Hay recetas que llegan para salvarte una cena y, de paso, hacerte sentir que estás comiendo algo sabroso, casero y bastante más saludable de lo que parece. Este budín de espinaca y queso es una opción ideal para quienes buscan platos rápidos, sin gluten y sin complicarse demasiado.
No requiere amasado, no hace falta tener habilidades de chef y se prepara prácticamente en la licuadora. En menos de 20 minutos podés tener lista una comida nutritiva, rica y que suele conquistar incluso a quienes fruncen la nariz cuando escuchan “espinaca”.
La gran ventaja de este budín es su versatilidad. Podés servirlo tibio o frío, acompañado de una ensalada, como entrada, como plato principal o incluso como snack para llevar al trabajo.
Los ingredientes son simples y fáciles de conseguir, y la preparación es tan directa que se vuelve una de esas recetas que repetís cada semana sin darte cuenta. Además, es una forma perfecta de sumar vegetales al menú diario sin sentir que estás comiendo siempre lo mismo.