21 de mayo de 2025 - 18:15

Cómo hacer grisines con queso con pocos ingredientes e ideal para la picada

Esta es de esas recetas simples, rápidas y económicas. Además, para la preparación necesitás ingredientes que probablemente ya tenés en casa.

Hay clásicos que nunca fallan en cualquier picada, reunión o incluso como snack para llevar a la oficina, los grisines son ese comodín que siempre viene bien. Y la versión casera con queso parmesano y un toque de orégano, elevarán cualquier plan.

Estos grisines se hacen en 30 minutos y son adictivos. Lo mejor de todo es que no necesitás ser un experto en panadería. Es de esas recetas simple, rápida y económica. Además, usás ingredientes que probablemente ya tengas en tu cocina.

También son ideales para cocinar con chicos, porque amasar y formar tiras es divertido, fácil y perfecto para meter manos en la masa. Y si tenés ganas de innovar, podés sumarle semillas, pimienta, ají molido o incluso reemplazar el parmesano por otro queso que tengas en la heladera.

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Ingredientes para la receta de 4 porciones de grisines

  • 2 tazas de harina de trigo (puede ser 000 o 0000)
  • 1 taza de queso parmesano rallado
  • 1 cucharadita de orégano seco
  • ½ cucharadita de sal
  • ¼ cucharadita de ajo en polvo (opcional, pero le da un toque especial)
  • ½ taza de agua
  • ¼ taza de aceite de oliva
  • 1 huevo (para pincelar)

‍ El paso a paso para hacer los grisines de queso con pocos ingredientes

  1. En un bowl grande, colocá la harina, el queso rallado, el orégano, la sal y el ajo en polvo. Mezclá con cuchara o con las manos para que se integren bien los secos.
  2. Agregá luego el agua y el aceite de oliva. Uní todo hasta formar una masa suave y algo firme. Si está muy seca, podés agregar unas gotitas más de agua. Si está muy pegajosa, un poquito más de harina.
  3. Pasá la masa a la mesada y amasá durante unos 5 minutos. El objetivo es que quede elástica, lisa y fácil de manejar. No hace falta que sea perfecta, pero sí que no se pegue en las manos ni en la superficie.
  4. Dividí la masa en pequeñas porciones y con las palmas de las manos formá tiras finitas, de unos 20 a 25 cm de largo. Si te gustan más gruesos o más finos, podés jugar con el tamaño.
  5. Colocalos en una fuente o placa para horno con papel manteca o directamente enmantecada.
  6. Batí un huevo y pincelá la superficie de los grisines. Esto les va a dar ese color dorado tan tentador. Llevá al horno precalentado a 180°C y cociná durante 12 a 15 minutos, o hasta que estén dorados y crujientes.
  7. Una vez listos, retiralos del horno y dejalos enfriar sobre una rejilla. Este paso ayuda a que queden bien crocantes. Servilos solos, con dips, con queso crema, hummus, o lo que se te ocurra.
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