Condenaron al obstetra que dijo “metí la pata” tras ligarle las trompas a una paciente durante un parto

Juan Ignacio Arpedoni Trímbolí recibió esta mañana una pena de 2 años y, además, fue inhabilitado para ejercer la profesión por el mismo lapso de tiempo. A la víctima la dejó estéril.

El juicio se realizó en el Polo Judicial.
Foto: Orlando Pelichotti
El juicio se realizó en el Polo Judicial. Foto: Orlando Pelichotti

Condenaron a un médico obstetra que por error le ligó las trompas a una paciente durante un parto programado que se realizó en una clínica privada de Godoy Cruz, privándole de volver a ejercer la maternidad, pues la mujer quedó estéril.

La sentencia se conoció este mediodía cuando el juez penal Diego Flamat resolvió condenar Juan Ignacio Arpedoni Trímboli (72) a 2 años de cárcel (en suspenso) y a 2 años de inhabilitación para ejercer su profesión.

El profesional de la salud fue encontrado culpable de “lesiones gravísimas culposas”, delito que tiene penas de van de los 3 años a un mes de prisión. Además, en el fuero civil enfrenta una demanda por daños y perjuicios, junto al Hospital Español, donde se produjo el grave error.

Para la defensa se trata de un caso de violencia obstétrica, ya que se atentó contra el derecho sexual reproductivo de la mujer, algo que está calificado por la Ley de Violencia de Género como una forma de agresión hacia la mujer. “Nena, metí la pata. Disculpame, pensé que eras otra paciente, me equivoqué de paciente”, le dijo Arpedoni a la mujer, tras realizar la mala praxis.

El pedido de las partes

El 2 de setiembre pasado, el juez Diego Flamat escuchó los alegatos acusatorios de las partes. En la ocasión el fiscal Tomás Guevara, representando al Ministerio Público Fiscal, había solicitado para el obstetra una pena de 2 años de prisión en suspenso e inhabilitación por 4 años para ejercer la profesión.

Agustina Maddiona, la abogada de la denunciante. Archivo.
Agustina Maddiona, la abogada de la denunciante. Archivo.

En tanto que la abogada Agustina Maddiona, representado a la denunciante, una mujer que tiene actualmente 41 años y que al momento del hecho tenía 38, pidió que se condene al galeno a 3 años de cárcel en suspenso y 4 de inhabilitación para trabajar.

En tanto que el abogado defensor se inclinó por la absolución por tratarse de un estado de necesidad.

La fallida intervención

Según consta en el expediente se trató de un parto normal y la niña nació en perfecto estado de salud; la madre estaba consciente durante la intervención quirúrgica, al punto que tras el nacimiento, le dio un beso a su beba.

Al día siguiente, el obstetra habría agregado a la historia clínica el parte quirúrgico donde habría sostenido que hizo la ligadura de trompas para evitar futuras complicaciones prenatales.

Después, cuando el fiscal Guevara investigó la denuncia, habría sostenido que la paciente, tras el parto, mostraba un sangrado abundante y que corría riesgo su vida, que no constaría en la historia clínica.

La cesárea programada se realizó el 28 de septiembre del 2020. Cuando la paciente dio a luz a una niña, notó que el médico se demoraba. La mujer sintió que el profesional tironeaba, al tiempo que comenzó a sentir olor a quemado y dolor, algo que no había sentido antes con su primera hija, 17 años antes.

El médico le decía que se quedara tranquila, que ya estaba por terminar, mientras hablaba con una doctora que lo asistía. El médico finalmente terminó y salió de la sala y la médica le mostró a la paciente dos bolitas, indicándole que esa era la prueba de que se había realizado el trabajo, es decir, la ligadura de trompas.

Ante el asombro de la mujer la médica, le explicó que habían cauterizado y la mujer comenzó a preguntarle por qué lo habían hecho si no lo había solicitado. Entonces la médica salió de la sala, volvió a entrar y le comunicó que Arpedoni le iba a explicar la situación a su marido.

Luego, al sacarla de la sala en camilla, el médico le tomó una mano, la besó y le dijo: “Nena, metí la pata. Disculpame, pensé que eras otra paciente, me equivoqué de paciente”. Además, en ese momento, le preguntó la hora y habría ensayado una suerte de disculpa, agregando “que lo había hecho por todos mis problemas anteriores”.

En la denuncia la paciente declaró que “nadie me consultó ni me informó nada respecto a la ligadura; de hecho mi proyecto era dejar pasar un año para volver a buscar un bebé, el doctor tomó una decisión sobre mi cuerpo que no le correspondía y sin mi consentimiento, puesto que en todo momento estuve consciente.”

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