En el universo de los trucos caseros hay prácticas que, aunque suenen insólitas, funcionan mejor de lo que uno imagina. Una de ellas es la de frotar una papa cortada sobre los vidrios o espejos para limpiarlos y evitar que se empañen.
Este secreto para las tareas del hogar, además de ser económico y ecológico, tiene otro punto a favor que es que no deja residuos tóxicos ni olor.
En el universo de los trucos caseros hay prácticas que, aunque suenen insólitas, funcionan mejor de lo que uno imagina. Una de ellas es la de frotar una papa cortada sobre los vidrios o espejos para limpiarlos y evitar que se empañen.
Si bien esta puede parecer una ocurrencia sin sentido, tiene una explicación química y práctica que justifica su efectividad. El secreto está en el almidón natural que contiene la papa, ya que este compuesto tiene propiedades absorbentes y crea una fina capa transparente sobre la superficie del vidrio.
Esa película invisible que se crea, no solo ayuda a repeler la humedad, sino que además evita que se adhieran las partículas de polvo y grasa que suelen opacar los cristales.
Es importante usar una papa fresca y no reutilizar la misma mitad varias veces, ya que el almidón se oxida con el aire y pierde su efecto. Tampoco se recomienda usarla en vidrios con películas especiales o tratamientos térmicos, porque podría afectar su brillo.
Este truco tiene su origen en la sabiduría doméstica de hace décadas, cuando no existían tantos productos de limpieza específicos. Las familias solían recurrir a lo que tenían a mano, y la papa era un recurso habitual en la cocina.
Uno de los usos más curiosos de este truco es en los vidrios del auto, ya que al frotar una papa en el parabrisas antes de una noche fría o un día de lluvia puede ayudar a que el vidrio no se empañe tanto por dentro.
Lo mismo ocurre con los espejos del baño si se aplica antes de una ducha, el vapor del agua caliente tarda más en condensarse, lo que permite que el espejo se mantenga claro por más tiempo.
Además de ser económico y ecológico, este método tiene otro punto a favor, no deja residuos tóxicos ni olor. A diferencia de algunos limpiavidrios o aerosoles, que pueden generar irritación en personas sensibles, la papa es completamente inocua.