Los argentinos son los más "quemados" de la región: 6 estrategias para desconectar durante las vacaciones
Un estudio concluyó que 9 de cada 10 trabajadores (92%) se consideran agotados o con síndrome de burnout, un agotamiento extremo vinculado al ámbito laboral.
Síndrome de Burnout: el agotamiento emocional tiene que ver con un estado de cansancio y fatiga que se manifiesta de manera física, psíquica o una combinación de ambos. Foto: Gentileza
Una investigación hecha a nivel regional dio cuenta de que los argentinos son los trabajadores más “quemados” del territorio. El estudio 2025 de Bumeran concluyó que 9 de cada 10 trabajadores (92%) se consideran quemados o con síndrome de burnout que es un agotamiento extremo vinculado al ámbito laboral.
El país encabezó el ranking regional por cuarto año consecutivo en un abordaje que también tuvo en cuenta la situación en Chile (89%), Panamá (79%), Perú (78%) y Ecuador (75%).
A las exigencias de todo el año, en un país en el que el contexto socioeconómico y político ha sido complejo y desgastante, el último tiempo se suma el agobio típico que aparece a fin de año. Es entonces que las vacaciones aparecen como el paraíso anhelado. Sin embargo, es frecuente que suceda que tras haberlas transitado, el regreso al trabajo nos encuentre casi tan agotados como cuando las iniciamos o al menos, no tan repuestos. Por eso algunos especialistas plantean aspectos a tener en cuenta para lograr que las vacaciones sean una verdadera desconexión y poder empezar el año laboral listos para los desafíos.
Qué es el burnout o estar “quemado”
El agotamiento emocional tiene que ver con un estado de cansancio y fatiga que se manifiesta de manera física, psíquica o una combinación de ambos, explicó en diálogo con Los Andes, Mario Lamagrande, licenciado en Psicología y especialista en burnout. Explicó que “es una sensación de no dar más, como si tuviéramos una bolsa de recursos y se hubiera agotado”, resume.
El cansancio, síntoma de males mayores
Una investigación hecha a nivel regional dio cuenta de que los argentinos son los trabajadores más “quemados” del territorio.
Dijo que el cuadro suele ser más intenso en individuos que trabajan en atención a clientes, usuarios o trato con personas, ya que este agotamiento aumenta cuando se tiene más interacción. Entonces hay una especie de círculo vicioso: frente al contacto social puede tomarse distancia por el agobio pero también volverse negativo y generar cierta aversión y actitudes nocivas. También influye la baja realización personal de las personas en el plano laboral. “Cuando encontramos baja realización en el empleo encontramos alto agotamiento y despersonalización y a la inversa”, señaló el profesional.
“El síndrome de burnout, o de “estar quemado”, se ha convertido en una epidemia silenciosa que afecta a millones de personas en todo el mundo. Lejos de ser un simple cansancio, es un estado de agotamiento físico, emocional y mental profundo, directamente relacionado con el ámbito laboral”, expresa el biodescodificador Daniel Coronel. Describe el proceso de la siguiente manera: “cuando damos más de lo que recibimos, o ignoramos las señales de nuestro cuerpo y mente que nos piden parar, generamos un “fogonazo” energético que nos deja “quemados”.
Cómo se siente tener burnout
Un informe de la Universidad Hospital Italiano junto con Hires, una firma de headhunting especializada en Mandos Medios resalta que el burnout o síndrome de desgaste profesional, surge como resultado de factores estresantes crónicos. Se manifiesta como una pérdida progresiva de energía, desmotivación y desinterés por las tareas cotidianas.
“Es un estado de cansancio extremo, tanto emocional como físico, en el que la persona se siente vacía de energía para afrontar la alta demanda del contexto laboral” explica Fabiana Reboiras, directora del Observatorio Social de la Universidad Hospital Italiano. “Suele estar acompañado de emociones como frustración, cinismo, desilusión, irritabilidad, falta de empatía y sentimientos negativos hacia colegas y hacia el propio rol”, agrega la profesional.
La especialista explica que, a estos indicadores emocionales, se suman síntomas físicos como dolores corporales, molestias digestivas, migrañas, alteraciones del sueño y fatiga crónica. El burnout también puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, hipertensión y problemas inmunológicos; además de su impacto en la vida personal.
El peso del fin de año
Del estudio de Bumeran se desprendió justamente cómo esta situación afecta la cotidianidad y el desempeño: 53% refirió falta de energía o cansancio extremo, 41% negativismo o cinismo hacia el trabajo y 22% una disminución en la eficacia laboral.
Además, 77% de los trabajadores manifestó sentir estrés durante el último año, incluso es alta la proporción de quienes aseguran sentirse más quemados que el año anterior. En tanto, 73% manifestó desmotivación y 40% experimentó agotamiento fuera de lo normal por exceso de tareas.
cansancio emocional
Una investigación hecha a nivel regional dio cuenta de que los argentinos son los trabajadores más “quemados” del territorio.
WEB
Al ser consultada sobre el motivo por el cual el burnout se siente más a fin de año, la especialista de la Universidad explica que “en el cierre del año, el clima social suele empujar a hacer balances y ‘concluir etapas’, generando la sensación de que deben tomarse múltiples decisiones importantes de manera simultánea, incrementando la ansiedad y la frustración”.
Desde el punto de vista planteado por Hires la desconexión no es un privilegio, sino una inversión en la capacidad de liderazgo y en la prevención del desgaste. “Cada vez es más claro que liderar no implica estar disponibles todo el tiempo, sino saber cuándo enfocarse y cuándo hacer una pausa para preservar la claridad que exige una buena toma de decisiones”, explica Juan Manuel Cueto, Managing Partner de Hires. “Es un desafío: las personas que lideran la operación tienen que garantizar que la estrategia avance mientras cuidan a sus equipos, una doble responsabilidad que muchas veces los mantiene atados al celular o el email, más de lo que quisieran”.
El desafío de desconectar
Uno de los desafíos es lograr la desconexión. El abordaje dio cuenta de que 37% reconoce no poder desconectarse del trabajo una vez terminada la jornada, y otro 37% siente una presión laboral mayor que antes.
Para Lamagrande, uno de los elementos que mejor previene el quemarse en el empleo es el apoyo social. “Pero ¿qué pasa si justo ese soporte está agotado? - se preguntó- esto fue uno de los elementos más nocivos que encontramos en el 2023, la alta inestabilidad social y económica, que de alguna manera arranca a comienzos de estos años y se empieza a estabilizar (...) algunos lo aceptan o no, pero de alguna manera es como tener un perfil definido y no ese estado de incertidumbre que caracterizaba la situación previa”.
El problema es que escenarios cambiantes o inestables afectan las relaciones y por ende también los ámbitos laborales y por eso crecen las patologías relacionadas a problemas en salud mental (...) cuando nosotros vemos esto, sí hay como una disminución en cuanto a ciertos temas.
Cómo recuperarse en vacaciones
La empresa diseñó una guía práctica para asegurar que el tiempo off se convierta en una recarga genuina de energía, esencial para arrancar el nuevo ciclo con alto rendimiento. Esta incluye 6 estrategias.
Notificación de "desconexión total": configurá correctamente tus mensajes de respuesta automática. Mencioná que no vas a tener acceso a tu email, y si alguien del equipo debiera estar disponible bajo modalidades de guardia, redireccioná las consultas urgentes.
Agenda cero durante esos días: preparate con tiempo para la existencia de estos días libres en tu agenda semanal. Dejá resueltas a tiempo todas las gestiones que así lo requieran.
El acuerdo personal para no preocuparse de más: si existen responsabilidades que resultan indelegables por su grado de responsabilidad, date un único permiso para consultar el celular a una hora específica, y solo por 5 minutos.
Shock de silencio mental: aunque parezca difícil de lograr, la mente necesita de una cuota de silencio para resetearse. Considerá hacer actividades de ocio que requieran de cierta concentración y te desconecten de lo que sucede alrededor.
"Kit de Emergencia" delegable: si sos de los que aprovechó a combinar unas vacaciones pendientes para esta época del año, te será realmente útil identificar entre 3 a 4 decisiones que nadie más podría tomar y diseñar un protocolo de acción simple para cada una. De este modo vas a brindar las herramientas y la confianza para que un líder temporal o colega pueda resolverlo por su propia cuenta en tu ausencia.
Regresá con suavidad: no agendes reuniones cruciales el primer día de regreso. Lo mejor es que esa jornada la dediques a ponerte al día y priorizar. Esto elimina la ansiedad de volver a la actividad el día uno y asegura un rendimiento más inteligente.