Hay trucos caseros que son efectivos y que pocos conocen, como guardar las esponjas de cocina en el freezer. A simple vista puede sonar a exageración o demasiado extremo, pero detrás de este hábito hay un motivo, el mantener la higiene y prolongar la vida útil de uno de los objetos más usados y más sucios de la cocina.
Las esponjas suelen estar en contacto directo con restos de comida, grasa y humedad. Ese combo es terreno fértil para bacterias y malos olores. Aunque las enjuagues después de cada uso, la realidad es que se van deteriorando rápido y, en muchos casos, terminan convirtiéndose en una especie de “hotel cinco estrellas” para gérmenes.
esponja de la cocina para los platos
Lo que más sorprende es que, según diversos estudios, la esponja puede ser uno de los objetos más contaminados del hogar. Incluso más que el inodoro. El motivo es simple: calor, humedad y restos orgánicos. Todo lo que a las bacterias les gusta.
Cuando notamos olor desagradable en la esponja, ya es tarde: esa señal indica que la colonia microbiana está instalada. Lo recomendable sería reemplazarla cada semana o cada quince días, pero con un poco de ingenio se puede alargar su vida útil y mantenerla más segura.
¿Por qué guardar las esponjas en el freezer?
El frío extremo frena la reproducción de bacterias y hongos. Al meter la esponja en el freezer, básicamente se interrumpe ese “festín invisible” que ocurre entre lavados.
No es que las elimine por completo, pero sí reduce significativamente la velocidad a la que se multiplican. Además, el congelado ayuda a que la esponja no se degrade tan rápido y es un método simple y barato para mantenerla en mejores condiciones por más tiempo.
Cómo hacerlo paso a paso
- Enjuagá bien la esponja después de usarla, hasta que no queden restos visibles de comida o detergente.
- Sacale el exceso de agua para que no se forme un bloque de hielo gigante.
- Ponela dentro de una bolsita plástica o recipiente hermético. Así evitás que tome olor a freezer o que entre en contacto con alimentos.
- Colocala en el freezer y dejala allí hasta el próximo uso.
- Cuando la necesites, simplemente sacala, enjuagala con agua caliente y listo.
Lo ideal es repetir este proceso de forma diaria o, al menos, varias veces por semana. Cuanto más seguido, más efectiva será la reducción de bacterias. Y recordá: aunque el freezer alarga la vida útil de la esponja, no significa que dure para siempre. Es importante reemplazarla regularmente.
Otros trucos para alargar la vida útil de la esponja de la cocina
- Vinagre o bicarbonato. Remojar la esponja unos minutos en cualquiera de estos ingredientes ayuda a neutralizar olores.
- Microondas. Otra alternativa es calentar la esponja húmeda durante un minuto, lo que también reduce bacterias. Eso sí: siempre asegurate de que no tenga partes metálicas.
- Rotación. Tener más de una esponja en uso y alternarlas ayuda a que cada una se seque completamente antes de volver a usarla.