Laura Catena: “El Malbec va en camino a estar en el top tres mundial de vinos tintos”

La directora de Catena Zapata habló con Los Andes sobre el vino argentino en el mundo, sus investigaciones y hasta su nuevo libro sobre el Malbec con Alejandro Vigil. Para ella, la clave para seguir creciendo está en mostrar el añejamiento de los mejores ejemplares del país.

Laura Catena: “El malbec hoy es una de las diez cepas más importantes del mundo”
Laura Catena: “El malbec hoy es una de las diez cepas más importantes del mundo”

Decir el apellido Catena en cualquier lugar del mundo, es un sinónimo del vino argentino. Si hacemos un recorrido histórico por los grandes momentos de nuestro país, es probable que siempre encontremos a un integrante de la familia o un vino de Catena Zapata en cada hito. En este momento, donde el terroir ha pasado a tener un rol protagónico en los mejores ejemplares del país, el nombre que resalta es el de Laura Catena, la cuarta generación de la familia y hoy la directora General de la bodega y Fundadora del Catena Institute of Wine, pieza clave en la investigación.

En una charla con Los Andes, la flamante autora de “Malbec mon amour” habló acerca del cambio que ha tenido el vino nacional y Malbec en el último tiempo, así como también de la importancia de mostrar el añejamiento de los grandes ejemplares del país para seguir conquistando los mercados internacionales en la alta gama.

- ¿Cuánto ha cambiado la percepción del vino argentino en el consumidor internacional en los últimos 10 años?

- Hace diez años no me hubieran invitado, como me pasó hace poco, a Tex Som, una conferencia para sommeliers en la que fui una especie de mentora de ellos. Allí hicimos un vertical de Nicolás Catena Zapata del 1999 a 2018 y de Catena Alta del 2000 al 2018. Eso hace diez años no hubiese pasado porque no existía la Argentina añejable de alta gama. Hoy hay una conciencia de que en el país se pueden hacer grandes vinos, como los Grand Cru, como han sido calificados los vinos de Adrianna. Se pueden hacer vinos que se pueden añejar y que un coleccionista puede tener en su cava. En Argentina los coleccionistas tienen vino argentino, pero en el resto del mundo lo estamos trabajando.

Siento que esa es una de las cosas que tengo que hacer antes de morirme, poner un vino argentino en la cava de cada uno de los coleccionistas internacionales. Y cuando hablo de vino argentino es en general, no solo me refiero a Catena Zapata.

Creo que obtener 100 puntos por parte de los críticos internacionales ha sido importante para el país. Lo mismo que los primeros 100 de Parker hayan sido para un vino argentino y no uno chileno es relevante porque nos pone en un nivel muy alto, más allá de la competencia con nuestro país hermano.

- ¿Qué lugar ha ganado el malbec en el mercado internacional?

- Es hoy una de las diez cepas más importantes del mundo. Se ha convertido en un vino que tiene que estar en cualquier listado de un restaurante o hasta por copa, algo que no sucedía antes del 2010. Es algo muy importante para nuestra variedad y nuestra región, porque eso refleja que los consumidores lo piden.

Todavía no estamos en el top tres de vinos tintos, que serían el cabernet sauvignon, el pinot noir y el nebbiolo, pero vamos en camino. Por ahora estamos en el top ten, pero creo que mientras más grandes malbecs haya, que demuestren su calidad, puede que alguna vez le ganemos a esas variedades famosas.

- ¿Cómo puede hacer Argentina para ganar mercados y espacios en las exportaciones?

- Como diría nuestro enólogo y mi querido amigo, Alejandro Vigil, hay que trabajar. Hay que hacer una labor de hormigas. Hacer degustaciones, viajar y mostrar lo que hacemos. Durante la cuarentena mandamos más de mil muestras a distintos países o yo misma viajé a Francia e Italia. Tenemos que seguir haciendo esto, porque somos gente muy sociable, carismáticos, que nos gusta degustar, trabajar y ese es nuestro fuerte, algo que tenemos que seguir explotando. Por otra parte, hay que fomentar el turismo. Lo que tenemos en Mendoza es increíble, ha crecido y hay que seguir invirtiendo en eso.

Dentro de este posicionamiento, una gran noticia es que con Alejandro escribimos un libro sobre el malbec, “Malbec mon amour”, que trata sobre la historia y la geología. Con esto nuestra idea es mostrarle al mundo que el malbec tiene una historia muy interesante y antigua, incluso más antigua que la del cabernet sauvignon. Todo lo que se quiera saber del varietal está en esas páginas, el carácter del malbec está reflejado ahí.

Otra cosa que tenemos que hacer es sacar cosechas viejas y hacer degustaciones a ciegas, imitando lo que hacen con los grandes vinos franceses. Mostrar por todo el mundo cuán bien nuestros vinos pueden añejar. En Tex Som se sorprendieron porque nunca habían probado un malbec de 1999 o del 2000 añejado. Es una experiencia que tienen que tener para que puedan creer que el vino argentino se puede coleccionar y tener las características de los grandes vinos del mundo.

Alejandro Vigil y Laura Catena presentaron su primer libro juntos, "Malbec mon  amour". - Los Andes
Alejandro Vigil y Laura Catena presentaron su primer libro juntos, "Malbec mon amour". - Los Andes

- ¿Cómo se puede construir una empresa que busca ser líder a nivel mundial en un contexto macroeconómico como el argentino?

- Hoy no estamos tan competitivos como podríamos estarlo dado que hay otros países que producen grandes vinos de buena relación precio calidad. La realidad es que hay algunas ventajas, pero podría haber un mejor escenario por nuestro clima único, pero Argentina, Mendoza, sobre todo, no es un lugar donde puedas tener un alto rendimiento y alta producción. Todavía es difícil competir con el mundo porque hay países que hacen muy buenos vinos.

El problema más grave es cuando tenemos que hacer pagos afuera. Nosotros para vender y competir con las grandes potencias tenemos que gastar en promoción, hacer degustaciones o contratar gente. Nuestros empleados son casi todos argentinos, pero tenemos un francés, un dominicano, un inglés y ellos nos ayudan a vender nuestros vinos en todo el mundo. También tenemos colaboradores en China, Estados Unidos y Europa. Tenemos muchas trabas para pagarles o invertir en marketing. La realidad es que, si fuera un poco más sencillo, podríamos tener mejores posibilidades para competir con las otras bodegas del mundo que hacen grandes vinos. Es complicado, ojalá las autoridades hicieran algo para que sea un poco más sencillo.

- Después de comprobar la influencia que tiene el terroir en el vino, ¿que sigue en materia de investigación?

- Tenemos que seguir estudiando el terroir. Después de lo que hicimos con el viñedo Adrianna, tenemos que seguir con Paraje Altamira, Eugenio Bustos, El Cepillo, Agrelo. ¡Hay tanto que hacer! También tenemos que estudiar la genética delmalbec, tenemos selecciones antiguas que no existen en Europa. Lo mismo que con el cabernet o el chardonnay.

También tenemos la problemática del cambio climático y la falta de agua. Recién estamos empezando a entender el sabor de un lugar. Algo muy importante es que podamos entender el añejamiento de los vinos argentinos. Hay que pensar a largo plazo, preguntarnos qué va a pasar con nuestros vinos en 10, 20 o 30 años, algo que ya verán las nuevas generaciones.

- ¿Cuáles son las zonas por las que Catena Zapata apuesta hacia el futuro?

- Catena Zapata es una bodega mendocina, que produce sus vinos en Mendoza de cinco viñedos únicos. Ahora, la familia Catena tiene viñedos en otras regiones como La Rioja, Salta o la Patagonia y estamos explorando otras zonas por un tema de disponibilidad de agua. En Mendoza hay falta de agua, por lo que mucho más no se puede plantar. Pero hay otras regiones muy interesantes en Argentina donde estamos encontrando muy buena calidad y se puede proyectar al futuro, lo cual va a llevar años de estudios. Hoy hay que estudiar más lo que tenemos en Mendoza y cómo hacerlo más grandioso.

- ¿Cuál es la dirección a la que van los vinos de alta gama del país?

- Nosotros nos estamos enfocando en cómo hacer grandes vinos, únicos, que tengan el sabor del lugar, como los de parcela de Adrianna, de Nicolás Catena Zapata o el malbec argentino. Todavía tenemos mucho que hacer degustando estos vinos y demostrando que añejan. El foco de Catena siempre está puesto en la calidad, en cómo demostrar que nuestros vinos están al nivel de los mejores del mundo.

Es importante darse cuenta de que no es en cualquier lugar que uno va a encontrar ese vino Grand Cru. Es un 1% de un viñedo supersónico donde vas a tener esa parcela tan única. Eso lleva trabajo, investigación y tiempo. Siempre digo que las familias producen los mejores vinos porque tienen la paciencia de esperar, porque no tienen que estar pensando tanto en ganar dinero, sino en hacer algo interesante que perdure en el tiempo.

También tenemos que valorizar al consumidor argentino, que es muy leal y está muy interesado. Es lo que nos sostiene, porque hay países como Chile, que son muy exportadoras, pero no tienen consumo local. Yo creo que eso es gran parte de la energía y de la vida del vino argentino.

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