La historia “fierrera” de Nando Parrado: de sobrevivir a la tragedia de Los Andes al amor por los autos

Es uno de los “héroes de la montaña” tras la impactante historia de 1972 en el Valle de las Lágrimas de Mendoza. Tras la salvación floreció su amor por los autos y las motos.

La historia “fierrera” de Nando Parrado: de sobrevivir a la tragedia de Los Andes al amor por los autos
Nando Parrado en su etapa como piloto de automovilismo. / gentileza

En diciembre de 1972, el uruguayo Fernando Parrado entró en la historia para siempre al protagonizar -junto a 15 compañeros- la historia de supervivencia más impactante de todos los tiempos. Algunos la conocen como “el Milagro de los Andes” y otros como “la tragedia de Los Andes” en relación a la caída del avión 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya en el Valle de las Lágrimas de Mendoza cuando se dirigían hacia Chile para jugar un partido de rugby.

En esa ocasión, la aeronave en la que viajaban 45 personas se estrelló el 13 de octubre contra un glaciar de la Cordillera de Los Andes por un error humano. La historia es mundialmente conocida: después de 72 días de odisea absoluta, 16 de ellos lograron sobrevivir bajo condiciones extremas, lo que dio lugar a películas, documentales y decenas de libros.

Nando Parrado y Jackie Stewart. / gentileza
Nando Parrado y Jackie Stewart. / gentileza

De todos modos, la historia de Parrado no se limita a ese dramático capítulo de su vida; también ha dejado una huella en el mundo del automovilismo internacional, como recuerda el sitio automundo a 51 años del brutal accidente.

Nando Parrado y la tragedia de Los Andes

La tragedia que marcó la vida Fernando Parrado ocurrió cuando, siendo parte del equipo de rugby Old Christians, el avión en el que viajaba se estrelló en la Cordillera de los Andes, en tierras mendocinas, a poco de la frontera con Chile.

Fue ahí cuando Parrado y otras 15 personas sobrevivieron durante casi 72 días en condiciones extremas antes de ser rescatado por el arriero Sergio Catalán. La pérdida de su madre y su hermana en el accidente, sumada a la determinación y el amor por su padre, lo impulsaron a sobrevivir y regresar a casa para abrazar a su padre.

De vuelta en Uruguay, Parrado retomó su vínculo con los autos, iniciado desde su infancia, cuando aprendió a manejar de la mano de su padre Seler Parrado, uno de los fundadores de la Asociación Uruguaya de Volantes.

La carrera deportiva de Parrado tras la tragedia de Los Andes

Su carrera deportiva se forjó en Uruguay y Europa, donde estableció conexiones notables con referentes del automovilismo como Bernie Ecclestone, quien llegó a ser el mandamás de la máxima categoría; y Jackie Stewart, tricampeón de F1.

Nando Parrado y Bernie Ecclestone. / gentileza
Nando Parrado y Bernie Ecclestone. / gentileza

Su amistad con Stewart, a quien considera su mentor, ha perdurado desde 1973. La conexión va más allá de las pistas ya que Parrado suele quedarse en casa de Stewart cada vez que visita las campiñas británicas. “Somos como primos o algo así”, afirma el uruguayo, que es padrino de sus hijos Paul y Mark.

Stewart le brindó toda su sabiduría, algo que le permitió a Nando bajar 20 segundos en el mítico circuito de Nürburgring. “Es la meca para todo corredor. Tiene 177 curvas, 23 kilómetros de recorrido y solo cuatro curvas de segunda marcha. Todo el resto es tercera, cuarta y quinta velocidad… Allí no hay lugar para errores, es un circuito que muerde al que no lo respeta”, dijo sobre la pista alemana en una entrevista con Infobae.

La relación con Ecclestone también ha dejado huella. En su época de dueño de Brabham, el propio Bernie autorizó a Parrado en un Gran Premio de Mónaco a que se encargara de llevar y traer los Brabham BT44 a los boxes del circuito de monegasco.

Pero eso no fue todo. En 1977, gracias al empresario, pudo establecer un vínculo con el equipo Autodelta y competir en el Grupo 2 del Campeonato Europeo de Turismo junto a los argentinos Juan Pablo Zampa y Eugenio Breard.

El líder de los sobrevivientes de los Andes durante una charla en Mendoza. / José Gutiérrez
El líder de los sobrevivientes de los Andes durante una charla en Mendoza. / José Gutiérrez

Las conexiones que tenía con el mundillo de la Fórmula 1 le permitieron a Parrado probar un McLaren-Cosworth en los ‘70. “No quería ni podía hacer una tontería y romper el auto, así que lo aceleré, lo frené y lo disfruté dentro de mis límites”. También en 1982 llegó a probar un auto de la Fórmula 2.

El motivo por el cual no compitió en ninguna estas categorías pese a que le podría haber sido sencillo llegar lo ha explicado el mismo Parrado: “Era muy bueno conduciendo autos de carrera, pero me di cuenta que yo no era excepcional. Y hay que serlo para llegar a la F1 o cualquier categoría top del mundo”.

Aunque no tuvo una extraordinaria campaña deportiva, Parrado continúa siendo una figura respetada en el mundo del automovilismo. Su vida es un testimonio de cómo la pasión por los autos y la determinación pueden llevar a un hombre desde las alturas de los Andes hasta las emociones de los circuitos de velocidad.

Fuente: automundo.com.ar

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