14 de octubre de 2025 - 20:54

En Aconcagua Radio, alimentarse en tiempos de crisis

La nutricionista Laura Berger advierte en Aconcagua Radio sobre una “malnutrición silenciosa” que afecta a los argentinos.

La crisis económica no solo se mide en cifras o en precios: también se mide en la mesa. Lo que antes era cotidiano —frutas frescas, lácteos, carnes— hoy se ha vuelto un lujo para muchas familias. En los hogares argentinos, el menú diario se ajusta al bolsillo, y en ese ajuste se va perdiendo algo más que variedad: se va perdiendo salud.

Laura Berger, nutricionista y presidenta de la Asociación de Graduados en Nutrición, lo define con una expresión precisa: “malnutrición silenciosa”. Según explica, se trata de un tipo de desnutrición que no se nota a simple vista, pero que se manifiesta en la falta de nutrientes esenciales. “Debido a la situación económica, muchas personas tienen limitaciones para armar el plato saludable recomendado. Han disminuido el consumo de frutas y lácteos, y creció el de alimentos ricos en hidratos de carbono, como el pan, la polenta, las papas o las pastas. Son productos que llenan más y cuestan menos, pero no aportan lo que el cuerpo necesita”, señala.

La especialista advierte que los alimentos ultraprocesados —aquellos que vienen en paquetes y tienen altos contenidos de sodio, grasas y azúcares— se volvieron una salida frecuente ante la falta de opciones más saludables. “Producen saciedad y son de bajo costo, pero no son aptos para el consumo diario”, explica Berger.

A esto se suma una modificación en las fuentes de proteína. Con la carne cada vez más cara, las familias reemplazan el bife por productos más económicos. “Aumentó el consumo de subproductos como vísceras, carcasas de pollo o embutidos, y también el de huevos, que es un alimento muy noble y relativamente accesible. En muchos casos, el huevo está sustituyendo a la carne roja”, comenta la nutricionista.

Aunque aclara que el huevo es un alimento saludable —“tiene muchísimas vitaminas, minerales y proteínas”—, Berger insiste en la necesidad de mantener el equilibrio. “La carne roja tiene una proteína de mejor calidad, pero si se reemplaza por pollo o huevo no hay problema. Lo importante es no dejar de incluir proteínas, aunque provengan de fuentes más modestas”, afirma.

Otro de los rubros golpeados es el de las frutas y verduras, cuyos precios varían según la estacionalidad. “A veces los consumidores compran productos fuera de época y eso encarece mucho las comidas. Es una cuestión también de educación alimentaria: saber elegir los alimentos de estación, que son más baratos y nutritivos”, sugiere.

Para Berger, la clave está en la planificación: pensar las comidas antes de comprar. “Planificar permite aprovechar mejor los recursos, comprar en ferias o a productores locales y elegir alimentos de temporada, que suelen tener menor precio. Es algo que ayuda tanto a quienes tienen ingresos limitados como a quienes buscan organizar mejor su alimentación”, indica.

La nutricionista resume el panorama con una frase que resume el drama alimentario actual: “Hoy muchas personas comen para llenarse, no para nutrirse”. Entre los precios que suben y los nutrientes que faltan, la distancia entre el plato y la salud parece agrandarse cada día un poco más.

Escuchá la nota completa acá y podés escuchar la radio en vivo en www.aconcaguaradio.com

Embed
LAS MAS LEIDAS