Alumnos y docentes de Maristas realizaron una labor ecológica y comunitaria en el Cerro de la Gloria

Estudiantes de 5to año, junto con un plantel docente y la colaboración de la fundación Vivencias Argentinas, realizaron la limpieza del sendero y las calles aledañas, además de reponer cartelería.

Alumnos del colegio Maristas limpiaron senderos y sectores del Cerro de la Gloria.
Alumnos del colegio Maristas limpiaron senderos y sectores del Cerro de la Gloria.

No es la primera vez que el Colegio San José de los Hermanos Maristas lleva a cabo una labor comunitaria. En varios de estos casos, como lo fue en 2011 y 2016, lo hizo de la mano de la Fundación Vicencias Argentinas, creada con el fin de fomentar en los jóvenes valores éticos y morales apoyándolos en sus iniciativas culturales y sociales.

En esta ocasión, la actividad realizada hace unos días, además de involucrar valores patrióticos, contribuyó con la ecología y el medio ambiente en un sector que necesitaba una “lavada de cara”: las inmediaciones del Cerro de la Gloria.

El puntapié inicial en el colegio fue una charla entre profesores, quienes comenzaron a elaborar un proyecto que beneficie a la comunidad y que los chicos sean partícipes.

Estudiantes del colegio Maristas, en plena limpieza de un sector del Parque.
Estudiantes del colegio Maristas, en plena limpieza de un sector del Parque.

Así, a instancias de un equipo formado por el docente de Proyecto y Microemprendimiento, Federico Pincolini; junto a su par de Geografía, Facundo Norillo y las profesoras de inglés Bárbara Sarmiento, Silvina Salinas, Soledad Alfonso y Pamela Poblet, surgió realizar junto a los estudiantes de 5to año la limpieza de la zona del Cerro de la Gloria e incluir la reparación de la cartelería y acondicionamiento del sendero, siempre con la colaboración de la mencionada fundación, que acercó material e insumos para la jornada de trabajo.

La actividad se desarrolló a través de una práctica denominada Plogging, que combina el ejercicio al aire libre con la recogida de residuos. En otras palabras, se trata de aprovechar cualquier actividad física al aire libre para la recolección de los desperdicios que se encuentran en playas, montañas o en las propias ciudades. En otros países, el Plogging ha permitido que deportes como el senderismo, el running, el kayak, la bici y el esquí comiencen a incluir a los primeros ploggers entre sus filas.

Toma de conciencia

“Surgió como proyecto interdisciplinario, ya que la tarea involucró varias áreas y docentes. La idea original fue la limpieza en las márgenes del río El Salto, pero no se pudo por la distancia y decidimos reemplazarla por la zona aledaña al colegio y al Cerro de la Gloria”, dijo a Los Andes Bárbara Sarmiento, quien sostuvo que se observó mucha suciedad apenas se inició la caminata.

“Lo mejor fue lo enriquecedora y gratificante que resultó la experiencia. Los chicos estaban fascinados y tomaron conciencia del daño que le ocasionamos al medio ambiente arrojando basura”, indicó.

Además de llevar guantes y bolsas para recoger todo tipo de desechos, también reacondicionaron el camino que lleva hacia el cerro y se colocaron nuevos banners para las estaciones de la subida.

La actividad tuvo lugar el miércoles 27 de septiembre y, previo a la salida, los alumnos realizaron un trabajo en el que relacionaron las distintas materias que incluyó videos y vocabulario en inglés.

“Apenas salimos del establecimiento comenzamos a notar residuos, por lo que nos detuvimos varias veces en el camino y llevó más tiempo del programado. Las bolsas se descargaban en contenedores”, indicó la docente, para agregar que fue muy emotivo observar a los chicos trabajar con herramientas para acondicionar el sendero que conduce al cerro. Dichos elementos fueron aportados por la fundación Vivencias Argentinas que conduce Carlos Pincolini, quien fuera docente del colegio durante décadas y con gran sentido de pertenencia hacia el establecimiento.

El cronograma no se limitó solo a la limpieza, sino que, una vez en la cima, se brindó una charla referida al monumento al General José de San Martín, ícono del lugar.

“El entusiasmo de los chicos fue increíble, en parte por el apoyo recibido de parte de la gente, que iba reconociendo esta labor a lo largo del camino”, subrayó Sarmiento.

Carlos Pincolini, quien siempre se muestra dispuesto desde la fundación a hacer aportes que enriquezcan la cultura, sostuvo que el colegio y la entidad llevaron a cabo en varias ocasiones distintos trabajos de mantenimiento.

“Creo que son grandes aportes que benefician no solo a la ecología sino a nuestro patrimonio histórico”, dijo.

Por eso no dudó cuando el colegio pidió apoyo a Vivencias Argentinas a través de herramientas y banners indicadores situados en el estacionamiento y luego en todo el sendero.

“Para nosotros es un orgullo decir que la fundación, desde su propia creación, en 1993, lleva a cabo numerosas actividades en forma conjunta con el Colegio Maristas, muchas de ellas extraescolares y que tienen relación con con los contenidos que se brindan en la escuela”, subrayó.

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