Cuando empieza a sentirse el calor del verano argentino, el cuerpo automáticamente pide cosas frescas, livianas y con sabor a fruta. Entre helados, licuados y ensaladas de frutas, siempre es bienvenida una opción más saludable que no requiera demasiado esfuerzo ni muchos ingredientes como los postrecitos frutales.
Esta es receta fácil, sin cocción, sin azúcar agregada, súper frescos y llenos de color. Son ideales para tener en la heladera listos para disfrutar en cualquier momento, llevar a la pileta, sumar como postre después del almuerzo o incluso como snack a media tarde.
Además, usan frutas de temporada, las que encuentres a buen precio, en su punto justo de madurez y con un sabor espectacular: frutillas, mango, arándanos o lo que más te guste.
Otra ventaja de esta receta es que se adapta a cualquier estilo de alimentación. Se puede hacer con yogur natural común, griego, descremado o incluso vegetal. El dulzor depende de la fruta, por lo que no necesitás agregarles absolutamente nada.
La textura final queda similar a un flan suave, pero con el sabor natural de la fruta protagonista. Podés presentarlos en vasitos, moldes de silicona, bandejas pequeñas o incluso en una fuente para cortar al estilo "bocaditos".