Los jubilados cumplieron 90 marchas en Mendoza: qué pasó con sus demandas iniciales y por qué siguen
"Si nos quedamos en casa seguro vamos a perder". La plaza San Martín y su convocatoria se transformaron en un punto de resistencia. Apoyo de otros colectivos
Marcha de jubilados por las calles del centro de Mendoza. Cientos de personas se manifestan cada miércoles por el ajuste
La Plaza San Martín de Mendoza se convirtió en los últimos meses en un punto de resistencia. Cada miércoles, sin interrupción desde febrero de 2024, los jubilados mendocinos se congregan allí para reclamar por la pérdida de derechos y el impacto del ajuste nacional sobre sus ingresos.
Y a ese espacio simbólico se han sumado distintos colectivos sociales, sindicales y educativos, ya sea para acompañarlos o para visibilizar sus propios reclamos.
Con la marcha número 90 el miércoles pasado, los referentes del movimiento recuerdan que el primer encuentro fue el 7 de febrero de 2024, “a dos meses de la asunción del gobierno nacional de Javier Milei ”. Desde entonces, aseguran, se transformaron en un nodo de resistencia a sus políticas, impulsados por una batería de medidas que, según señalan, recortaron derechos y deterioraron las condiciones de vida de los adultos mayores.
Lejos de la etiqueta de “clase pasiva”, los jubilados encabezaron una movilización sostenida, que no solo mantuvo sus demandas iniciales sino que, con el paso de los meses, las amplió ante nuevas decisiones del Gobierno nacional.
Por qué salieron a la calle: las jubilaciones
Raúl Bonotti, uno de los voceros y referente de Jubipen, una de las agrupaciones que sostiene la protesta, explicó a Los Andes que las primeras marchas surgieron frente a una seguidilla de medidas que, afirma, los golpearon directamente.
Marcha de Jubilados en Mendoza
Jubilados marchan en Mendoza con apoyo de estudiantes y sindicatos. Foto: Ramiro Gomez.
“Las medidas que se tomaron en contra nuestro fueron el cambio de la movilidad jubilatoria, por otro modelo en base a la inflación de los dos meses anteriores. Después se eliminaron los créditos de Anses, la pérdida de los haberes nuestros respecto al gran golpe inflacionario que dio (el presidente) Milei, y ajustó los gastos a su déficit cero, en el cual nosotros aportamos ahí como un 30%, fuimos un poco la la variable de ajuste para que el gobierno alcanzara el supuesto déficit cero”, enumeró. Para aclarar esto último explicó que del monto total que se ajustó para lograr el objetivo, las jubilaciones fueron el 30%.
Sumó la falta de renovación de la moratoria previsional, lo que dejó sin posibilidad de jubilarse a la mayoría de las mujeres sin aportes suficientes: “Ya no había una jubilación; es una pensión recién a los 65 años, la PUAM, que es el ochenta por ciento de la mínima”. Esta se dio de baja en marzo: “En el caso de las mujeres que no alcanzan los treinta años de aporte, que son alrededor de un ochenta por ciento, algunos dicen noventa, ya no se pueden jubilar”, resaltó.
Agregó el veto presidencial al aumento del 7,2% aprobado por el Congreso y el congelamiento del bono de $70.000.
Una situación que califican de “dramática”
Otro tema de fuerte conflicto y severas consecuencias fue la quita de los medicamentos gratuitos de PAMI: “Se estima que a nivel nacional hay un millón setecientos mil jubilados que han quedado fuera de ese derecho”, apuntó Bonotti.
También señaló la preocupación por las imágenes de represión a jubilados en Buenos Aires: “Como la frutilla del postre siempre está la represión a la protesta”.
Cristina Romagnoli, referente de la agrupación Coirón recordó los comienzos como si se tratara de hace muchísimo tiempo, lo cual deja entrever que la lucha ya se ha hecho demasiado larga. Explicó que las primeras movilizaciones surgieron por el temor a un ajuste profundo: “Las medidas emulaban a los 90, el tema de las AFJP, transformar todo en una timba financiera y poner a los capitales multinacionales al servicio de la especulación”.
Señaló que las condiciones se han agravado: “Los precios de los medicamentos se fueron a las nubes; leía que desde 2023 a la fecha se han elevado 300%. Y las jubilaciones al mes de octubre ni siquiera llegaban a cuatrocientos mil pesos. No se llega a cubrir la canasta básica alimentaria, estamos a niveles de indigencia”. De hecho, abundan los relatos de adultos mayores que deben elegir qué medicamento comprar, optan por no tomar algunos o deben pedir constantemente ayuda a sus familiares para lo básico de la subsistencia. Y en esos relatos, hablan sobre todo de la pérdida de dignidad.
Marcha jubilados
Marcha de jubilados por las calles del centro de Mendoza. Cientos de personas se manifestaron en contra del veto del presidente de Milei a las leyes que aumentan el salario de los jubilados y declaran la emergencia en discapacidad.
Marcelo Rolland / Los Andes
En ese contexto, cuestionó: “Mientras nos achican los bolsillos, nos aumentan la nafta, la carne, el boleto de micro. El acuerdo ajustador Cornejo-Milei es cruel y sin fisura”.
Ahora, Romagnoli aseguró que siguen atentos al debate del presupuesto nacional y a las reformas laboral y previsional: “No son para ampliar derechos; lo que se vislumbra es nivelar para abajo”.
La relación de los jubilados con las autoridades
Mientras que en Buenos Aires las protestas de jubilados dejaron imágenes de represión, en Mendoza la relación con la Policía ha sido distinta. “Nosotros no hemos tenido ningún problema; siempre hemos acordado”, confirmó Bonotti.
Sin embargo, marcó un límite respecto del rol del Gobierno provincial: “El problema nuestro es con el gobierno nacional. El provincial mira para el costado, hasta ahí nomás, porque cuando se votan leyes que nos favorecen, los diputados y senadores de Cornejo votan en contra siempre”.
Según los manifestantes, el Gobierno nacional no ha tomado en cuenta ninguna de sus demandas y, por el contrario, ha sumado nuevas medidas que profundizan el conflicto.
Por qué siguen: la resistencia de los jubilados
El desgaste no los ha diezmado y la convicción persiste: “Sabemos que manteniendo la lucha en algún momento vamos a obtener frutos, porque si nos quedamos en la casa seguro vamos a perder”, expresó el referente.
A pesar de la falta de respuestas, los jubilados aseguran que las 90 marchas dejaron resultados importantes en términos de visibilización y organización. “La evaluación después de noventa marchas es que nuestra problemática la hemos puesto en valor. La plaza se ha convertido en un punto de referencia de acciones de resistencia y hemos incrementado nuestra organización”, indicó Bonotti.
El espacio también se transformó en un punto de encuentro de otros sectores: sindicatos, organizaciones sociales, grupos ambientales, colectivos de discapacidad, docentes y estudiantes universitarios.
Romagnoli destacó esta dimensión multisectorial: “Nos transformamos en un lugar de encuentro de distintos reclamos: defendemos el agua pura y los bienes comunes, está presente la universidad exigiendo financiamiento, el tema de la discapacidad, continuamente estamos trabajando codo a codo”.
Bonotti agregó que, para fortalecer esa articulación, una vez por mes (el tercer miércoles) realizan una ronda multisectorial y que lograron formar una red federal de agrupaciones de jubilados, con más de 40 organizaciones.
Y remarcó que su reclamo no se agota en lo previsional: “La situación de los jubilados está directamente atada a la de los trabajadores en general. Mientras no haya cambios de fondo, si logramos algo, son solo parches”.