el concurso, a pesar de que no ganó. Luego, ha sido interpretada por varios artistas; entre ellos: David Bowie, Frank Sinatra, Louis Armstrong y Barry White.

En cambio, incluir a una estrella ya conocida internacionalmente no es una garantía de victoria: la francesa Patricia Kaas vivió esa amarga experiencia en 2009, obteniendo tan solo el octavo lugar. 

Wadde hadde dudde da ? Y aunque Eurovisión ha mostrado una serie de canciones con mensaje - principalmente político -, un buen número de candidatos han escogido también canciones cuyas letras no dicen nada. Cabe preguntarse si es una manera de franquear las barreras lingüísticas.

El mejor ejemplo en este caso lo protagonizaron los candidatos belgas Urban Trad (2003) e Ishtar (2008), que cantaron en lenguas imaginarias.

La canción española "Lalala", triunfadora en 1968, incluía 138 veces la sílaba "la". En ese mismo género también se encuentran "Diggi-Loo diggi Ley" (Suecia, 1984), "Boom Bang-A-Bang" (Reino Unido, 1969) y "Wadde hadde dudde da?" (Alemania, 2000).

Y cómo no citar el coro de la canción austriaca de 1977: "Boom boom boomerang, snadderydang. Kangaroo, boogaloo, didgeridoo?"

Campeones irlandeses y perdedores noruegos

: La atribución de puntos en Eurovisión se hace combinadamente: país por país, votos del público y votos de un jurado profesional que reparten sus puntos entre 10 candidatos. Es posible, e igualmente raro, que la competición termine sin puntos para algún candidato.

Esto le sucedió cuatro veces a Noruega, un récord humillante, que quedó compensado en 1989, cuando este país obtuvo 387 puntos, el total más alto que ha registrado la competencia en sus 59 ediciones.

Irlanda es el campeón de Eurovisión con siete victorias. El irlandés Johnny Logan ganó dos veces como intérprete (1980 y 1987) y después lo hizo también como autor (1992).

El Reino Unido, Luxemburgo, Suecia y Francia han ganado, cada una, en cinco ocasiones.

Diversión, amor y tolerancia: Las canciones sobre amor y paz lideran siempre en Eurovisión. Pero los vestidos de gala, los corbatines y las orquestas sinfónicas, filmadas en blanco y negro, han cedido su lugar a espectáculos más coloridos.

El drag-queen predica la tolerancia y constituye ya todo un capítulo, como lo testimonia el grupo Sestre (Eslovaquia, 2002), Dana International (Israel, 1998), Verka Serduchka (Ucrania, 2007) y, claro, la diva barbuda Conchita Wurst (Austria, 2014).

Entre los numerosos candidatos francamente excéntricos, se recuerda especialmente a los roqueros Lordi (Finlandia, 2006), que se presentaban con máscaras de monstruo y la marioneta en forma de pava Dustin the Turkey (Irlanda, 2008).

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