Caso Johana Chacón: las pruebas de la fiscalía para pedir perpetua a Luque

El testimonio de la hermana de la chica, relatos que revelan los abusos a los que era sometida y pruebas científicas lo comprometen.

Caso Johana Chacón: las pruebas de la fiscalía para pedir perpetua a Luque
Caso Johana Chacón: las pruebas de la fiscalía para pedir perpetua a Luque

Prisión perpetua por el homicidio de la estudiante lavallina Johana Chacón (13) fue la pena que solicitó el fiscal Alejandro Iturbide para Mariano Luque (33), durante los alegatos del juicio por la muerte de la joven, cuyo cuerpo desapareció en setiembre de 2012. 

“Se trata de un homicidio criminis causa por conexión ideológica. Fue una muerte utilitaria para tapar otros delitos: el homicidio de Soledad Olivera y los abusos sexuales que ella padecía”, afirmó el fiscal Iturbide al final de las casi tres horas que duró su alegato.

Iturbide consideró a Beatriz Chacón, hermana de Johana y testigo directa del crimen, como una "víctima indirecta" del homicidio. 

Y en ese sentido pidió compulsa para que se investigue a Luis Curallanca -padrastro de Luque- por instigación al falso testimonio. Para el fiscal, el hombre habría manipulado y presionado a Beatriz para que cambiara su testimonio.

Luego de desechar dos hipótesis improbables -la fuga voluntaria y la captación con fines de trata-, el fiscal consideró que  se trató de un homicidio y comenzó a detallar un entramado de pruebas e indicios que apuntan a una muerte violenta.

Abusos y maltratos

Para el fiscal, Johana Chacón fue asesinada el mismo día que se denunció su desaparición, el 4 de setiembre de 2012, en la finca de Tres de Mayo donde vivía junto a su hermana Beatriz y al cuidado de Luis Curallanca, su mujer y su hijastro, Mariano Luque.

Para Iturbide, esto era una suerte de pantalla: en realidad Beatriz no era pareja de Luque, sino de su padrastro, tal como lo indicaron varios testigos. 

En tanto que Johana vivía un verdadero tormento: era abusada por Luque y, si se iba con sus padres biológicos, era maltratada.

Beatriz, testigo presencial

El fiscal Iturbide dedicó buena parte de su alegato a darle valor probatorio a las siete declaraciones de Beatriz en las que señaló a Luque como autor del homicidio.

Según la joven, Luque la estaba asesinando en la cocina de la casa, cuando ella -embarazada de gemelos- se levantó y vio cómo la ahorcaba con una cuerda mientras le decía que no se iba a "cagar la vida" por Johana. 

Luego, Beatriz vio por la ventana cómo Luque transportaba el cuerpo hasta un tacho con brea donde lo quemó para luego enterrar los restos.

“Beatriz tenía presión interna y externa (por eso no contó inicialmente la verdad). Llegó a tener un intento de suicidio. Sufrió múltiples amenazas. Su declaración es creíble, llegó a decir que Johana se orinó, algo que sólo puede saberlo un especialista”, afirmó el fiscal.

Para sostener este relato, Alejandro Iturbide repasó una serie de indicios y pruebas que confirman la versión de  Beatriz.

Por ejemplo, mostró unas fotos tomadas por la Policía donde se ve una cuerda y unos tachos con brea que apoyarían los dichos de la joven pero que luego desaparecieron.

Dos pruebas definitivas

El fiscal también se refirió a dos pruebas que surgieron durante el debate: una remera verde que usaba Johana y que tenía manchas de semen de Mariano Luque y un metatarso quemado que antropólogos consideraron como pertenecientes a una persona de entre 11 y 18 años que fue quemado durante más de tres horas.

“Cuando se encontraron esos restos sólo faltaban dos mujeres: Soledad Olivera (crimen por el cual Luque cumple una condena de 12 años) y Johana. Por eso la fiscalía sostiene que son restos de Johana”, indicó el acusador.

El pedido de la querella

Los abogados querellantes Fernando Peñaloza (de la Secretaría de Derechos Humanos) y Pablo Salinas (de la asociación Xumek) pidieron durante sus alegatos la misma pena que la fiscalía para Mariano Luque: prisión perpetua.

Peñaloza y Salinas avalaron los argumentos del fiscal Alejandro Iturbide y también solicitaron al tribunal que el único acusado reciba la pena máxima que prevé el Código Penal.

Pero a la hora de exponer, Salinas sumó un agravante a la pena: la alevosía. "El doctor Salinas consideró que la relación de fuerza entre el victimario y la víctima, al no poder defenderse y no tener recursos, y el modo en que se cometió el homicidio implica la figura de la alevosía", detalló a Los Andes el abogado querellante Fernando Peñaloza.

Y agregó: "Si bien no incide en la pena (ya que el homicidio criminis causa contempla la pena máxima), es un agravante más, contemplado en el artículo 80 del Código Penal".
La sentencia se conocerá en los próximos días, aunque aún no fue fijada la fecha.

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