Check in: Claudia Pasquini

Último lugar que visitaste: Lisboa.

Ventanilla o pasillo: Pasillo. Detesto quedar "atrapada" por otro pasajero, sin poder moverme.

¿Qué es lo primero que empacás? Una libreta y una birome. Me gusta escribir diarios de viaje. Los guardo sin orden ni concierto; así que en general quedan olvidados por años hasta que un día, de casualidad, los re descubro y me devuelven la magia de un lugar del que probablemente ya olvidé casi todos los detalles.

¿Elegís lecturas, pelis o música para un viaje largo? Siempre planifico con qué libros voy a viajar; en cambio, elijo la música azarosamente durante el viaje. Prefiero no encasillarme en ninguna playlist.

Un disco para un viaje por la carretera: "Twelve" de Patti Smith.

Playa, montaña o ciudad: Playa para el verano. Ciudad para el resto de las estaciones.

¿Qué es lo primero que hacés cuando llegás a un nuevo lugar?  Vaciar la valija, colgar la ropa y tomarme un capuchino.

Cámara de fotos o instagram: Últimamente saco fotos con el celular, pero no las comparto por Instagram. No me interesa demasiado la calidad técnica de la fotografía, sino el registro emotivo del momento.

Un sabor nuevo que hayas descubierto en un viaje: Descubrir nuevos sabores es una parte importante de la memoria sensorial de cualquier viaje. En Cannes, durante un Festival de Cine, probé una ensalada de flores. Era muy bonita pero cuando la comí, me decepcionó. Aunque el hecho de que en mesas contiguas estuvieran Jean Claude van Damme y Robert Redford la volvieron inolvidable.

¿Qué te gusta comprar? Artesanías locales, donde hay. Elementos de bazar en los supermercados. Papelería y objetos varios en las tiendas de los museos. Aros. Cosas pequeñas que quepan en la valija.

Un destino para un road trip: La península de Yucatán, en México.

Un destino de lujo: La costa amalfitana, en el sur de Italia.

Y uno de bajo presupuesto: El camping del Parque Nacional Santa Teresa, en Rocha, Uruguay.

Un hallazgo cultural: La bellísima Fundación Peggy Guggenheim, en Venecia. Allí se conserva, casi intacta, la mansión de quien fuera una de las mayores mecenas del siglo XX con su impresionante colección de arte moderno. Desde la terraza se puede ver un panorama increíble del Gran Canal de Venecia, hay obras imperdibles de los mayores artistas del surrealismo y la historia de la millonaria y extravagante Peggy es, en sí misma, toda una película.

Un bar o restaurante del mundo:  La pastelería "Pastéis de Belém", en Lisboa, donde desde 1837 venden esa especialidad de la repostería portuguesa. Siempre hay cola, pero vale la pena hacerla porque esos pastelitos son una de las cosas más exquisitas que he comido.

Tu souvenir favorito: Una pequeña escultura que me trajo de Salta uno de mis hijos cuando viajó solo por primera vez. Representa a una madre con su bebé en brazos.

Tu escapada favorita: Un fin de semana en el bosque de Cariló.

Tus vacaciones ideales: Primavera en Barcelona, una ciudad muy amigable, que tiene playa, historia, arte, música y bares de tapas a granel. Una mezcla perfecta.

El paisaje al que siempre podrías volver: Las callecitas del Trastevere romano. Subiendo una de sus colinas, se encuentra el Liceo Cervantes, donde hice parte de mi colegio secundario.

Un recuerdo inolvidable: Comer las doce uvas que indica la tradición junto con la multitud que se reúne el 31 de diciembre a la medianoche en la Plaza del Sol, en Madrid.

¿A dónde viajarías en el tiempo? A Cuba, apenas triunfó la revolución.

¿Cuál es la selfie típica de viaje que te gustaría para tu álbum? Una en donde se vea el río Sena, desde el Pont Neuf de París. Un lugar absolutamente romántico, que para mí se asocia inevitablemente a la preciosa película Les Amants du Pont-Neuf, con Juliette Binoche. El viaje de tus sueños: Suecia, Noruega y Dinamarca.

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