En defensa de la jarilla: colocaron 250 plantas en el Cerro Arco y buscan proteger un jarillal de Luján

Este fin de semana comenzó la reforestación de jarilla en el Cerro Arco. Durante el incendio de 2018 se perdieron hectáreas enteras de esta planta, protegida en Mendoza. Quieren que para 2023 se hayan plantado unos 2.500 ejemplares. Además, por ley quieren declarar área natural protegida a un imponente jarillal ubicado en Cacheuta, al costado de la ruta 7.

El área de Luján de Cuyo que alberga un jarillal de 240 hectareas y que se pretende declarar como área natural protegida. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
El área de Luján de Cuyo que alberga un jarillal de 240 hectareas y que se pretende declarar como área natural protegida. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

La jarilla es una de las especies más representativas de la flora mendocina y, a la vez, una de las más afectadas por la depredación –artificial y natural-. Es tal el riesgo al que se encuentra expuesta esta planta y tan marcada ha sido su disminución en las últimas décadas que hace ya varios años fue declarada especie protegida por ley provincial, por lo que cualquier actividad que atente en su contra se encuentra penada.

En septiembre de 2018, luego del terrible incendio que afecto gran parte de la superficie del Cerro Arco e inmediaciones, la jarilla fue una de las especies más afectadas por este siniestro. Si se tiene en cuenta el área total afectada, fue uno de los tres incendios más grandes en el Gran Mendoza de los últimos 20 años. Por esto mismo, dada la magnitud y las invaluables pérdidas en lo referido a flora y fauna (aunque principalmente a flora), este sábado comenzó la parte operativa del plan de reforestación en el Cerro Arco. Y la especie con que se inició el trabajo fue, justamente, la jarilla.

La jarilla, protegida: colocaron 250 plantas en el Cerro Arco y buscan que un jarillal sea área protegida. Foto: Gobierno de Mendoza.
La jarilla, protegida: colocaron 250 plantas en el Cerro Arco y buscan que un jarillal sea área protegida. Foto: Gobierno de Mendoza.

“En esta primera etapa se plantaron 250 plantines de jarilla en una quebrada puntual que se ubica a la altura de lo que se conoce como la rotonda de Scanner, aunque campo adentro y en dirección al puesto. Es una zona a la que no ingresa ganado, de acceso más complicado y que cuenta con las condiciones ambientales necesarias”, destacó el director de Recursos Naturales Renovables, Sebastián Melchor a Los Andes.

Ya durante la segunda mitad del año –probablemente en agosto y antes de la llegada de la primavera-, se replantarán en el lugar otras 750 plantas más para completar las 1.000 de esta temporada. El año próximo, en tanto, la idea es restaurar entre 1.000 y 1.500 plantas más.

“Luego del incendio se comenzó un trabajo muy minucioso junto al Conicet. Y en base a un relevamiento de Iadiza se detectó que la especie con mayor dificultad para restaurarse en el lugar y que necesitaría una restauración más activa (es decir, intervención directa en el territorio) es la jarilla. Porque es la que más ha sufrido y más necesidad de recuperación tiene”, agregó Melchor.

La jarilla, protegida: colocaron 250 plantas en el Cerro Arco y buscan que un jarillal sea área protegida. Foto: Archivo Los Andes.
La jarilla, protegida: colocaron 250 plantas en el Cerro Arco y buscan que un jarillal sea área protegida. Foto: Archivo Los Andes.

Inicio de la recuperación

El tristemente histórico incendio de septiembre de 2018 tuvo su origen de manera intencional y por obra y gracia humana. Y es que si bien el objetivo no fue el de generar el daño y la catástrofe en que derivó, fue el fuego de un asado mal apagado el que se fue propagando hasta afectar un total de 1.500 hectáreas.

Tras días y días de intenso trabajo para combatir las llamas, finalmente la situación fue controlada por bomberos y por personal del Plan Provincial de Manejo del Fuego de Mendoza. Y a partir de ese momento, en base a los daños del fuego sobre el ecosistema, la Secretaría de Ambiente y el Conicet comenzaron a trabajar en el análisis y la puesta en marcha de un programa de recuperación del lugar. Fue este el que comenzó el sábado pasado.

La jarilla, protegida: colocaron 250 plantas en el Cerro Arco y buscan que un jarillal sea área protegida. Foto: Gobierno de Mendoza.
La jarilla, protegida: colocaron 250 plantas en el Cerro Arco y buscan que un jarillal sea área protegida. Foto: Gobierno de Mendoza.

“Colaboraron también voluntarios de la Fundación Carmela Fassi, personal de Recursos Naturales (del área de Flora Nativa) y del Plan Provincial de Manejo del Fuego. Esto último tiene un valor agregado, ya que es importante que las mismas personas que trabajaron en la contención del fuego durante el incendio hoy participen de la reforestación”, indicó Melchor.

En el lugar y en las áreas afectadas, la principal “víctima” sigue siendo la jarilla y por ello es que será la especie con que se continuará la reforestación este año y el próximo. De hecho, en las laderas del cerro, todas las áreas que se ven negras y quemadas son precisamente ejemplares de jarilla.

La jarilla, protegida: colocaron 250 plantas en el Cerro Arco y buscan que un jarillal sea área protegida. Foto: Gobierno de Mendoza.
La jarilla, protegida: colocaron 250 plantas en el Cerro Arco y buscan que un jarillal sea área protegida. Foto: Gobierno de Mendoza.

Buscan que un jarillal de Luján sea área protegida

En simultáneo al inicio de la reforestación de jarilla en el Cerro Arco, en la Legislatura de Mendoza avanza un proyecto de ley para declarar “área natural protegida” a un amplio jarillal ubicado en Cacheuta, al costado de la ruta 7 y en un predio de 240 hectáreas.

“Es un hermoso jarillal, intacto, que se encuentra en tierras fiscales de la Provincia y frente a la cárcel de Almafuerte. Además de la importancia de la jarilla como especie protegida, el lugar y el piso son una importante protección ante posibles aluviones. A ello se suma el impacto visual de encontrar todo un mar verde en el paisaje, algo que es sorprendente”, destacó la presidenta de la Fundación Cullunche, Jennifer Ibarra.

El área de Luján de Cuyo que alberga un jarillal de 240 hectareas y que se pretende declarar como área natural protegida. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
El área de Luján de Cuyo que alberga un jarillal de 240 hectareas y que se pretende declarar como área natural protegida. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

Fue precisamente Cullunche quien, en 2020 –y cuando el proyecto también fue analizado y declarado de interés por el Concejo Deliberante de Luján de Cuyo- impulsó la declaratoria de la zona como área natural protegida. Ahora es la senadora provincial Mercedes Rus quien lo impulsa, ya con la idea de que se convierta en ley provincial.

“Tiene un valor natural, turístico e histórico impresionante. Porque, entre otras cosas, sirve muestra de cómo era el monte antes de que se iniciara precisamente el proceso de desmonte”, siguió Ibarra. Además, la activista destacó que es un inmejorable entorno para proceder a la liberación y reinserción de fauna silvestre.

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