Elecciones relevantes en la región en 2024

En América Latina las cárceles se van transformando en centros de operaciones del crimen organizado y el narcotráfico, y recuperar su control es la prioridad en materia de seguridad pública.

Cárcel de máxima seguridad en la que el gobierno de Bukele encierra a los pandilleros en El Salvador.
Cárcel de máxima seguridad en la que el gobierno de Bukele encierra a los pandilleros en El Salvador.

El año electoral 2024 en América Latina comienza en febrero en El Salvador, donde el presidente Nayib Bukele va por su reelección. Es el único país de los seis de América Central que tendrá elecciones presidenciales este año. La constitución salvadoreña prohíbe la reelección inmediata, pero la Corte Suprema de Justicia, a través de una reforma realizada en 2021, la permitió, frente a la oposición de entidades de la sociedad civil y constitucionalistas, que argumentan que la decisión fue adoptada por “magistrados ilegítimos” nombrados por el presidente tras la destitución de sus antecesores. Bukele entra en la fase final de su campaña -ha pedido licencia para dedicarse a ella- con el 71% de aprobación en las encuestas. Encabeza un partido nuevo que en términos globales puede ser definido como la expresión salvadoreña de la derecha anti política que ha crecido significativamente, y en especial en América Latina con el reciente triunfo de Javier Milei en Argentina. Es que las cárceles se han transformado en centros de operaciones del crimen organizado y el narcotráfico, y recuperar su control es la prioridad en materia de seguridad pública.

El 2 de junio se realiza la elección presidencial en México, donde el presidente no tiene reelección de por vida, pero suele influir en la elección de su sucesor. El presidente Andrés Manuel López Obrador llega a la elección con altos niveles de popularidad que rondan el 60%, tras cinco años y medio de gobierno. Por primera vez una mujer podría llegar a la presidencia del país. Es un hecho trascendente en un país en el cual ha regido culturalmente una tradición machista y se registra una cantidad relevante de femicidios. La candidata del oficialismo del partido MORENA que está en el gobierno, Claudia Sheinmbaum, es la ex alcaldesa de la capital mexicana y encabeza los sondeos por amplio margen. La oposición está integrada por los tres partidos que han ocupado el poder durante las últimas tres décadas, en las cuales se quebró el monopolio del PRI en la política mexicana. El PAN de centroderecha, el PRI (expresión del oficialismo tradicional), y el PRD de centroizquierda, han coincidido en presentar un sólo candidato. Se trata de una mujer, Xóchitl Gálvez, con ascendencia indígena y perteneciente al PAN. El triunfo de la candidata oficialista consolidaría el modelo populista que lleva casi seis años en el gobierno, que ha tenido éxito en términos de popularidad del presidente, pero un resultado discutido en materia económica. Es un enigma cómo funcionará la futura relación entre el ex presidente que no puede volver al poder y su sucesora.

En octubre se realiza la elección presidencial en Uruguay, país en el cual no hay reelección inmediata del presidente, y donde debe dejar pasar un periodo para intentar su retorno. Algo que seguramente intentará el actual presidente Luis Lacalle Pou, quien tiene sólo cincuenta años. Se trata de un presidente de centroderecha del Partido Nacional, una fuerza tradicional en la política uruguaya que hunde sus raíces en el siglo XIX. Ha avanzado en una reforma económica moderada pero no ha logrado avances en el terreno social y su administración ha sido cuestionada por la oposición por denuncias de corrupción e irregularidades. Todavía no se han realizado las internas. El candidato del oficialismo es Álvaro Delgado, actual Secretario de la Presidencia. En política exterior Lacalle, durante sus cuatro años y medio de gobierno, ha tenido un firme alineamiento con Estados Unidos a nivel regional, lo que no le ha impedido iniciar la negociación para un tratado de libre comercio con China.

Finalmente, en octubre, tiene lugar la elección presidencial en Venezuela, donde el régimen chavista que llegó al poder en 1999, intentará perpetuarse hasta 2030, es decir, durante más de tres décadas. Se trata de un modelo populista autoritario que tiene públicas alianzas con Irán y Rusia y que mantiene una buena relación con China. Este año el gobierno venezolano avanzó en una negociación con Washington para lograr que le sean levantadas las sanciones impuestas por Estados Unidos y sus aliados, entre ellas la prohibición de comerciar petróleo -el primer rubro de exportación del país- y el congelamiento de las reservas de oro en los bancos del exterior. Fueron dispuestas medidas en esta dirección. Pero la actitud de Maduro no parece clara respecto a la transparencia electoral. El 22 de octubre de 2023 se realizó una primaria en la oposición para tener un candidato único. Fue elegida María Corina Machado, cuya candidatura fue invalidada por el régimen. El 3 de diciembre de ese año se realizó un referéndum para preguntarle a la población si Venezuela debía anexar la región de Esequibo, que representa el 70% del territorio de Guyana, la ex colonia británica. En el resultado se impuso la anexión. Ello ha generado una fuerte tensión entre los dos países y el gobierno guyanés ha solicitado el apoyo militar del Comando Sur de Estados Unidos. La elección presidencial se realizará en octubre y es incierto su resultado, si la elección será transparente, o si incluso se realizará o deba postergue en el contexto del conflicto con Guyana.

Se trata de cuatro elecciones que influirán en mayor o menor medida en el rumbo de la región.

* El autor es Director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría.

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