¿Hipócritamente correcto?

Hay protagonistas delgadas, jóvenes, mayores, de nariz prominente, rubias, morenas, de diferente color de piel, altas o muy bajas, que hacen cualquier papel. Pero nunca una mujer gorda.

Veamos en el otro un ser con la misma dignidad que yo, sólo por ser persona. La autoestima se basaría en saberme valiosa/o por ser un ser humano.
Veamos en el otro un ser con la misma dignidad que yo, sólo por ser persona. La autoestima se basaría en saberme valiosa/o por ser un ser humano.

Una conocida revista publicó una tapa agresiva al describir a una adolescente de 16 años. Es francamente repudiable, pero la reacción al unísono (políticamente correcta) de muchos participantes de programas de medios de comunicación me hizo sentir quizá peor que la infame tapa. Estas personas que alzaban su voz para “defender” a la princesa son los mismos que para descalificar a cualquier persona se burlan de sus kilos de más, por supuesto invocando el problema de salud, pero esas mujeres, porque en su mayoría lo son, quizá tienen dos o tres kilos de más, nadie pregunta si tienen colesterol, o + ácido úrico en su analítica. Pero si está excesivamente delgada nadie cuestiona si estará anémica o le faltarán vitaminas. Luego muestran una mujer que pasó por un parto hace días con un traje de baño diminuto y sin la más mínima diferencia de las fotos previas al embarazo. ¿Usarán filtros o photoshop? Quizá, pero lo ponen como ícono de lo esperable, pienso en mamás que llevan uno o dos meses intentando dormir en los horarios de su bebé, y comiendo lo que puedan, y me interpela saber si creerán que ellas son las que no se ajustan o no tienen “voluntad” para lucir esa figura.

Hablan de cuerpos reales pero jamás se aplica la famosa “ley de talles”, y en todos los medios hay secciones de “Mirá como está...” y no se molesten en abrir el ícono, está gordo/a o viejo/a.

Señores “políticamente correctos”, (o ¿Hipócritamente correctos?) los desafío a que me nombren una serie, novela o película donde una mujer (y esto no es defensa acérrima de género, pero muchos actores engordaron y siguieron siendo protagonistas), una sola donde una mujer de talle 46 o 48 sea protagonista y no haga:  a) de gorda, b) de amiga gorda de la chica linda y delgada o c) alguien que se “supera” y adelgaza, o la ven delgada por un hechizo. Otra opción es que el chico lindo descubre su interior, la ama y “valientemente” pasa por encima de todos los prejuicios de sus amigos, familia, y se queda con ella, lo que lo convierte en un héroe.

Hay protagonistas delgadas, jóvenes, mayores, de nariz prominente, rubias, morenas, de diferente color de piel, altas o muy bajas, que hacen cualquier papel. Nunca una mujer gorda.

Esto no es una queja es un simple análisis de una realidad social, que espero muchos puedan rebatir (sinceramente lo deseo), y que por fin veamos en el otro un ser con la misma dignidad que yo, sólo por ser persona.... gorda, flaca, blanca, trigueña, baja, alta, sea como sea, crea en lo que crea, piense lo que piense, es nada más y nada menos que una persona, ergo merece mi respeto. Si lográramos vivir esto, no declamarlo solamente, el bullying no existiría. La autoestima se basaría en saberme valiosa/o por ser un ser humano.

*La autora es Lic. en Psicología. Psicopedagoga y Orientadora Familiar. Mediadora. Magister en Psicología. Doctoranda en Psicología.

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