Hay clásicos que nunca fallan en cualquier picada, reunión o incluso como snack para llevar a la oficina, los grisines son ese comodín que siempre viene bien. Y la versión casera con queso parmesano y un toque de orégano, elevarán cualquier plan.
Esta es de esas recetas simples, rápidas y económicas. Además, para la preparación necesitás ingredientes que probablemente ya tenés en casa.
Hay clásicos que nunca fallan en cualquier picada, reunión o incluso como snack para llevar a la oficina, los grisines son ese comodín que siempre viene bien. Y la versión casera con queso parmesano y un toque de orégano, elevarán cualquier plan.
Estos grisines se hacen en 30 minutos y son adictivos. Lo mejor de todo es que no necesitás ser un experto en panadería. Es de esas recetas simple, rápida y económica. Además, usás ingredientes que probablemente ya tengas en tu cocina.
También son ideales para cocinar con chicos, porque amasar y formar tiras es divertido, fácil y perfecto para meter manos en la masa. Y si tenés ganas de innovar, podés sumarle semillas, pimienta, ají molido o incluso reemplazar el parmesano por otro queso que tengas en la heladera.
Y como si todo esto fuera poco, no llevan levadura ni tiempo de levado, lo que los hace perfectos para resolver un antojo o una visita inesperada. Una receta rendidora, rica y que se adapta a todos los gustos.