La Asociación Americana del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés) presentó una actualización en sus guías sobre presión arterial, que redefine los parámetros de diagnóstico y tratamiento en Estados Unidos. El anuncio implica un cambio relevante en la manera en que los médicos norteamericanos evaluarán la hipertensión, considerada una de las principales causas de enfermedad y muerte prematura.
Aunque se trata de lineamientos diseñados para ese país, especialistas señalan que la modificación podría tener impacto en otras regiones, incluida la Argentina, ya que la información suele servir de referencia a la comunidad médica internacional.
La actualización internacional refuerza un mensaje clave, el conocer los propios valores de presión arterial y actuar a tiempo puede marcar la diferencia en la prevención de múltiples enfermedades.
Los límites de presión arterial
El cardiólogo David Sullivan, del Centro Médico Regional Centro-Sur, explicó que “la presión arterial normal es menos de 120/80 mmHg. Las nuevas directrices proponen tratar a los pacientes para que su presión arterial permanezca por debajo de 130/80 mmHg”.
Esta reducción en el umbral marca un giro en la práctica clínica: más personas podrían ser consideradas en riesgo y, en consecuencia, recibir seguimiento o medicación antes de lo que ocurría con los criterios previos.
Hasta ahora, el estándar indicaba que los valores óptimos se ubicaban por debajo de 120/80 mmHg, pero el inicio del tratamiento solía plantearse en niveles superiores. Con la nueva guía, se adelanta la intervención médica. Según Sullivan, “el objetivo, con este enfoque más proactivo, es disminuir de manera integral el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares”.
El especialista insistió además en la importancia de los controles: “la recomendación más directa es tener la presión arterial revisada de manera regular. Saber en qué nivel estás es la primera defensa contra varias enfermedades crónicas”.
Prevenir la hipertensión para evitar otras enfermedades
La decisión de la AHA no se limita solo a las enfermedades cardíacas. Sullivan detalló que “prevenir la hipertensión también ayuda a evitar otras enfermedades crónicas importantes, como la renal, y ahora, por primera vez que tengo conocimiento, disminuiría las probabilidades de que alguien desarrolle demencia en etapas avanzadas de la vida”.
En Estados Unidos, pese a numerosas campañas de concientización, la hipertensión sigue siendo considerada un “asesino silencioso”. Muchas personas desconocen que tienen la presión elevada y suelen enterarse después de un episodio grave, como un infarto o un accidente cerebrovascular.
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Si bien estas nuevas recomendaciones se aplican en territorio norteamericano, no se descarta que en el futuro puedan influir en guías de otros países.
En Argentina, los médicos también insisten en la necesidad de mantener controles frecuentes, cuidar la alimentación, reducir el consumo de sal y sostener hábitos de vida saludables.