Megabandas, bandas y “banditas”: cómo operan las organizaciones delictivas en Mendoza

De acuerdo a la cantidad de miembros y a cómo “trabajan” se distinguen esos tipos. La mayoría son inestables y duran poco tiempo unidas.

“La banda del chino Cheng” está siendo juzgada por un millonario contrabando. Foto: archivo
“La banda del chino Cheng” está siendo juzgada por un millonario contrabando. Foto: archivo

¿Existen las bandas de delincuentes en Mendoza? Algunos dicen que no, otros dicen que sí y otros afirman que habría que ver qué es una banda, marcando diferencias entre lo que podría considerarse como “megabandas”, “bandas” y “banditas”. Estos tres tipos de organizaciones funcionan en nuestra provincia, a juzgar por los ejemplos que aquí se enumeran.

El tema es un tanto confuso: desde el Ministerio de Seguridad sostienen que en Mendoza no hay bandas organizadas pero el 5 de mayo pasado informaron que habían sido detenidos seis delincuentes especializados en “entraderas” a la que bautizaron como “Los talibanes”.

Planteado el tema, tanto de Seguridad como de la Fiscalía de Robos y Hurtos y Sustracción de Automotores se llamaron a silencio, aduciendo que “no se puede dar información sobre investigaciones que están en curso” para que las mismas puedan llegar a buen puerto.

Algunos fiscales y abogados consultados por Los Andes sostienen que una banda existe cuando “una pluralidad de sujetos activos se reúne para cometer uno o más delitos”. Es decir, una organización criminal compleja, que hace trabajo de inteligencia, donde hay un jefe, distribución de tareas y una cadena de delitos específicos entre los que se podría enumerar, a modo de ejemplo, contrabando, narcotráfico e incluso coimas a cambio de beneficios procesales, tal como se investiga actualmente a la presunta banda de la que está acusado de comandar el juez federal Walter Bento.

En muchos de estos casos la figura penal que se aplica es “asociación ilícita”, agravando la situación de los imputados a la hora de fijarles una pena, como sucede en el caso Bento, una investigación con un entramado que incluiría coimas millonarias y a más de 30 procesados, entre abogados “flojos de papeles”, narcos y empresarios dedicados al contrabando.

La megabanda del “Chino Cheng” y el Clan Aguilera

En esta categoría que podría considerarse como una “megabanda” encajaría perfectamente “la banda del chino Cheng”, una presunta organización delictiva dedicada a contrabando de mercaderías. Por estos días, 13 integrantes de esta pandilla –compuesta por empresarios, empleados de Aduana, financistas- están siendo juzgados un contrabando estimado en 3 millones de dólares y la fiscal federal María Gloria André ha solicitado penas de hasta 9 años de prisión.

Las bandas de contrabandistas son muy organizadas.
Las bandas de contrabandistas son muy organizadas.

Otro ejemplo clásico de megabanda es la que habría comandado el prófugo Diego Aguilera –hermano de “el Rengo”, quien sigue liderando la hinchada de Godoy Cruz, pese a estar cumpliendo por una condena por narcotráfico. Actualmente se está realizando un juicio contra 19 presuntos integrantes de este clan –entre ellos, Walter, un hermano de Diego y un hijo, Enzo- por los delitos de comercio de estupefacientes y acopio de armas de fuego, tras habérseles secuestrado 12 kilos de cocaína.

La imparable banda de los transformadores

Una organización que encajaría perfectamente en el rubro “banda” es la que se dedica a robar transformadores del tendido eléctrico. Para algunos investigadores podrían ser incluso dos las bandas que “trabajan” desde hace tiempo robando cobre en zonas rurales de Luján, Maipú, Lavalle, San Martín, Junín, Santa Rosa y La Paz.

“La banda de los trasformadores” opera desde el año pasado. “Tienen épocas, cuando aumenta el precio del cobre –un kilo sale unos 50.000 pesos- hay más robos de trasformadores”, afirma un investigador que trabaja en el caso. El delito, claro, está también atado a las leyes del mercado: por ejemplo, el mayor robo de autos está dado por la falta de repuestos y cubiertas.

Sólo en el Este provincial se han producido desde el año pasado más de 100 robos de transformadores. La dificultad para detener a estos delincuentes es que actúan en zonas alejadas y los robos son reportados varias horas después. Además, hay testigos que los han visto y los describen como “empleados de las empresas”: van en camionetas, con escaleras y herramientas, con ropa de trabajo, incluso deben tener grúas ya que han llegado a robar un transformador que estaba a 11 metros de altura, sobre los cables de tendido eléctrico.

Los ladrones de transformadores operan en zonas rurales de varios departamentos. Archivo / José Gutiérrez.
Los ladrones de transformadores operan en zonas rurales de varios departamentos. Archivo / José Gutiérrez.

“La banda de los transformadores” produce un daño tremendo: además de dejar sin energía eléctrica a grandes zonas, destruyen los transformadores y tiran el aceite que tienen adentro, sustancia que es altamente contaminante.

Los violentos “talibanes”

El 5 de mayo pasado la División Robos y Hurtos de la Policía de Mendoza detuvo a una banda de delincuentes especializados en “entraderas” que cubrían sus rostros y cabezas con pañuelos, tal como lo hacen los talibanes. El ministerio de Seguridad dio a conocer la novedad a través de un comunicado en el que, para ahorrarle el trabajo a los periodistas, bautizaron a la gavilla como “La banda de los Talibanes”.

Las armas utilizadas por la banda de Los Talibanes que operaba en Maipú y Luján. / Gentileza Ministerio de Seguridad.
Las armas utilizadas por la banda de Los Talibanes que operaba en Maipú y Luján. / Gentileza Ministerio de Seguridad.

La banda formada por seis mujeres y cuatro hombres tenía un modus operandi realmente violento: golpeaban a las víctimas y las amenazaban con armas diciéndoles que las iban a descuartizar o mutilarlas. En un caso llegaron a cortarle parte de una oreja a una persona.

¿Existe “La banda de los cinco”?

“Es curioso, pero mientras más se baja en la escala del delito, con banditas menos organizadas, el peligro es mayor. Una banda muy organizada hace su trabajo específico; en cambio los delincuentes comunes que se juntan son un verdadero peligro para la seguridad ciudadana. Por eso oficialmente no se quiere hablar de bandas”, explica un abogado con amplia experiencia en Tribunales.

En enero pasado algunos medios publicaron que “La banda de los cinco” había dado una serie de golpes en las distintas zonas del Este provincial. Oficialmente se llegó a hablar de que habrían realizado unos seis robos y que había un sospechoso detenido. Para la Fiscalía de San Martín esta banda “no existe”. “Es como un mito urbano: robo que se produce en el Este se lo indilgan a ellos. Lo cierto es que hubo un par de robos con la misma modalidad”, apuntan.

Entonces, ¿existe o no? Tal vez existió en algún momento. El problema con las “banditas” es que son organizaciones inestables, muchas de ellas conformadas por clanes familiares que operan por algún lapso de tiempo hasta que alguno de ellos es detenido por algún motivo o se pelea con sus amigos. Entonces la banda se desarma, al tiempo que alguno de esos ladrones se junta con otros sujetos y arma una nueva “bandita” para realizar robos domiciliarios o de autos, al voleo.

A veces, algunos integrantes de esas pandillas, o todos a la vez, son detenidos por un hecho concreto, juzgados y condenados, pero nunca se sabrá si antes cometieron varios robos o bien era el primero.

Por supuesto que también el término banda se aplica a sujetos relacionados con la venta en baja escala de marihuana y cocaína, que suelen generar distinto tipo de disturbios en barrios populosos del Gran Mendoza.

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