El creador del uso de Ibuprofeno Inhalado dice que si se hubiera autorizado habrían muerto 65.000 argentinos menos

El tratamiento contra el Covid-19 que tuvo al país como epicentro disminuye en un 50% la mortalidad por la enfermedad, según los estudios científicos argentinos.

científicos aseguran que 65.000 argentinos menos hubieran muerto si se aplicaba el tratamiento de ibuprofeno inhalado. (Foto ilustrativa) 
foto: Orlando Pelichotti
científicos aseguran que 65.000 argentinos menos hubieran muerto si se aplicaba el tratamiento de ibuprofeno inhalado. (Foto ilustrativa) foto: Orlando Pelichotti

El tratamiento del ibuprofeno inhalado (NaIHS) para tratar al Covid-19, creado por un argentino, y no regulado por las autoridades nacionales, demostró su efectividad en la comunidad científica internacional. Dante Beltramo, doctor en Bioquímica, investigador principal del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y del Centro de Excelencia en Productos y Procesos de Córdoba (Ceprocor), es su creador, y la Universidad de Harvard financió los estudios, que han sido publicado en el National Bureau of Economic Research, y están a la espera de la revisión de pares.

El doctor Beltramo había modificado la molécula del ibuprofeno haciéndola 100% soluble en agua para administrarlo en nebulizaciones con el objetivo de tratar a pacientes con fibrosis quística, una enfermedad genética con altas tasas de mortalidad que afecta a niños y adolescentes. Y dado los interesantes resultados preliminares observados, en marzo de 2020 el médico especialista en medicina interna, neumonólogo e investigador clínico Alexis Doreski (MN 141740) se planteó la posibilidad de utilizarla en pacientes con COVID-19.

En agosto del 2020 el científico argentino explicó en Infobae que al someter la solución hipertónica del ibuprofeno al sistema de nebulización “genera partículas con efecto viricida, que al intercalarse en la bicapa lipídica de virus envueltos como el SARS-CoV-2 desestabilizan la membrana generando lisis, o sea, muerte del virus”.

El estudio llamado “Inferencia causal durante una pandemia: evidencia sobre la efectividad del ibuprofeno nebulizado como tratamiento no probado para el COVID-19 en Argentina”, que está a la espera de la revisión de pares, demostró que “el ibuprofeno inhalado disminuye 50% la mortalidad por COVID-19″.

Qué dicen los científicos sobre el Ibuprofeno Inhalado

Si bien muchas decisiones durante la pandemia no tuvieron evidencias causales obtenidas en los ensayos clínicos, los autores de las publicaciones concluyen que: “Estudiamos el caso del ibuprofeno nebulizado, un medicamento que se usó ampliamente en pacientes con COVID-19 en Argentina en medio de afirmaciones salvajes sobre su efectividad y sin aprobación regulatoria. Estudiamos datos de 5.146 pacientes hospitalizados en 11 centros de salud repartidos en cuatro provincias, de los cuales un total de 1.019 (19,8%) recibieron el tratamiento”

Y ahondaron: “Ahora presentamos nuestro análisis principal sobre el papel del tratamiento NaIHS en el riesgo de mortalidad de los pacientes. La falta de un ensayo clínico dificulta sacar conclusiones causales sólidas. En cambio, confiamos en las características observables de los pacientes y otros tratamientos recibidos para tener en cuenta el posible sesgo de selección. Es decir, utilizamos un supuesto de Selección sobre Observables, que impone dos condiciones principales: suposición de independencia condicional, esto es, la asignación de tratamiento es tan buena como aleatoria después de condicionar las características observables de los participantes, y superposición, lo que implica que se observan individuos con características observables similares tanto en el grupo de tratamiento como en el de control”.

Los científicos aseguran que “nuestro análisis del uso de ibuprofeno nebulizado como tratamiento para COVID-19 nos brinda una ventana única para estudiar cómo se usó un tratamiento no probado durante la pandemia y constituye uno de los estudios multicéntricos más grandes de pacientes hospitalizados disponibles para países en desarrollo”.

Continuaron afirmando: “Una primera revisión de los datos restringe la atención a los hospitales que en algún momento usaron NaIHS y documenta una gran reducción de la mortalidad, estadísticamente significativa, que podría atribuirse al tratamiento con NaIHS. Una preocupación obvia es que esta diferencia podría deberse a la selección de pacientes de menor riesgo para el tratamiento con NaIHS”.

“Sin embargo, las diferencias medias no ponderadas de las características basales no están sistemáticamente sesgadas hacia los pacientes de menor riesgo. Más formalmente, el estimador de ponderación de probabilidad inversa doblemente robusto confirmó la correlación después de corregir las fuentes más plausibles de posible sesgo de selección”, explicaron.

Eficacia del tratamiento en la neumonía por Covid-19

En marzo de este año, la base de datos académica multidisciplinar Wiley Online Library publicó un artículo titulado Reversión potencial de la vasoplejía pulmonar por ibuprofenato inhalado en la neumonía por COVID-19, sumando conclusiones sobre la eficacia de dicho tratamiento.

Según resumía Doreski a Infobae en aquella oportunidad, “los efectos observados sobre la salud de todos los pacientes tratados, la mejoría en valores de laboratorio y en la saturación de oxígeno, y el cambio favorable en la sintomatología llevaron a continuar con las investigaciones a pesar de todas las críticas de colegas y sociedades científicas”.

“Más de un año y medio después, con publicaciones en prestigiosas revistas revisadas por pares, obtuvimos el argumento necesario para volver a afirmar que en aquel momento, en plena crisis sanitaria, los pacientes no tenían tiempo de esperar los papers”, afirmó Doreski.

Con la publicación del trabajo financiado por Harvard, y la evidencia tantas veces reclamada cada vez más manifiesta, Doreski volvió a insistir “si se hiciera una inferencia, demuestran que hubieran muerto 65.000 argentinos menos por COVID-19 si se autorizaba el uso de este tratamiento”.

Sobre la nueva evidencia del abordaje de este tratamiento, Doreski, considera que “el ensayo es cuasi experimental, con lo cual tiene el poder estadístico de un estudio clínico, al comparar la evolución de personas que recibían el tratamiento versus las que no”.

“Esta evidencia, por un lado muestra que no estábamos observando nada disparatado cuando veíamos aumentar la saturación en sangre o cuando veíamos pacientes graves que revertían sus cuadros en 24/48 horas”, se explayó el investigador, quien ve los nuevos hallazgos “como algo positivo de cara al futuro, para que el tratamiento esté en las farmacias, que es lo que corresponde”.

“Nadie es profeta en su tierra”

Doreski asegura que las nuevas publicaciones “representan la concreción de un enorme esfuerzo después de haber trabajado de manera exclusiva tanto a tratar pacientes como a intentar ser escuchado por pares y autoridades”.

Enfatiza que “evidentemente es verdad aquello de que nadie es profeta en su tierra”, en referencia a que colegas internacionales se vieron interesados por su trabajo y quisieron estudiarlo en profundidad.

“Era fácil caer en el prejuicio porque obviamente no había estudios clínicos porque no se trataba de un medicamento autorizado. Pero en momentos de emergencia hay que pensar lateralmente y buscar soluciones de emergencia”, disparó el científico.

Y concluyó: “Esto hubiera cambiado mucho la historia de la pandemia, al menos en nuestro país, si las autoridades se hubieran detenido a escuchar lo que estábamos diciendo”.

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