La Justicia provincial determinó este jueves que Julieta Silva, la mujer condenada por atropellar y matar a su novio, el rugbier Genaro Fortunato, en San Rafael, deberá cumplir prisión preventiva domiciliaria, con tobillera electrónica, por haber incumplido la restricción perimetral impuesta en una nueva causa que la investiga por lesiones agravadas contra su actual pareja.
La decisión se tomó durante este viernes durante una audiencia llevada a cabo en el Juzgado Penal Colegiado N°2 de San Rafael. Allí, el Ministerio Público Fiscal solicitó la prisión preventiva de Silva, tomando en cuenta los hechos planteados en la acusación y se solicitó mantener a la mujer alojada en el penal.
Dicha solicitud, presentada por el fiscal Fabricio Sidoti, se argumentó entendiendo que "existía riesgo de fuga y posible influencia sobre el testigo, en cuanto la imputada violó las reglas de conducta impuestas en la causa". Además, teniendo en cuenta el riesgo que podría correr la integridad física del mismo.
De todos modos, el juez Claudio Gil "derivó en la determinación de que la imputada cumpla la prisión preventiva bajo la modalidad domiciliaria, con tobillera electrónica".
Según fuentes judiciales consultadas, el tribunal solicitó informes al Equipo Técnico Interdisciplinario y al Juzgado de Familia para determinar si Silva se encuentra en condiciones de cuidar a su hija menor de edad, ya que la acusada convive con la niña.
Silva ya había sido condenada por el homicidio de Fortunato, ocurrido en 2017, y actualmente enfrenta una nueva imputación en el fuero penal.
El 25 de julio quedó detenida tras ser formalmente imputada por el delito de lesiones leves agravadas por el vínculo, en perjuicio de su actual pareja, Lucas Giménez, con quien mantiene una relación matrimonial y tiene una hija en común de un año de edad.
Según informó el Ministerio Público Fiscal, la situación actual se inició tras una denuncia presentada por la presunta víctima, quien afirmó haber sufrido agresiones (una escoriación y tumefacción) por parte de Silva.
Personal policial acudió al domicilio de los implicados, donde constataron la existencia de lesiones a la actual pareja de Silva. Como medida inicial, se dispuso la prohibición de acercamiento de Silva hacia su pareja, mientras avanzaban las diligencias investigativas, que incluyeron declaraciones testimoniales, pericias médicas y la intervención del Cuerpo Médico Forense.
Julieta Silva: de ser condenada por el crimen de su novio Genaro Fortunato a ser denunciada por golpear a su actual esposo y papá de su hija, Lucas Giménez
Julieta Silva: de ser condenada por el crimen de su novio Genaro Fortunato a ser denunciada por golpear a su actual esposo y papá de su hija, Lucas Giménez
Los Andes
Caso Genaro Fortunato
La muerte de Fortunato ocurrió durante la madrugada del 9 de septiembre de 2017, a la salida del bar La Mona, cuando Julieta Silva atropelló y mató al joven rugbier con su vehículo Fiat Idea.
Aquella noche, Silva manejó unos 50 metros a la salida del bar, dio una vuelta en 'U' y "le pasó por encima" a su novio cuando se encontraba sobre el asfalto. La autopsia determinó que el joven murió por "aplastamiento de cabeza y cráneo". Un cuidacoches dijo que la pareja estaba discutiendo y que la joven había atropellado al rugbier de manera intencional.
Existen teorías de que la discusión entre Silva y Fortunato se inició dentro del local bailable por un ataque de celos por parte de ella, al enterarse que la ex novia de Genaro estaba embarazada. En referencia a la supuesta discusión que la pareja tuvo en la disco, en su momento la mujer afirmó que eso fue "por celos" por la intervención de un tercero, "no de celos entre nosotros".
Mientras que repitió que no vio a su novio tirado en el asfalto la madrugada en la que ocurrió la tragedia. "No lo vi, si hubiese visto que se caía no me hubiera ido", afirmó. De hecho, aseguró que pretendía buscar a Fortunato "porque tenía su celular".
En lo que fue un caso atípico, Julieta Silva llegó a juicio enfrentando cargos por homicidio pero con calificaciones alternativas: homicidio culposo agravado, homicidio simple con dolo eventual y sobre el final del debate se añadió homicidio agravado por el vínculo.
Al momento de las acusaciones la fiscalía y la querella solicitaron penas que iban de los 14 años hasta la prisión perpetua, mientras que la defensa pidió el sobreseimiento y la libertad inmediata de Silva.
Durante las declaraciones, Julieta describió a Genaro como una persona que estuvo irritada y peleando toda la noche, que fueron ambos hasta el Fiat Idea y como él dejó el asiento del conductor para volver dentro del bar porque seguía molesto, ella no aguantó más, puso en marcha el vehículo y aceleró.
Genaro que le había golpeado la ventanilla intentando evitar que partiera "se despega como dejándome ir y fue la última vez que lo vi", relató.
También irrumpió en escena un testigo clave, Ariel Aksenen, el cuida coches que presenció de punta a punta el trágico incidente. El trapito contradijo varios de los pasajes del testimonio de Silva y entre sus afirmaciones aseguró que ambos discutieron hasta llegar al auto, la colocó a ella sola dentro del Fiat y después que puso primera y salió Genaro iba sujeto a la ventanilla hasta que no dio más y se desplomó sobre el asfalto.
Finalmente el tribunal se inclinó por la figura del accidente (homicidio culposo agravado) y la condenó a 3 años y 9 meses de reclusión según los artículos 5, 45 y 84 bis del Código Penal, más una prohibición para manejar por el lapso de 8 años.
En cuanto al arresto domiciliario, los magistrados dispusieron que prosiga con el mismo régimen y condiciones que le había impuesto la Cámara de Apelaciones en aquel momento tras expedirse sobre la prisión preventiva.