19 de diciembre de 2025 - 12:34

Muerte de la elefanta Kenya: tuberculosis, pérdida de falanges en patas y múltiples lesiones

Hace días se confirmó la muerte de la elefanta Kenya, quien vivió 40 años en Mendoza. Alarma y dudas por la posibilidad de que haya tenido tuberculosis.

En octubre de 2022, cinco meses después de haber llegado al Santuario, falleció Pocha, mamá de Guillermina. Entre la muerte de Pocha y el reciente fallecimiento de Kenya -hace unos días-, en octubre de este año también falleció Pupy en este espacio natural de Mato Grosso. Pupy y Kenya compartían recinto en Brasil, puesto que ambas eran elefantas africanas.

Fallció la elefanta Kenya en Brasil
Fallció la elefanta Kenya en Brasil

Fallció la elefanta Kenya en Brasil

La muerte de las dos paquidermas -con dos meses de diferencia- generaron una serie de interrogantes centrados en el Santuario. Y fue tanto el "ruido" generado que en las redes y la página web del propio Santuario Global de Elefantes compartieron información sobre la información disponible sobre las muertes de Pupy y Kenya.

"Normalmente no hacemos esto, pero para proteger el santuario de especulaciones y la propagación de información falsa, hemos compartido información preliminar de las necropsias tanto de Pupy como de Kenya", indicaron en la red social X, incluyendo el link con la información detallada.

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Qué se sabe de la muerte de la elefanta Kenya en el Santuario de Brasil

En un extenso texto publicado en la web GlobalElephants.org, desde el santuario detallaron lo que se sabe "hasta ahora" sobre la muerte de las elefantas Pupy y Kenya, ambas fallecidas recientemente y en medio de cuestionamientos, dudas y versiones cruzadas.

Si bien aclararon que las necropsias son procesos largos y que demandan meses -incluyen análisis de laboratorio, cultivos y estudios complementarios-, brindaron algunos detalles preliminares. En el caso de Pupy, resaltaron que aún quedan pruebas pendientes, mientras que especificaron que los resultados finales de Kenya se conocerán recién en enero debido al cierre temporal del laboratorio universitario que analiza las muestras.

Al explicar el panorama con que se encontraron tras la muerta de la elefanta africana que vivió 40 años en cautiverio en Mendoza, resaltaron que su cuerpo evidenciaba de manera clara las consecuencias del cautiverio prolongado. En ese sentido, detallaron que las radiografías revelaron una osteomielitis severa, con pérdida de falanges en varias patas, además de un deterioro articular crónico en uno de sus codos.

La elefanta Kenya llegó al Santuario de Brasil tras 5 días de viaje desde Mendoza
La elefanta Kenya en el Santuario de Brasil

La elefanta Kenya en el Santuario de Brasil

También, resaltaron, se detectaron lesiones, quistes y alteraciones en distintos órganos abdominales; así como también diarrea crónica, infecciones en los colmillos, dieta deficiente y escasa atención veterinaria antes de su traslado. No obstante, el hallazgo más grave estuvo en los pulmones. Allí los especialistas consideraron altamente probable una tuberculosis avanzada, con infiltraciones granulares y colapso alveolar. Todos estos daños fueron catalogados como crónicos por las autoridades del Santuario, lo que significa que fueron previos a su llegada a Brasil.

Otro dato que llama la atención es que, según resaltan en el comunicado del santuario, durante su estadía, a Kenya le realizaron análisis de sangre, orina y heces, estudios que arrojaron valores dentro de los parámetros esperables para su edad. En ese sentido, aclaran que esos resultados contrastan con la gravedad de los daños internos detectados tras su muerte.

Respecto a Pupy (quien había llegado del Ecoparque porteño) y su necropsia, indicaron que este su necropsia reveló un cuadro complejo y poco habitual. Se observó que entre 30% y 40% de sus pulmones estaban comprometidos por una ameba que le provocó abscesos y neumonía, algo considerado anormal por los patólogos y asociado, casi con certeza, a un sistema inmunológico debilitado.

Este mismo microorganismo fue hallado en el aparato digestivo de la elefanta, junto con una fuerte infiltración protozoaria que derivó en una gastritis severa.

Por último, desde el Santuario Global de Elefantes informaron que tanto Pupy como Kenya -ambas elefantas africanas y que compartían recinto en Brasil- arrastraban condiciones previas importantes, producto de décadas de vida en recintos inadecuados.

Kenya, desconsolada ante la muerte de su compañera Pupy en el santuario de elefantes de Brasil
Kenya, desconsolada ante la muerte de su compañera Pupy en el santuario de elefantes de Brasil

Kenya, desconsolada ante la muerte de su compañera Pupy en el santuario de elefantes de Brasil

Ante la preocupación por una posible transmisión de tuberculosis, desde el santuario confirmaron que las muestras de Pupy dieron negativo en las pruebas realizadas hasta el momento y que no existe contacto entre elefantes africanos y asiáticos dentro del amplio predio. Además, aseguraron que el personal que trabaja en el lugar es sometido periódicamente a controles médicos, y que se aplicaron todos los protocolos estrictos de cuarentena ante cualquier sospecha sanitaria.

Dudas sobre la estadía de Kenya en Brasil

Tras confirmarse la muerte de Kenya en Brasil y los informes preliminares de su autopsia, se generó una fuerte polémica, que encendió alarmas sanitarias y políticas. Fue a raíz de la presencia de signos avanzados de tuberculosis en la elefanta "mendocina", y que eran compatibles con tuberculosis humana.

Según la necropsia preliminar realizada el mismo día de su muerte, Kenya tenía lesiones pulmonares severas, granulomas en ambos pulmones y colapso alveolar, lo que sugería que la enfermedad no era reciente y que habría estado presente antes de su llegada a Brasil.

Este informe generó una fuerte y marcada contradicción con la documentación oficial que acompañó oportunamente el traslado de Kenya desde Mendoza hasta Mato Grosso. Tanto el Ecoparque de Mendoza como el Senasa habían certificado que Kenya contaba con controles sanitarios al día y que no presentaba tuberculosis activa. Esto lleva a las autoridades argentinas a pensar -o, al menos, a sospechar- que la tuberculosis fue contraída ya en el santuario.

Elefante Kenya 5.jpg

Las muertes de la elefanta asiática Pocha (mamá de Guillermina) y de las africanas Pupy y Kenya -todas registradas en los últimos tres años- han encendido las alarmas y posado los ojos sobre el Santuario Global de Elefantes. Dos de estas tres elefantas habían partido desde el Ecoparque de Mendoza, y también aquí falleció este año -y antes de partir a Brasil- el elefante asiático Tamy, pareja de Pocha y papá de Guillermina.

Esta realidad ha motivado a que el Gobierno de Mendoza tenga definido solicitar un informe detallado al santuario donde se detallen las causas de la muerte de Kenya y el estado sanitario de Guillermina, la única elefanta mendocina que permanece allí. Ya desde el predio ubicado en tierras brasileñas aseguraron que Guillermina fue testeada y dio negativo para tuberculosis.

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