Rescatando nuestro pasado de colores y brillos entre los vitrales del Pasaje San Martín

Por estos días comenzaron a restaurar el conjunto de vitrales de la cúpula este del Pasaje San Martín, verdadero emblema arquitectónico e histórico de nuestra provincia, es el sueño del empresario español Miguel Escorihuela Gascón, inaugurado en el 1926, y que fuera proyectado por el ingeniero alemán Ludovig Froude con la dirección del ingeniero Edmundo Romero. Toda la construcción estuvo a cargo de la Empresa Constructora F.H. Schmidt, según consta en los documentos originales que se conservan en el Archivo General de la Provincia. Los famosos ensambles de vidrios coloridos de estilo Art Nouveau, atravesaron el océano Atlántico desde la lejana Francia, su viaje duró casi dos meses hasta que llegaron hasta nuestra provincia en tren. Soportaron el embate de cuatro terremotos. Son centenarios ya que fueron construidos a finales del 1924, y se adaptaron a los cuadrantes metálicos protegidos por una estructura de vidrio armado y rejas que se colocaron en la parte superior del pasaje San Martín, y así los disfrutamos en nuestros días. En total son dos cúpulas de cinco metros de diámetro y otra central que es la mayor de toda Mendoza, que complementan 8 rosetones de un metro y medio, también cuatro importantes vitrales lineales en forma abovedada. Cientos de visitantes observan en las cúpulas, extrañas siluetas de los artistas y restauradores Esteban Grimi y Carlos Alvacete, conocido como Cardo, que se mimetizan en la difícil tarea de repararlos, para ello utilizan un complejo sistema de andamios en un espacio muy reducido. Todo es arte y pasión por mantener viva nuestra historia.

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