A 20 años de la crisis del 2001: Argentina creció poco, disparó su deuda y tiene más pobres

Es el país de la región que menos creció en dos décadas. Hay 3,5 millones de pobres más. La deuda y la escasez de dólares siguen configurando un drama que golpea día a día a la economía.

El momento en que Fernando de la Rúa deja la presidencia y abandona Casa Rosada en 2001 (AP)
El momento en que Fernando de la Rúa deja la presidencia y abandona Casa Rosada en 2001 (AP)

Pasaron veinte años del trágico 2001. Entre aquella Argentina y la actual hay mucho más que dos décadas, las diferencias son inabarcables. Pero también hay puntos de similitud y coincidencia por problemas que con el transcurso del tiempo no solo no se resolvieron sino que, en algunos casos, se agravaron. Es el caso de la pobreza, el tamaño del Producto Bruto, la deuda y la casi disolución de la moneda nacional.

Por la Casa Rosada pasaron Fernando de la Rúa, Eduardo Duhalde, Néstor Kirchner, Cristina Fernández, Mauricio Macri y, ahora, Alberto Fernández, a quien le tocó gobernar en un momento sin igual en un siglo: una pandemia que paralizó el mundo entero y castigó a las economías, generando la mayor crisis desde la gran depresión de los años ‘30.

El 23 de diciembre de 2001, Argentina había declarado el más grande cese de pagos de deuda de la historia. El país fue al default de una parte de su deuda pública nacional, que en ese entonces ascendía a unos 144.000 millones de dólares. En octubre de 2021, ese pasivo fue de 348.346 millones de dólares. En veinte años, la deuda creció 141,9%. Y pasó del 53,7% al 82,9% del PIB.

Fernando de la Rúa, presidente de la Nación entre 1999 y 2001 (Archivo)
Fernando de la Rúa, presidente de la Nación entre 1999 y 2001 (Archivo)

Entre 2003 y 2007, la Argentina tuvo superávits gemelos. Ese período coincide, claro, con el no pago de la deuda en default. Un análisis del desequilibrio fiscal hecho por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) entre enero de 2008 y julio de 2021, medido en dólares, señala que en el 87% de los meses el gasto fue mayor a los ingresos y el acumulado total alcanza la friolera de 250.000 millones de dólares.

El 2008 fue un año bisagra: terminó el proceso sostenido de crecimiento; se desató la crisis financiera global por el estallido de las hipotecas subprime en Estados Unidos; empezó una seguidilla de déficit fiscal; desde entonces, el peso se devaluó 96,6% frente al dólar y la inflación acumulada alcanzó nada menos que 3.549%. Ningún otro país de América, excepto Venezuela, vivió tal tragedia.

Se achicó la torta

De acuerdo con datos del Banco Mundial consolidados al 2020 y medidos en dólares, en dos décadas el PIB de Argentina creció 42,7% mientras que el de Brasil se expandió 168%; el de Chile avanzó 256,3%; el de Paraguay, 311,9%; el de Uruguay subió en un 156,6%; y el de Bolivia mejoró 350,6%. México tuvo un desempeño parecido al argentino, con un crecimiento del 42,2%.

Si se mira un poco más atrás, la situación es peor. Un análisis realizado por la empresa financiera Consultatio Financial Services indica que el PIB per cápita de la Argentina avanzó apenas 5% en los últimos 40 años, muy por detrás del resto de los países de Sudamérica donde el promedio fue del 27%, con la única excepción de Venezuela, que cayó 74%.

El PIB de la Argentina 2008, cuando comenzaron los desbarajustes macroeconómicos, era de 361.600 millones de dólares y el de 2020 fue de 383.100 millones. El crecimiento fue de apenas 5,9% más mientras que la población se expandió un 14,9% en ese período. La “torta” para repartir, en términos reales, se achicó.

Datos del Indec: en 2001, la pobreza era de 38,3%. En el primer semestre de 2021, la pobreza alcanzó al 40,6% de la población. Ignacio Blanco / Los Andes
Datos del Indec: en 2001, la pobreza era de 38,3%. En el primer semestre de 2021, la pobreza alcanzó al 40,6% de la población. Ignacio Blanco / Los Andes

El drama de la pobreza

La Argentina no cuenta con una serie larga y comparable de pobreza. Esto se debe a cambios metodológicos, pero especialmente a la interrupción periódica en la publicación de determinados indicadores y en la realización de la encuesta de ingresos, explicaron en 2019 en un estudio académico los economistas Guido Zack y Federico Favata y el sociólogo Daniel Schteingart.

El artículo académico reconstruyó una serie de pobreza (con datos alternativos y una recalibración de la muestra), bajo la metodología actual del Indec. Arranca en 2003, mostrando una pobreza del 60% que cae de forma sostenida hasta un piso del 25% a fines de 2013. Ahí rebota y oscila hasta 2017, momento en el cual retoma la senda alcista para tocar el 35% en 2019.

Para 2001, el Indec había informado que la pobreza fue al 38,3%. Pero como después hubo cambios metodológicos, estimaciones del Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (Cedlas) indican que con la regla actual, la pobreza en 2001 afectó el 46% de la población, alcanzando el récord del 66% en 2002.

Para el Indec actual, la pobreza alcanzó al 40,6% de las personas en el primer semestre de 2021. El Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) estimó, en tanto, que la pobreza multidimensional abarca al 43,8% de la población en 2021, tras la pandemia de Covid-19 y la profundización de la crisis económica que hizo saltar el indicador en casi cinco puntos porcentuales.

Si bien los estudios se hacen sólo sobre los principales aglomerados urbanos, la proyección de los datos a la población total del país de cada año indica que en 2001 unas 16.679.659 personas estaban en la pobreza, acorde a la estimación del Cedlas. Actualmente, tomando la estimación de la UCA, 20.171.964 habitantes están en la condición de no cubrir sus necesidades básicas todos los meses. En términos porcentuales, hay “menos pobres”. En cantidad de personas, hay casi 3,5 millones más.

En la última etapa de los años 90 y hasta 2001, unas 140 mil personas recibían por mes alguna ayuda social del Estado. En 2002, Eduardo Duhalde decretó el Programa Jefes de Hogar, que alcanzó a 500.000 personas en tres meses. A partir de allí, a medida que el tejido socioeconómico fue deteriorándose, creció la cobertura: hoy existe una red con al menos diez programas sociales nacionales de subsidios directos que abarca a unas 13.700.000 personas.

Reservas y depósitos

En diciembre de 2001, las reservas brutas eran de 15.600 millones de dólares, lo que equivalía al 5,8% del Producto Interno Bruto (PIB), que por entonces era de 268 millones de dólares. Puros papeles, no había billetes estadounidenses.

Banco Central de la República Argentina (Archivo)
Banco Central de la República Argentina (Archivo)

Actualmente las reservas brutas son de 42.000 millones de dólares, el 10% de un PIB proyectado en 420.000 millones de dólares para este año. A este punto la Argentina también llegó casi sin reservas líquidas, por lo que el Banco Central reajustó el cepo a niveles sin precedentes.

La diferencia sustancial entre los dos escenarios endebles está dada porque en la actualidad los depósitos están líquidos: los bancos están en condiciones de entregar sus dólares a cualquier ahorrista que vaya a buscarlos. El stock alcanza los 15.197 millones de dólares.

A esa situación se llegó por una política de Estado. Para que no se repitiera lo ocurrido en 2001, cuando los ahorristas perdieron sus dólares, el Banco Central y los organismos de control fueron aplicando mecanismos para apalancar los depósitos. Hoy el sistema es solvente.

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