Jaime Saavedra: “Tras la pandemia, nos preocupa que perdamos una generación”

El director de Desarrollo Humano para América Latina del Banco Mundial afirma que se arrastran las consecuencias del Covid. Hay atraso en los aprendizajes y aumento de desigualdades, potenciado por la tecnología.

Jaime Saavedra, director para el Desarrollo de América Latina para el Banco Mundial. | Foto: José Gutiérrez / Los Andes
Jaime Saavedra, director para el Desarrollo de América Latina para el Banco Mundial. | Foto: José Gutiérrez / Los Andes

Para los especialistas en educación, las consecuencias de la pandemia de Covid sobre los estudiantes han dejado efectos negativos que persisten. La suspensión de las clases presenciales hace ya dos ciclos lectivos y la reformulación de los formatos de enseñanza y aprendizaje, generaron un impacto que creen será de largo plazo si no se contemplan estrategias.

Pero, por otra parte, las desigualdades dentro del sistema, entre regiones y países, se profundiza y en ese aspecto la tecnología aparece como un elemento potenciador. Sin embargo, reconocen que su uso es ineludible y que afrontar los desafíos que demandan las condiciones actuales requiere poner el acento en ciertos aspectos sustanciales.

Sobre el tema dialogó con Los Andes Jaime Saavedra, director para el Desarrollo Humano de América Latina del Banco Mundial. El especialista llegó a Mendoza para asistir al Congreso Internacional de Alfabetización, Lectura y Escritura que organizó la Dirección General de Escuelas (DGE) junto al Banco Mundial.

Para Saavedra, hay un avance de la pobreza educativa, las demandas a la escuela son cada vez mayores y más en contextos socioeconómicos complejos como el de Argentina.

-¿Qué le parece lo más preocupante en este momento dentro del sistema?

-Lo que más nos preocupa a nivel global, y quizás con más énfasis en América Latina y en Asia del Sur, es el riesgo de que perdamos una generación porque has tenido chicos que han estado fuera del sistema entre uno y dos años en la región y, lamentablemente, eso no solamente nos genera un retraso en los aprendizajes. Siendo América Latina una región ya muy desigual en términos de oportunidades, esa desigualdad está creciendo porque los chicos del estrato socioeconómico más rico en toda la región, mal que bien tuvieron acceso a alguna interacción y apoyo de los padres que trataban de asegurarse que hubiera algún enganche con el sistema educativo. No perfecto, pero algo de estímulo. Solamente ese 20% superior pudo aprender algo y tenemos el restante 80% que tuvo un desenganche muy fuerte con el sistema educativo.

Educación: "Siendo América Latina una región ya muy desigual en términos de oportunidades, esa desigualdad está creciendo", dijo Jaime Saavedra. | Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes
Educación: "Siendo América Latina una región ya muy desigual en términos de oportunidades, esa desigualdad está creciendo", dijo Jaime Saavedra. | Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes

Entonces, en el regreso, somos conscientes de que ha habido este shock y tenemos que enfocarnos en los aprendizajes fundamentales de los chicos. Toda América Latina tiene currículums muy densos, son 10 materias, los libros de texto tienen un montón de material que los profesores saben que no cubren, en primaria y en secundaria. Entonces, aquí tenemos que ser prácticos, hay que ser pragmáticos, tenemos que asegurarnos que los chicos puedan con lo fundamental ante el riesgo de que se desenganchen del sistema educativo.

-¿Estas pérdidas ya son visibles?

- Las universidades nos dicen “nosotros tenemos que bajar el nivel en los primeros años”, los profesores comparan con los chicos que estaban recibiendo el 2019 y son alumnos distintos, están recibiendo chicos que están atrasados.

- ¿Ustedes creen entonces que hay una pérdida de capital humano?

- Sí, pero no es irreversible. Obviamente, si no hacemos nada, sí. Efectivamente, ese chico que ha regresado a su aula habiendo perdido dos años de su vida en el peor de los casos, si se queda en el sistema, se va a quedar hasta el quinto de secundaria, pero en neto va a haber tenido dos años menos de aprendizajes, a menos que, como algunos de los países lo están pensando, digan: ‘En los próximos cuatro años tengo que cubrir lo que hubiera hecho en seis’. Tiene que haber reestructuraciones en el currículum en el cual prioricemos los aprendizajes fundamentales. El chico pre-2019 es un chico completamente distinto y eso va a ser bien complejo de recuperar.

- Para muchos alumnos, el sistema educativo dejó de ser atractivo, sienten que no les da los recursos que necesitan y ellos han cambiado ¿Cuánto logra adaptarse ahora y darles respuestas?

-Aparte del retraso académico, han venido chicos que han perdido, dependiendo del país, uno o dos años de socialización. Y, por lo tanto, requieren un apoyo socioemocional, que siempre sabíamos que se requería, pero ahora la magnitud de ese apoyo es mayor.

Y otro aspecto que nos preocupa mucho, y es bien grave, es que los chicos empezaban a socializar y aprender a navegar el entorno educativo en la educación inicial, pero en América Latina muchos no van a la sala de 3 todavía. Antes entraban al primer grado ya sabiendo cómo socializar y estar en un entorno escolar. Ha habido muchísima investigación en los últimos 15 años que mostraba la importancia que tenían los primeros años de educación inicial para el desarrollo cerebral, neuronal y socioemocional de los chicos, y que era una inversión con rentabilidades altísimas. Esa inversión desapareció.

-Habría que agregar el factor socioeconómico que afecta particularmente a una Argentina en la que seis de cada 10 niños y adolescentes son pobres e impacta en la forma de acceder y aprender.

-Obviamente el nivel de recursos en el hogar importa muchísimo. Y ahí es donde viene el tema de desigualdad que yo mencionaba, el factor socioeconómico siempre va a importar. Desde padres que tienen la estabilidad emocional, que les da la estabilidad económica también para poder apoyar mejor a los chicos.

- Con esos números en Argentina ¿Se está hipotecando su futuro?

-El impacto socioeconómico es importante, pero uno podría mantener un sistema escolar en el cual le das mucho apoyo a ese chico para compensar el impacto que podría tener el hecho de que hay una crisis económica que está impactando lo que está pasando en el hogar. Si en el hogar hay menos recursos para comprar alimentos, hay menos recursos para comprar libros o tiene que cuidar a los hermanos y no puede ir a la escuela, todo eso implica una menor acumulación de capital humano. Y eso es un impacto directo de cualquier crisis económica en cualquier momento. La escuela podría tratar de compensar eso.

- ¿Parte de los desafíos que tiene la escuela no se pueden asociar a que se le pide mucho?

-Se le pide mucho a la escuela y por eso tenemos que invertir más en educación. El servicio educativo es algo muy complejo porque, en definitiva, al chico le estás dando un conjunto de herramientas para que pueda ser feliz en el futuro. Eso es lo que le estás pidiendo al maestro y al director de la escuela y realmente le estás pidiendo algo que es muy difícil, eso hay que reconocerlo. Sí, probablemente le estamos cargando mucho a la escuela, pero es que el rol de la escuela es vital porque el impacto que tiene en la vida del chico es demasiado grande.

Jaime Saavedra, director para el Desarrollo de América Latina para el Banco Mundial. | Foto: José Gutiérrez / Los Andes
Jaime Saavedra, director para el Desarrollo de América Latina para el Banco Mundial. | Foto: José Gutiérrez / Los Andes

La respuesta a eso es que hay que apoyar más a la escuela y a los maestros. La sociedad en su conjunto en todos nuestros países tiene que pagar los impuestos que sean necesarios para que los maestros tengan el salario que compense el hecho de que están en una profesión muy exigente. Y eso no está pasando.

-¿La escuela está dando herramientas para el mundo laboral?

-Yo creo que la educación es para el mundo laboral y para la vida. Pero obviamente, para poder insertarme en el mundo laboral productivamente tengo que saber leer y escribir bien. No es que no me está dando la educación técnica o educación digital. Si la mitad no saben leer, ¿de qué educación técnica hablamos? Entonces, tenemos que asegurar lo fundamental y, además, agregar efectivamente la educación técnica y la digital. Esa parte digital ahora es absolutamente indispensable.

-¿Qué mirada tiene sobre la tecnología en la escuela?

-Tenemos que utilizar más herramientas tecnológicas en la medida que podamos. Pero la pandemia también demostró que la educación es interacción humana. Eso no va a desaparecer, es el factor fundamental que puede ser complementado y apalancado de manera muy productiva con la tecnología.

El problema ahora con la tecnología es que está siendo un gran factor desigualador, genera más desigualdad porque hay un profesor en esa escuela con un ambiente tecnológico favorable que está pudiendo utilizar la inteligencia artificial y el que está en la otra escuela no la tuvo ni la tiene y no sabemos cuándo la va a tener. Entonces las brechas son más grandes.

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