La importancia de Cuyo en el proceso emancipador

Cuyo y Mendoza en particular serán junto a Tucumán y Salta con Buenos Aires los pueblos más comprometidos con el proceso emancipador. Recursos y la sangre de sus hijos regarán los campos argentinos, bolivianos, chilenos, peruanos y ecuatorianos en esta gran gesta.

Hace doscientos catorce años, después de varios días que se recuerdan como la semana de Mayo, quedó separado del mando el virrey Cisneros y en su lugar asumió el poder la denominada Primera Junta presidida por Cornelio Saavedra, líder militar y civil del momento como lo demostrara un año después en la primera manifestación popular de nuestra historia.

Entre las visiones sobre Mayo hay una aldeana menoscabándolo como un suceso municipal, en razón de haber tenido lugar en la ciudad de Buenos Aires, capital desde su creación en 1776 del virreinato del Río de la Plata. Esta mirada mezquina no tiene en cuenta que al ser un puerto Atlántico Buenos Aires además de un floreciente comercio era la entrada de personas, noticias, ideas, en un mundo en transformación en el siglo de la ilustración, la revolución americana, la revolución francesa, la revolución industrial.

Tanto no fue un hecho local que en ese mismo año son desplazadas las autoridades designadas por la monarquía en Santiago de Chile, Quito, Caracas y que en el año anterior hubo intentos reprimidos a sangre y fuego en el Alto Perú. En México miles se movilizaron en una rebelión liderada por el padre Hidalgo.

Algunos funcionarios lúcidos del gabinete del Rey Carlos III percibieron la necesidad de convertir los virreinatos en reinos autónomos vinculados a la península coronando a los Infantes de la familia real, propuesta que reitera Manuel Godoy en 1804.

Godoy ante la invasión francesa inicia la ejecución de un plan similar al de los Braganza que se trasladan de Portugal al Brasil, frustrado por el motín popular de Aranjuez que impide el viaje de Carlos IV a México.

Este motín es clave para el proceso americano, porque si el monarca se traslada a México, el argumento de la vacancia del poder, que desarrolla Castelli en el cabildo abierto del 22 de mayo y que de acuerdo con la doctrina que venía de los antiguos reinos castellanos, de que la soberanía volvía al pueblo este decidía que hacer ante la ausencia de monarca.

No se trataba sólo de la independencia, sino también de la igualdad. Este concepto es cuestionado cuando el obispo Lué dice en ese cabildo abierto que mientras un solo peninsular queda en América, ese debe gobernar. Es una flagrante manifestación promoviendo la desigualdad además de olvidar que estos estados no eran dependientes de España como estado sino dominios de la corona de Castilla como otros de la península.

Posiblemente no todos pensaban en la independencia, pero se conoce que, desde varios años anteriores personajes como Saavedra, los hermanos Rodríguez Peña, Belgrano, Vieytes estaban convencidos de la necesidad de la independencia de España. Desde el siglo anterior el venezolano Francisco de Miranda promovía la independencia y gestionaba antes las cortes europeas apoyo para ese proceso.

La expulsión de los Jesuitas dio lugar a escritos como el del peruano Viscarra que se difundieron por Europa bregando por la independencia y el jesuita mendocino Gualberto Godoy, tío abuelo de Godoy Cruz, presentó en Londres poco tiempo después un plan militar para independizar estas provincias, con el cruce de Los Andes y el traslado por mar del ejercito al Perú para tomar Lima.

Las invasiones inglesas, el fracaso de las fuerzas españolas en detener a Beresford que contaba con una pequeña fuerza de mil hombres deterioraron el prestigio del régimen hispano. Una de las consecuencias, muy importante para lo que acontecerá en mayo de 1810, es la formación de un ejército de ciudadanos americanos. El más emblemático es el de Patricios cuyo primer jefe fue Cornelio Saavedra y como segundos Manuel Belgrano y Vicente López y Planes.

Las invasiones llevan al pueblo porteño a un acto revolucionario antes del 25 de mayo. El virrey Sobremonte que se había replegado a Córdoba para reclutar tropas en el interior regresa y le prohíben la entrada y lo destituyen como jefe militar, pero además le quitan el mando como virrey y encumbran en ese cargo a Santiago de Liniers, designación confirmada meses después por él rey.

El coronel mendocino Manuel Corvalán, será el enviado de la Junta a Cuyo para lograr la adhesión a la revolución y solicitar la elección de un diputado por cada una de las tres ciudades cuyanas. También desde Córdoba a cuya jurisdicción pertenecían Mendoza, San Juan y San Luis el gobernador Intendente solicita recursos y hombres para enfrentar al gobierno patrio. El cabildo abierto del 1 de julio resuelve adherir con solo tres votos en contra a la Primera Junta y elige diputado a don Bernardo Ortiz, que es reemplazado por enfermedad por Manuel Ignacio Molina.

Cuyo y Mendoza en particular serán junto a Tucumán y Salta con Buenos Aires los pueblos más comprometidos con el proceso emancipador. Recursos y la sangre de sus hijos regarán los campos argentinos, bolivianos, chilenos, peruanos y ecuatorianos en esta gran gesta que nos compromete en estos tiempos de cambios enormes a estar a la altura de lo que hicieron estos padres fundadores.

* El autor es presidente de la Academia Argentina de la Historia y miembro del Instituto Argentino de Historia Militar.

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