Periodismo, una labor vocacional y de principios

En el día del periodista, reafirmamos nuestro compromiso inclaudicable de informar con la verdad a la sociedad, como antídoto principal contra quienes quieren una prensa adicta, subordinada a los dictados del poder.

El periodismo profesional y responsable debe asumir su rol ético de informar a la sociedad con la verdad.
El periodismo profesional y responsable debe asumir su rol ético de informar a la sociedad con la verdad.

El Día del Periodista en nuestro país se celebra el 7 de junio de cada año para recordar el nacimiento de La Gazeta de Buenos Aires, el órgano de la Primera Junta de Gobierno que, en 1810, inició el proceso revolucionario que concretaría la declaración de la independencia seis años después, en Tucumán.

La Gazeta surgió de la mano de Mariano Moreno, quien fundó ese periódico con la finalidad de dar cuenta a la población de Buenos Aires de los acontecimientos que iban marcando el nuevo rumbo ordenado por el flamante gobierno patrio.

Movía a Moreno y a los patriotas de entonces la necesidad de dar cuenta de sus hechos. Esa loable inquietud quedó plasmada en el decreto emitido el 2 de junio de aquel año por la Primera Junta: “El pueblo tiene derecho a saber la conducta de sus representantes”.

Una sabia y pronta respuesta a aquel clamor popular previo al pronunciamiento republicano del 25 de Mayo reflejado en una frase inmortal: “El pueblo quiere saber de qué se trata…”.

Luego de 211 años de aquella voz pionera, podemos decir que transitamos una época muy difícil para la labor periodística seria y responsable. Abunda la información engañosa, generalmente direccionada y malintencionada, a través de las redes sociales. Estas redes constituyen un adelanto tecnológico singular, no cabe ninguna duda, pero su mal uso desde el punto de vista informativo no hace otra cosa que opacar la tarea de los medios tradicionales y sus periodistas, que con esfuerzo vienen adaptándose los inevitables cambios de tendencia de las audiencias.

Su utilización para ejercer lo que hoy conocemos como militancia política no autoriza a apelar a su uso para ejercer un periodismo engañoso, que no es tal.

El periodista es un puntal de la libertad de expresión y su profesionalidad, la base de sustentación de las empresas periodísticas serias.

La labor de la prensa sirve de contrapeso institucional cuando las oscuras tramas del poder esconden lo peor de la vida política: la corrupción y el engaño a la ciudadanía.

En nuestro país, la profesionalidad del periodismo permitió desentrañar a través de los medios independientes tramas de corrupción en el ejercicio del poder pocas veces vistas en el país y en la región.

En Argentina esa posibilidad fue ampliamente respaldada a través del aval a la libertad de expresión contenido en el texto de la Constitución Nacional.

Por añadidura, la libertad de expresión se convierte en un patrimonio de la ciudadanía, que necesita de la profesionalidad del periodismo para informarse de los hechos y formar su opinión en base al análisis objetivo de los mismos.

Y así como Mariano Moreno logró expresar a través de las páginas de La Gazeta de Buenos Aires el requerimiento informativo de la población de entonces, los periodistas de hoy deben valerse de su vocación y principios para difundir y transparentar los hechos que ocurren a diario.

El periodismo profesional y responsable debe asumir su rol ético de informar a la sociedad con la verdad.

En este día, entonces, reafirmamos nuestro compromiso inclaudicable de informar con la verdad a la sociedad, como antídoto principal contra quienes quieren una prensa adicta, subordinada a los dictados del poder.

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