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La ONU le pide a Nicaragua que libere a los opositores detenidos
Desde el área de DDHH del organismo reclaman, además, que se reinstauren los partidos políticos proscriptos.
Desde el área de DDHH del organismo reclaman, además, que se reinstauren los partidos políticos proscriptos.
Washington indicó que el gobierno de Daniel Ortega es ilegítimo y afirmó que las acciones del presidente nicaragüense no reflejan la voluntad de su pueblo.
El Gobierno de Nicaragua, hasta ahora un aliado de Taiwán, informó este jueves que reconoce a China como un solo país y anunció que rompió sus relaciones con la isla.
El embajador Carlos Raimundi fue el responsable de justificar la decisión de la Casa Rosada de no acompañar el voto mayoritario del continente contra el gobierno de Daniel Ortega.
En una reunión de la Comisión de Relaciones Exteriores se desató una discusión entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio por los aumentos previsionales y por la situación que atraviesan países como Nicaragua.
El país del norte siguió ayer los pasos de EEUU y Reino Unido e impuso sanciones contra varios altos cargos nicaragüenses por supuestas “violaciones a los derechos humanos”.
Las mismas son contra altos cargos de Nicaragua por su papel en la represión y otras irregularidades cometidas en las elecciones presidenciales del 7 de noviembre.
El gobierno apoyó una resolución que declara que las elecciones presidenciales del 7 de noviembre en Nicaragua “no fueron libres o justas”.
La postura de la Argentina es lamentable. La no injerencia en cuestiones internas de otro país a la que aludió el ministro Cafiero no puede justificarse cuando lo que está en juego es la libertad de los ciudadanos de un país y el poder soberano de decidir qué gobernantes elegir.
El mandatario estadounidense reclamó al gobierno de Nicaragua tomar inmediatamente los pasos necesarios para restaurar la democracia y pidió que se libere a los opositores encarcelados.
Cancillería había expresado su “preocupación” por detenciones y abusos, pero mantuvo su “no injerencia” respecto a las elecciones que le ratificaron el poder a Daniel Ortega.
El presidente Castillo sostuvo que las elecciones de Nicaragua “merecen el rechazo de la comunidad internacional”. También pidió la liberación de los candidatos y presos políticos.
A pesar de los sectores en desacuerdo con los resultados, las elecciones se llevaron a cabo sin incidentes.
El país centroamericano elige mandatario en un contexto político marcado por la represión. La fórmula encabezada por Ortega y su esposa se encaminan a cumplir otro periodo de gobierno.
Las elecciones del 7 de noviembre en Nicaragua buscan perpetuar en el poder al presidente Daniel Ortega, afirmó el jueves la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en un informe que señala “impunidad estructural” y “crímenes de lesa humanidad” en el país centroamericano.
La Argentina se abstuvo en los últimos días de votar a favor de una resolución por la que la Organización de Estados Americanos (OEA) exigió al gobierno de Nicaragua la liberación inmediata de presos políticos opositores.
El gobierno de Alberto Fernández decidió no acompañar el llamado de atención de la OEA, al igual que países como Bolivia y México.
Como Venezuela y Cuba, Nicaragua ha ido acentuando el perfil totalitario del gobierno de Ortega y su entorno, optando por erradicar de la escena política a quienes disienten política y/o culturalmente.
Con torpes posiciones en materia de política exterior lo único que logran es que el país esté cada vez más alineado con los regímenes repugnantes desde el punto de vista institucional.
Argentina y México ordenaron regresar a sus embajadores en Managua para analizar la situación. La semana pasada, ambos países no apoyaron sanciones contra el régimen de Daniel Ortega.
Tras la polémica abstención en la condena formulada por la OEA por violación de DDHH, Alberto Fernández y Andrés Manuel López Obrador indicaron “consultas sobre las preocupantes acciones políticas-legales” en el país centroamericano.
Por encima de las “guitarreadas” de Alberto, lo más grave fue la actitud tomada en la OEA ante Nicaragua.