Alberto busca postergar pagos al FMI por cuatro años

El Gobierno quiere acceder a un programa de facilidades extendidas para cubrir sólo vencimientos de intereses y prórrogar capital. Llega la misión del Fondo para auditar los números.

El Gobierno quiere acceder a un programa de facilidades extendidas para cubrir sólo vencimientos de intereses y prórrogar capital.
El Gobierno quiere acceder a un programa de facilidades extendidas para cubrir sólo vencimientos de intereses y prórrogar capital.

Una delegación del Fondo Monetario Internacional (FMI) iniciará hoy una visita oficial a la Argentina con la idea de avanzar en la renegociación de los 44.000 millones de dólares que le debe el país y pedirá para ello al Gobierno una planificación fiscal hasta 2023.

Otra de las exigencias del FMI será la de tener acceso permanente a todas las variables para analizar la marcha macroeconómica, en tanto principal acreedor de la Argentina. En el Gobierno prevén que las negociaciones “no serán sencillas” y señalan que un acuerdo podría demorarse incluso hasta marzo o abril.

La misión estará encabezada por la subdirectora del Departamento Hemisferio Occidental, la norteamericana Julie Kozack, y el jefe de la “misión argentina”, el venezolano Luis Cubeddu, informaron fuentes del organismo.

Junto a ellos arribará a Buenos Aires un equipo integrado por técnicos que se encargarán de discutir punto por punto la programación macroeconómica que en los próximos días le presentará el ministro de Economía, Martín Guzmán.

El minsitro confirmó que solicitará un programa de facilidades extendidas, el cual da un periodo de repago del capital en cuotas entre el año 4 y medio y el año diez. Según el funcionario, “el staff del FMI y el Gobierno consideran que en las circunstancias actuales ese tipo de programa es la mejor alternativa”.

El Gobierno argentino intentará mostrar solidez: los funcionarios darán cuenta del giro hacia una mayor ortodoxia en las últimas semanas y anticiparán que el déficit fiscal de este año y 2021 serán inferiores a lo esperado, dado que se recortarán la asistenciad como el ATP y el IFE.

Habrá muchos datos sobre la mesa: la reactivación de la economía, con la industria manufacturera y la construcción liderando. Y el principio de un camino de recomposición de reservas: ayer el Central compró u$s113 millones en el mercado.

En las primeras ruedas de noviembre, la autoridad monetaria compró 179 millones de dólares. En el mismo período del mes pasado había vendido 386 millones de dólares. En ese lapso, la brecha entre el blue y el mayorista pasó de 150% a 90%.

Ayer el “dólar blue” volvió a caer $6, y cerró en $151 para la venta. El mayorista terminó en $79,35; el minorista ascendió a $84,95; y el solidario se ubicó en los $140,16. La distancia entre este último (con una carga impositiva del 65%) y el “blue” cayó al 7%.

La jornada bursátil, en tanto, fue atípica: hubo euforia en Wall Street luego de que Pfizer comunicara resultados alentadores de su estudio sobre la vacuna contra el coronavirus que se encuentra en Fase III. El S&P Merval escaló 2,39% y las acciones de empresas argentinas en Nueva York saltaron hasta 23,7%.

En ese contexto, también Guzmán explicará a los enviados del Fondo su proyecto de reforma tributaria y la iniciativa para el Congreso sea el encargado de trazar los límites de emisión de deuda en moneda extranjera y con prórroga de jurisdicción.

Puntos grises

Juan Luis Bour, economista jefe de FIEL, analiza como “positivo” que el presidente Alberto Fernández haya “comprendido que alguien debe tomar el mando en materia económica” para definir un programa que resulte presentable al FMI.

Pero advierte que hay temas como qué ocurrirá con las tarifas, con la política comercial y con las regulaciones del mercado de trabajo que aún despiertan incógnitas. “Hay algo de programa sobre la macro, pero silencio sobre la micro”, lamentó.

Y señaló que la experiencia argentina indica que la macro por un lado y la micro por el otro no suelen resultar una buena combinación, al margen de que haya mejora momentánea de algunos indicadores sensibles.

Si bien hay algunos datos positivos, otros no lo son. La inflación está recrudeciendo: en octubre fue del 3,4%, la más alta del 2020, según el Instituto Estadístico de los Trabajadores (IET). Así, alcanzó 37% enel último año.

Esa aceleración fue por el fuerte impacto de la brecha cambiaria (que el 23 de octubre llegó al 150%); los alimentos se dispararon 4,3%; y sectores como gimnasios y peluquerías que reabrieron tras la cuarentena aplicaron alzas después de no facturar durante meses.

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