La lupa sobre la Lepra: acción, reacción y la mano de Gabriel Gómez que ya se puede ver

Ante un duro rival como San Telmo, Independiente Rivadavia ganó un partidazo de esos que antes perdía. El esquema y las decisiones del DT fueron clave. El objetivo: aceitar la defensa y consolidar el ataque.

El DT Gabriel Gómez acertó los cambios en el segundo tiempo y le ganó un partidazo a San Telmo. La Lepra sumó cuatro sobre seis. / Nicolás Ríos
El DT Gabriel Gómez acertó los cambios en el segundo tiempo y le ganó un partidazo a San Telmo. La Lepra sumó cuatro sobre seis. / Nicolás Ríos

Muchas veces, en las opciones están las soluciones. Así en el fútbol como en la vida. Y el último lunes, en el Bautista Gargantini, este concepto quedó de manifiesto tras la muy buena victoria por 4-3 que Independiente Rivadavia consiguió ante un difícil rival como San Telmo, por la segunda jornada de la Primera Nacional.

La salida de Marcelo Straccia de la conducción técnica (muy saludable para el Azul) y la consecuente llegada de Gabriel Gómez se tradujeron en un bálsamo para un equipo que, hasta entrado el 2021, no hallaba su norte. Mismo plantel, misma dirigencia aunque con diferentes resultados como consecuencia de un solo cambio, el de entrenador. La variante clave.

Independiente dio vuelta un juego complicado y derrotó a San Telmo en el Gargantini.
Independiente dio vuelta un juego complicado y derrotó a San Telmo en el Gargantini.

Gómez arribó a la Lepra con dos certezas. La primera, el comienzo de su segunda etapa en el club con la exitosa primera experiencia aún en la retina del hincha; por otra parte, el complicado panorama que había dejado Straccia, con el equipo en el fondo de todo y sin funcionamiento alguno en el marco de una campaña muy mala que debía modificarse. Rápido.

Y así fue que el “Comandante” -como lo apodaron los simpatizantes- puso manos a la obra con determinaciones fuertes. A saber: la repatriación del arquero y capitán Cristian Aracena, quien había sido echado por Straccia, y la devolución de confianza a referentes experimentados como lo son los volantes ofensivos Daniel Imperiale y Diego Cardozo, entre otras decisiones.

El debut ante Villa Dálmine en Buenos Aires fue más que alentador. Un empate sin goles que dejó la sensación de que podría haber sido triunfo si entraba el tiro penal que desperdició Mauricio Sperdutti. A pesar de esto, el andar del once azul fue bueno y comenzó el certamen sumando. Bien.

La segunda parada, en la renovada “Catedral”, suponía un trámite complejo frente a un San Telmo que, aunque recientemente ascendido, daba muestras de buen fútbol con la ofensiva como bandera. Tan complejo fue que en el Parque General San Martín todos, absolutamente todos, quedaron sorprendidos por la producción del “Candombero”, que logró marcar tres goles e hizo todos los méritos para ganar. Claro que también falló en defensa y lo pagó carísimo al recibir cuatro tantos en un partidazo de colección.

Ahora bien, vamos a destacar los puntos altos y aquellos más flojos de un Independiente que se lavó la cara y quiere competir. Para revisar, la defensa: el reemplazo de Paolo Impini por el joven Franco Godoy no dio los mejores resultados y la última línea (toda) dio demasiadas ventajas en los gritos del visitante, que estuvo arriba tres veces. Las manos de Damián Cebreiro no ofrecieron la seguridad deseada y el arco, ocupado luego por Cristian Aracena ante una dolencia física del titular, fue decididamente mejor custodiado en la recta final. La experiencia del “Pity” fue determinante para que el elenco de Capital Federal no lograra el cuarto gol.

La línea media tuvo sus altibajos, con Sebastián Navarro multiplicándose en el círculo central. Luciano Sánchez (izquierda) y Carlos Araujo (derecha) fueron volantes en buena parte del encuentro e intercambiaron posiciones para tener más chances de detener las subidas rivales, otro mérito de Gómez.

Arriba, lo mejor. Cardozo, Imperiale y Gonzalo Vivanco componen un interesante tridente que “empuja” hacia atrás a las defensas rivales, factor clave para pretender algo en el torneo de ascenso más importante del país.

Párrafo aparte para los cambios en el segundo tiempo. Precisos, oportunos, estratégicos. Aracena, Facundo Fabello, Matías Quiroga (gol), Ramiro Maldonado y Leandro Berti le dieron oxígeno y mayor presencia de tres cuartos hacia adelante a un Independiente que fue a ganarlo. Y lo ganó, porque, así en el fútbol como en la vida, el que busca encuentra. Hubo acción y reacción, en el banco de suplentes y en el campo de juego.

Con cuatro puntos sobre seis jugados, en la Lepra las caras son otras. Hay entusiasmo, optimismo y sonrisas. Aunque, más allá de la coyuntura, debe reinar el trabajo constante y la cautela, porque el torneo es largo y cambiante. Eso sí, mientras haya acción y reacción como lo demostrado hasta acá, los del Gómez ganarán más de lo que perderán, y esa será una buena noticia.

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