A la hora de tomar mate, nada mejor que acompañarlo con un buen bizcochito salado, de esos caseros y muy sabrosos. Pero no siempre tenemos tiempo y hay una receta para hacerlos en menos de 15 minutos, con solo 3 ingredientes, y el resultado es simplemente adictivo.
Para esta receta no hace falta ni manteca, ni huevo, ni levadura. Y lo mejor es que son mucho más saludables que los de panadería. Porque podés usar harinas que tengas en casa, controlás la cantidad de sal y grasa, y hasta podés adaptarlos si sos celíaco, diabético o estás cuidando tu alimentación.
Es de esas recetas simples y noble, que admite mil variantes, ya que se puede hacer con semillas, con especias, con queso rallado o con ese toque de orégano que te transporta directo a la infancia. Estos bizcochitos son tan fáciles y rápidos, que podés hacerlos en el momento o dejar la masa hecha y guardarla en la heladera por un rato.
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El paso a paso para hacer unos crujientes bizcochitos salados
- En un bowl, colocá las harinas elegidas y la sal. Mezclá bien con una cuchara para que todo se integre parejo.
- Sumá el aceite y el agua tibia. Con una cuchara o con la mano, uní hasta formar una masa suave. Si ves que está muy seca, podés agregar un poquito más de agua (de a chorritos). Depende mucho de la harina que uses.
- Llevá la masa a una mesada limpia. No hace falta ponerle harina porque no se pega. Estirá con un palo de amasar hasta que quede finita, de unos 2-3 mm. Cortá los bizcochitos con un cuchillo o con un cortante de la forma que quieras.
- Colocalos en una placa para horno sin necesidad de aceitarla. Cociná en horno moderado a 180°C precalentado durante 4 minutos, dales vuelta y cocinalos 1 minuto más.
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