Malargüe bajo nieve: animales mueren porque sus dueños no pueden volver a los puestos

Algunos quedaron aislados en sus casas, pero otros huyeron y no pueden regresar para cuidar su ganado debido a los caminos bloqueados por la nieve.

Muchos puesteros quedaron aislados en sus casas. Otros alcanzaron a huir pero no pueden regresar a trabajar. | Foto: gentileza
Muchos puesteros quedaron aislados en sus casas. Otros alcanzaron a huir pero no pueden regresar a trabajar. | Foto: gentileza

Avelino Hernández tiene 68 años y, por haber nacido en un puesto inhóspito de Malargüe, conoce las consecuencias de los temporales de nieve como la palma de su mano. Tenía apenas 4 años cuando atravesó con miedo una de las peores tormentas de las que tiene memoria. Según contó a Los Andes su papá perdió en esa oportunidad todo su capital, alrededor de 300 chivos.

Casado con Lidia Riquelme, ambos alternan su vida entre Malargüe y su puesto denominado “Aguas termales” dedicado a la cría caprina y ubicado a unos 39 kilómetros de la ciudad, en la zona de Mallín Pincheira.

Cuando escucharon el pronóstico, que anticipaba una alerta amarilla y roja por el temporal de los pasados 22 y 23 de agosto, decidieron viajar a Malargüe y dejar a sus animales alimentados en el campo, justamente, previendo una nevada intensa que pudiera generarles complicaciones.

Pero Avelino y Lidia nunca imaginaron que iban a sufrir las consecuencias desde la ciudad, es decir, al revés de lo que a muchos otros les sucedió, que quedaron incomunicados en los puestos. Ellos, hasta ahora, no han podido acceder a su casa del puesto debido a la gran cantidad de nieve acumulada.

Avelino carece de un vehículo apto para transitar en medio de la nieve. Tiene una moto y un Renault 9. “Imposible llegar al campo así. Llegué apenas hasta un determinado lugar y pude ver unas seis ovejas muertas. Pienso volver este viernes porque me dijeron que Defensa Civil está trabajando para liberar los caminos”, dijo el angustiado puestero a este diario.

La mayor incertidumbre es conocer el destino de sus cabras. La familia cría alrededor de 300 chivos y cabras, además de algunos caballos y ovejas. “Sabemos que han muerto muchos animales en la zona y nosotros vivimos en un sector muy nevador. El viento, el frío y la nieve pudieron haber hecho desastres, pero no tenemos la posibilidad de llegar, así que lo desconocemos”, insistió Avelino.

Su idea, si lograba llegar días atrás, era permanecer en el puesto para intentar alimentar a los animales, pero asegura que “no hubo forma”.

Una vida sacrificada

Avelino nació en Malargüe, y si bien alternó con algunos otros trabajos a lo largo de su vida, nunca abandonó el puesto que inició su abuelo, siguió su padre y luego continuaron él y sus hermanos.

“Por eso conozco los temporales y soy consciente de que esto es producto de la naturaleza, muy poco podemos hacer. La angustia igual se siente en lo más profundo. Pude ver al menos seis ovejas muertas de un total de 40 que criamos en el campo”, continuó el productor.

El municipio, grupos solidarios y Gendarmería han continuado ayudando a puesteros que quedaron aislados por la nieve. | Foto: Municipalidad de Malargüe
El municipio, grupos solidarios y Gendarmería han continuado ayudando a puesteros que quedaron aislados por la nieve. | Foto: Municipalidad de Malargüe

Apenas vio el panorama, Avelino cayó enfermo y su esposa está convencida de que fue producto de los propios nervios y de la angustia que le provocó la situación. “Ayer nos enteramos por un vecino de que iban a pasar la máquina para abrir la ruta y facilitar el acceso, por eso haremos otro intento este viernes. Cuando mi esposo intentó llegar, la nieve le llegaba hasta la cintura, era imposible llegar a los animales”, relató la mujer, quien es celadora jubilada y tienen una hija.

“La vida en los puestos es muy sacrificada y el clima es riguroso, pero Adelino está acostumbrado. Nuestra hija Natalia pudo estudiar, es universitaria, y para nosotros es un orgullo porque siempre hemos trabajado duro en una tarea que implica esfuerzo y que depende en gran parte del clima”, sostuvo Lidia.

Otro de los grandes temporales que recuerda el jefe de familia fue allá por los años ‘60, cuando el temporal mató a las 100 cabras que entonces criaban. Más allá de morir de frío, y a veces asfixiadas en las propias cavernas que improvisan, otras tantas comienzan a debilitarse y mueren con el correr de los días.

En este caso, la tormenta sacudió la zona en la época de preñez de las cabras, muchas de las cuales abortaron o “malparieron”, como suele decirse en esta zona. “Esto va a generar que no podamos tener la cría, que suele nacer en octubre y comercializarse en diciembre”, ejemplificó el productor sureño.

Afortunadamente, Avelino sí pudo ver a lo lejos que sus caballos estaban a salvo y sólo espera que la situación no sean tan dramática cuando por fin pueda acercarse al puesto.

“Tengo alimento para los animales en el puesto, pero no puedo llegar. Además, si logro acceder, tampoco es fácil llegar donde están los animales”, manifestó el hombre, que vivió justamente la situación inversa de la que padecieron otros puesteros, que quedaron aislados sin poder salir de sus viviendas.

Numerosas donaciones tras la nota de Los Andes

Fue tanta la cantidad de personas solidarias que colaboraron luego de la publicación de Los Andes la semana pasada, que el grupo “Fuera de ruta Malargüe”, que se dedica a acercar víveres y ayuda en fechas especiales, que en Malargüe se organizó una conferencia de prensa.

Numerosos medios de comunicación se hicieron eco y se recibió gran cantidad de botas, colchones, ropa y alimentos. Una empresa de Las Leñas donó 80 pares de botas de nieve.

“Hemos distribuido absolutamente todo y estamos muy satisfechos con la respuesta. En este momento no nos queda nada por llevar, pero siempre estamos a la espera de nuevas colaboraciones”, dijo Javier Orlandi, que forma parte del grupo.

Este comerciante que vive en la ciudad cabecera explicó que una de las postales que más lo impactó fue la imagen de una mujer de un puesto que recibió la mercadería en ojotas. “Las historias que nos contaban fueron muy terribles, pero al mismo tiempo, es gente que está habituada. Uno de los crianceros recordó otro temporal cuando la nieve le llegaba al cuello”, relató.

Según dijo Orlandi, desde 1999 no se registraban condiciones climáticas tan rigurosas en el Sur mendocino. “En este momento está nevando en El Azufre y en la zona del Valle Noble, es decir, en la cordillera. Nosotros seguiremos recibiendo todas las donaciones que puedan acercar y continuaremos haciendo nuestras tradicionales expediciones con vehículos especiales”, adelantó, solidario.

Las necesidades de los puesteros son reales, aseguró Orlandi, para agregar que durante todo el año el grupo suele acercarse, especialmente a las escuelas rurales, donde los niños tienen un régimen de albergados.

Orlandi señaló que en muchos casos, cuando la ayuda resulta insuficiente, el grupo suele poner dinero de sus bolsillos. Por eso volvió a apelar a la solidaridad de la gente. “Por supuesto que el dinero es importante, aunque en situaciones tan particulares y extremas como la que estamos viviendo, recibimos todo lo que puedan acercarnos”, concluyó.

Cómo colaborar

El alias de la agrupación “Fuera de ruta Malargüe” es fueraderuta. Contacto para enviar alimentos, ropa, calzado y colchones: 260-4558849.

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