Investigadores nacionales liderarán un estudio de sueño entre jueces penales de Mendoza. Se trata de un abordaje que ya se ha hecho con otras ramas de actividad y cuya intención es conocer cómo un sueño inadecuado (escaso o deficitario) influye en el desempeño laboral. Concretamente, el impacto en los niveles de estrés, ansiedad y en la toma de decisiones. La propuesta incluye además un plan de mejora de esa situación.
Es liderado por un equipo del Laboratorio Del Tiempo y la Experiencia (Litera) de la Universidad de San Andrés, dirigido por Diego Golombek, doctor en Ciencias Biológicas y destacado investigador y divulgador científico argentino.
Pero ¿cómo es el abordaje? En diálogo con Los Andes, los investigadores dieron detalles al respecto.
Golombek contó que en el Laboratorio, y junto con investigadores de Conicet, trabajan esto desde hace muchos años en diversas poblaciones y actividades. “Nos interesa que nuestra investigación tenga un asidero, tenga una aplicación en la sociedad, dentro de esto surgió la posibilidad de esta colaboración con el Poder Judicial de Mendoza y nos parece fascinante”, destacó.
Otro dato es cuánto tiempo le insume a los participantes completar el estudio. Se pide completar un cuestionario inicial, que es más demográfico, tiene algunas variables de hábitos de sueño, que se completa en 10 a 15 minutos. Después, durante las dos semanas del estudio, se pide completar un registro de actividad diaria, que lleva 5 minutos por día.
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Una pregunta justa: ¿qué consecuencias económicas genera un fallo judicial?
Victoria Lescano, becaria doctoral en Ciencias Aplicadas en el Laboratorio detalló que se trata de un estudio piloto, exploratorio, que involucra, en principio, a alrededor de 12 jueces voluntarios durante dos semanas. En la Corte de Justicia de Mendoza, a la que le llegó la propuesta de participar, se había detallado que se estima que en total serán unos 30 los participantes.
“Usamos actimetría, que son dispositivos similares a lo que sería un relojito, que registran patrones de sueño y vigilia, que usamos como medida objetiva de sueño”, explicó la profesional.
Cómo se analizará la información
“Esto lo complementamos con diarios de actividad, donde se registran horarios de almuerzo, de trabajo, también cuestionarios sobre la calidad del sueño y estrés. En paralelo, vamos a pedir el registro de decisiones judiciales, la hora de las decisiones, el tipo de decisión, algunos datos sobre la sentencia; luego el análisis consistiría en evaluar si hay alguna relación entre estas variables de sueño”, describió.
Lescano sumó que además se van a tener en cuenta otras variables como el estrés. “Por ahora, lo vamos a hacer solo con jueces de Mendoza, que contamos con el apoyo del fuero penal, que es fundamental para poder iniciar un estudio de estas características; vamos a ver, según cómo vaya todo, lo ideal sería poder expandir a otros fueros”.
Agregó que los datos recabados son 100% confidenciales, que están anonimizados ya que los participantes tienen un ID, por lo cual ninguno de los cuestionarios está vinculado con datos personales. “Lo que buscamos es entender las relaciones entre las variables agregadas, sin examinar ninguna medida individual”, apuntó.