En tiempos donde buscamos cada vez más comidas ricas, caseras y sin tanto procesamiento, el falafel se vuelve una de esas recetas que merecen un lugar fijo en nuestra cocina. No solo es súper rendidor, económico y lleno de sabor, sino que además está hecho con ingredientes simples y naturales.
Esta preparación es ideal para quienes no comen carne o buscan alternativas más livianas, sin resignar sabor. El falafel es una croqueta o albóndiga de garbanzos muy popular en Medio Oriente. Se puede servir en un pan pita, acompañado de verduras frescas, hummus, ensalada o una buena salsa de yogur y limón.
Y si bien hoy podemos encontrarlo en algunos restaurantes vegetarianos o tiendas gourmet, la buena noticia es que se puede hacer en casa sin complicarse, sin freír (aunque esa parte va en gustos) y sin ingredientes exóticos.
- 1 taza de yogur natural sin azúcar (puede ser griego o común)
- 2 cucharadas de aceite de oliva
- Jugo de ½ limón
- Menta fresca picada finita (si no tenés, podés usar perejil)
- 1 cucharadita de pimienta negra molida
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Falafel, de las recetas más simples y deliciosas.
Paso a paso para preparar el mejor falafel
- El primer paso es fundamental: dejá los garbanzos crudos en remojo durante al menos 8 horas (o de una noche para la otra). No se cocinan, se usan crudos pero hidratados. Escurrilos bien y secalos con un repasador limpio para que no quede exceso de agua.
- En una procesadora o licuadora potente, colocá los garbanzos remojados junto con la cebolla, los dientes de ajo, el cilantro (o perejil), el comino, la sal y la pimienta.
- Procesá hasta obtener una mezcla algo granulada, no tan pastosa, que puedas manejar con las manos.
- Sumá la avena instantánea y mezclá bien. Esto va a ayudar a unir la preparación. Si la mezcla está muy húmeda, agregá un poco más de avena. Si está seca, un chorrito de agua. Llevá la mezcla a la heladera por 30 minutos para que tome más cuerpo.
- Con las manos, formá bolitas del tamaño de una nuez o discos chatos, como prefieras. Podés hacerlos más grandes o más chicos, según el uso: para picadas, sándwiches o ensaladas.
- Podés freírlos en abundante aceite caliente hasta que estén dorados (unos 3-4 minutos por lado), cocinarlos en sartén con un poquito de aceite o al horno (200 °C, unos 20 minutos, dándolos vuelta a la mitad). También podés usar freidora de aire si tenés.
Preparar la salsa de yogur
En un bowl, mezclá el yogur natural con el aceite de oliva, el jugo de medio limón, la menta picada y la pimienta. Si querés, agregale una pizca de sal. Guardala en heladera hasta el momento de servir.
¿Cómo servirlos?
Servilos en pan pita con lechuga, tomate, cebolla y la salsa de yogur, o simplemente como parte de una picada con hummus, aceitunas y pan casero. También quedan geniales en ensaladas, bowls o como snack.