Lección en Brasil y crisis en Perú

Perú sucedió a Chile como modelo de éxito económico en materia de crecimiento. Pero como también sucede en Chile, pobreza y desigualdad no se redujeron a consecuencia del crecimiento económico y esto ha generado gran malestar.

Jair Bolsonaro, presidente de Brasil.
Jair Bolsonaro, presidente de Brasil.

Los resultados de la elección municipal brasileña son interpretados como un giro de la derecha al centro. En San Pablo (46.000.000 de habitantes), el candidato evangelista apoyado por el presidente, Celso Russomanno, quedó en cuarto lugar con 10% detrás del actual alcalde Bruno Covas (PSDB) con 32% y Guilherme Boulos (Socialismo y Libertad) con 20%, que irán a una segunda vuelta el 29 de noviembre. Boulos, profesor universitario de 38 años y líder de un partido formado por ex militantes del PT hace una década, fue considerado la sorpresa de la elección. El próximo alcalde de San Pablo, la ciudad más grande de Brasil, se elegirá así entre dos rivales y críticos de Bolsonaro. En Río de Janeiro (6.300.000 habitantes) también habrá segunda vuelta. En primer lugar quedó Eduardo Paes (Demócratas), con 37%, y en segundo el actual intendente, el pastor Marcelo Crivella (apoyado por Bolsonaro), que obtuvo 30%. En el plano general, de las 25 capitales brasileñas donde se votó el domingo, el 18 habrá segunda vuelta y el foco estará puesto en San Pablo y Río de Janeiro. El dato clave para la segunda vuelta está en la abstención, que con 23,1% debido a la amenaza del Covid-19, fue la más alta en 20 años para Brasil. En cuanto al posible impacto de los resultados en la imagen del presidente Bolsonaro, es usual que la elección de alcaldes de medio mandato los resultados sean relativamente independientes de la política nacional.

Desde la perspectiva política pareciera que con estos resultados han perdido tanto Lula como Bolsonaro, que aparecen como los candidatos más votados con vista a las presidenciales de 2022. Bolsonaro se mantuvo bastante distante de la campaña y del apoyo a sus propios candidatos. Pero los candidatos evangélicos, ex policías y militares no tuvieron un buen desempeño. La doble vuelta del sistema de elección presidencial que lo benefició dos años atrás, esta vez no operó de la misma forma. Lula no tuvo grandes triunfos, con la excepción de Porto Alegre (1.400.000 habitantes), donde alcanzó la segunda vuelta la candidata del PT, Manuela Dávila. Dirigentes políticos de centroderecha moderados, como el presidente de la Cámara de Diputados Rodrigo Maia, consideran que estos resultados crean la posibilidad de una candidatura presidencial exitosa para dentro de dos años proveniente de los sectores tradicionales de la política de centroderecha. En la perspectiva regional, no es un giro hacia el progresismo, como sí tuvo lugar en Bolivia.

En Perú, a pesar de que el Congreso eligió un nuevo presidente la semana pasada, Manuel Merino, éste renunció, superado por las protestas violentas en las calles. Fue reemplazado por otro legislador, Francisco Sagasti, un tecnócrata que no genera resistencias. Su caída fue celebrada en todo el arco político, desde el ex presidente Martín Vizcarra -que fuera destituido hace dos semanas por un “golpe parlamentario” organizado por su breve sucesor-, hasta Ollanta Humala, un ex presidente populista condenado por corrupción. Esta crisis comienza con el desplazamiento también por corrupción del presidente Pedro Kuczynski menos de 2 años atrás, crisis que llevó a Vizcarra al poder. Luego vino el enfrentamiento del presidente con el Congreso, que derivó en su disolución y el llamamiento a nuevas elecciones, en las cuales fue electo un nuevo parlamento más fraccionado que el anterior y que puso en evidencia la crisis que específicamente vive el sistema de partidos peruano.

Francisco Sagasti. (AFP)
Francisco Sagasti. (AFP)

Tras la elección del nuevo presidente Francisco Sagasti, continúan las interpretaciones sobre las causas que desataron la ola de violencia que culminó con el desplazamiento de Merino. La primera se vincula a las tensiones y frustraciones generadas por la pandemia y la improvisación que demostraron las decisiones para enfrentarla. Pero esta situación no disminuyó sustancialmente la popularidad del ex presidente Vizcarra y ello explicaría la violencia de las protestas contra su destitución. También se menciona el protagonismo de jóvenes en estas protestas y la violencia durante las mismas. Esta interpretación trata de plantear una analogía con la rebelión que tuvo lugar en Chile desde octubre del año pasado y que ha tenido una consecuencia política importante con el reciente resultado a favor del plebiscito para la reforma constitucional. Esta analogía sostiene que Perú sucedió a Chile como modelo de éxito económico en la orientación neoliberal y que así ha sido por sus muy buenos resultados en materia de crecimiento. Pero como también sucede en Chile, pobreza y desigualdad no se redujeron a consecuencia del crecimiento económico y esto ha generado un malestar y una frustración que se hizo evidente en estas protestas.

De ahora en adelante la situación es incierta.

*El autor es Consultor y Escritor.

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