Video: cómo está “Coco”, el mono hallado desnutrido y sin dientes en el armario de una casa

El animal de a poco está volviendo a confiar en una mujer que, con mucho amor, se ofreció a brindarle su hogar hasta que se definan cuestiones legales.

El primate quedó bajo la custodia de la ONG "Pájaros Caídos".
El primate quedó bajo la custodia de la ONG "Pájaros Caídos".

“Coco”, el mono carayá que fue hallado en una casona en el barrio porteño de Belgrano aprisionado en un placard, sin ventilación ni luz y en un estado de extrema esclavitud se encuentra en mejor estado.

Según destaca Clarín, el animal de a poco está volviendo a confiar en una humana que, con mucho amor, se ofreció a brindarle su hogar como un espacio de tránsito hasta que se definan las cuestiones legales.

El fin de semana del 4 de diciembre, la Policía Federal allanó una vivienda en la calle La Pampa al 3100 (Belgrano R) tras recibir numerosas denuncias de vecinos por ruidos molestos y fiestas clandestinas hasta altas horas de la noche. Lo que no se imaginaron fue que al abrir un armario iba a asomarse un monito de color negro, desnutrido, sin dientes, y con la mirada llena de miedo y desolación.

Tras haber vivido ese calvario, el juez interviniente en la causa determinó que el primate quedara bajo la custodia de la ONG “Pájaros Caídos”. Ahora, se encuentra en San Isidro bajo la tutela de Silke Lienhard, una voluntaria de la organización que se dispuso a ayudar y a demostrarle a Coco “que no todas las personas son iguales ni causan ese daño en un animal”.

La asociación civil Pájaros Caídos nació hace 14 años cuando la actual presidenta, Clara Correa, no hallaba respuestas ni de los zoológicos ni de las reservas ecológicas sobre qué debía hacer con un pichón que había encontrado. “A los días se murió el ave y ese mismo día armé el blog de lo que hoy es Pájaros Caídos para recibir consultas sobre el tema. Desde ahí no paramos, trabajamos con varios voluntarios, recibimos preguntas de distintas partes del mundo y los asesoramos acorde lo que precisen”, explicó.

Sin embargo, el mayor reto apareció cuando el domingo 5 recibieron un llamado de la fiscalía para avisarles que estaban en procedimiento policial en un domicilio por CABA y que habían descubierto un mono. “Armamos un lugar especialmente para el animal y decidimos desafiar ese no para transformarlo en un sí”, comentó Correa, quien además sostuvo que es un macho de cinco años que necesita arrastrarse por el suelo porque no tiene musculatura.

Es aquí donde interviene Silke quien actualmente está al cuidado de Coco. “Clara me llamó, me comentó la situación y de ahí en más comencé a ver dónde podía ubicarlo. Decidimos armarle un espacio en el lavadero y tuve que aislarlo del resto de las mascotas que tengo en mi hogar porque no sabía cómo podía reaccionar”, detalla Lienhard, quien asiste a la ONG desde hace un año.

Y agrega: “Con la mirada el animal está transmitiendo todo. Lo encontramos muy mal, es una situación que da mucha tristeza porque está completamente atrofiado como si fuera una bola que vivió por mucho tiempo en un lugar muy pequeño o atado de pies y manos. Tiene una discapacidad irreversible”.

Si bien en un primer momento el primate iba a ser trasladado a una Reserva Natural en Misiones, desde la ONG se toparon con que el estado físico del carayá era peor del que imaginaban. “Seguramente podrá mejorar muchísimo la calidad de vida con una buena alimentación y rehabilitación diaria, pero eso va a llevarle bastante tiempo. Hoy en día, Coco no puede estar en tierra porque se mueve arrastrándose y eso puede lastimarlo”.

En base a cómo es la convivencia del mono con la familia de San Isidro, Silke señala que a pesar del calvario y maltrato que sufrió, es un dulce. “Se asusta ante movimientos bruscos y los ruidos lo ponen en alerta para defenderse. Por suerte un veterinario especialista en primates me dio las primeras indicaciones y ahora está pendiente de su evolución desde que llegó a mi casa”.

“Conectó muchísimo conmigo -continúa- porque siempre intenta estar encima mío, que le de cariño y contención. Cuando nos miramos a los ojos le digo ‘perdón por todo el daño que te hicieron y ojalá puedas entender que no todos los humanos somos iguales’ porque a pesar de todo lo que atravesó, tiene una bondad enorme”.

Ante el atropello de vida que cometió el responsable de este acto lamentable-quien ya se encuentra detenido- la voluntaria confiesa: “el sufrimiento del animal no debe ser en vano. Hay que entender que los animales silvestres no deben venderse ni tenerlos en cautiverio, no son un espectáculo ni mucho menos un show”.

Y añade: “Ojalá lo que sucedió pueda generar un cambio a futuro y que principalmente exista una condena social. Si uno tiene la posibilidad de evidenciar estas situaciones, hay que denunciarlas porque estos temas se deben visibilizar al igual que cualquier otra clase de violencia”.

Actualmente, Coco se está adaptando a un hábitat artificial donde tiene un piso de goma eva -recomendado por un veterinario- para que pueda desplazarse sin dificultad y así ejercer sus necesidades. También, duerme junto a un peluche dentro de un carrier. “Ahora le estamos dando rúcula que es algo acorde a su dieta porque se cree que lo alimentaban de caramelos y chocolates. Tendría que estar pesando 8 kilos y ahora está en 2″.

“Estoy feliz de formar parte de esta experiencia, de transmitirle paz y confianza nuevamente. Con el correr de los días, se tranquilizó mucho y para mí es importante devolverle el cariño que por mucho tiempo no tuvo”, concluye Lienhard emocionada.

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