La épica polaca de Andrzej Sapkowski se convierte en tanque de Netflix

Los cruces entre literatura, cine y videojuegos no arrancan aquí. Hay muchos antecedentes, tantos que los especialistas en lenguaje audiovisual avizoran un futuro en el que las películas se fusionarán a tal punto con los videogames, que pronto tendremos la vivencia de ir a la sala de cine para ser espectadores interactivos con la pantalla; bien a lo "Ready player one".

Hollywood fue el que dio los primeros pasos en la asociación entre videojuegos y tramas para películas. Hay varios ejemplos de filmes que provienen de esta primera fuente. Y en su gran mayoría han sido exitosos, bien realizados, atractivos y sorprendentes.

Desde "Final Fantasy", la primera película que en 2001 probó con la tecnología de animación de cuerpos humanos, con un nivel de precisión que desencajó la mandíbula de más de un espectador, hasta "Warcraft: el encuentro de los mundos" dirigida por el hijo de David Bowie, Duncan Jones.

De todo hay en esta viña de creaciones: "Resident evil"; "El príncipe de Persia", gran película que tuvo a Jake Gyllenhaal como protagonista; "Tomb Raider", que interpretaron dos megaestrellas como Angelina Jolie y Alicia Vikander; "Tron: Legacy" (2010), un interesantísimo apunte a este listado; "Assassin's Creeds", que no dejó tan contentos a los fans ni a los críticos; y podríamos seguir, porque la relación entre cine y software de PC tiene casi 20 años; o un poco más.

Lo interesante es que desde los tiempos de la Guerra del Golfo (1991) en que la narración audiovisual dio un vuelco fenomenal con la posibilidad de “contar en vivo y en directo una guerra a teledistancia”, los cambios del lenguaje han ido sucediéndose a velocidades supersónicas y muchas líneas de desarrollo han confluido para interconectarse en el campo audiovisual. El cine no ha estado, claro, ajeno a ese salto paradigmático.

Cruces entre consolas, tramas y pantallas

Como decíamos, a mediados de los 90, por un lado se empezó a notar la desesperada búsqueda de los Estudios por encontrar historias y buenos guiones: en esta época parecía que Hollywood ya había probado todo en materia de narrativas.

Fue allí que dos elementos aparecieron en su auxilio. No solo para permitir que "La fábrica de sueños" (frase que alude al ensayo escrito por Ilia Ehrenburg en 1931) que es el cine no cesara (dejemos de lado el fenómeno de los spin-off, remakes), sino para cautivar nuevas audiencias que no sentían nostalgia por los grandes filmes, ni los directores fundacionales, pues estaban ligadas a la tecnología y buscaban en el cine acción frenética, grandes efectos, y filiación con sus personajes favoritos.

¿Dónde estaban esos personajes que podían fidelizar públicos?: en los videojuegos.

Por otro lado, había que contar historias. Y llegó Peter Jackson con su monumental proyecto de trasponer a la pantalla la obra literaria de J.R.Tolkien. “El señor de los anillos” fue un suceso que colaboró mucho en ese enamoramiento de los millenialls con la épica fantástica.

Así, la literatura -que es una de las raíces junto al teatro de la narración fílmica- fue la proveedora de tramas potentes para los cruces entre videogames y películas. Nombremos aquí, por supuesto, a Harry Potter y su autora J.K.Rowling -fenómeno posterior al de Tolkien- que emparentó libro, película y videojuego.

‘Lo siento Potter’: llegó Geralt de Rivia, el más amado

Siguiendo las apetencias del mercado surge otro apunte a considerar: los públicos consumidores ya no están en la TV sino que miran por streaming.

Y las plataformas virtuales, tan bien enlazadas con las dinámicas de los videogames, encontraron la forma de anexar otra boca de consumo a sus producciones: las series basadas en novelas épicas.

Sí: el punto de partida, en estos cruces de soportes, fue "Juego de Tronos" de George R.R. Martin. Ahora es el turno de un inmenso autor polaco que se carea con Tolkien, Rowling y Martin: Andrzej Sapkowski.

Los fans de Harry Potter y su madre Rowling pertenecen a una generación anterior. Los adolescentes de hoy están fascinados con otro personaje, brujo también él, y dedicado a cazar monstruos que asolan a los pueblos.

Geralt de Rivia es ahora la estrella más amada (ver "The witcher, más que jugar") y el protagonista de la saga literaria del autor polaco Andrzej Sapkowski (en nuestra sección Cultura de Los Andes venimos recomendándote cada uno de estos siete atrapantes libros que están editados en Argentina por Artifex) que se ha convertido en el nuevo autor a considerar en el alto mainstream.

Publicados desde mediados de los 80, los libros de Sapkowski hacen pie en un universo que transcurre en un continente inventado por él con mapa y todo, durante la primera gran guerra entre el Imperio de Nilfgaard y los Reinos del Norte.

Toda la saga literaria está influenciada por la cultura y la mitología eslava y las narraciones tradicionales de su país.

Geralt es un brujo que, por modificaciones genéticas, tiene la capacidad para cazar horribles criaturas que aterran a las poblaciones de ese continente fantástico.

Así las cosas, con este potente personaje entre manos y el éxito arrollador que ha significado el videojuego, Netflix está preparando la serie que ha de competirle con ganas a la ya agónica “Juego de Tronos”, que lanzó HBO hace siete años y estrenará su octava y última temporada en 2019.

También otros grandes adversarios de HBO están buscando los sustitutos a “Juego de tronos”. De hecho, la BBC está enfrascada en la adaptación de la saga “Discworld”, escrita por Terry Pratchett; mientras que Amazon Studios vuelve a reincidir con “El señor de los anillos”.

En ese contexto Netflix suma este nuevo producto a su larga lista de series épicas como “Vikingos”, que empezó y produjo History; “The last kingdom”, que estrenó la segunda temporada en la plataforma hace dos semanas y también está basada en una saga de libros históricos escritos Bernard Cornwell (fueron editados por Edhasa en nuestro país); “Outlander”, fruto de la novela de Diana Gabaldon que editó Salamandra; entre más. Pero aquí hablamos de sociedades entre consolas, computadoras, pantallas y literatura.

Qué guapo sos, brujito

La última noticia sobre esta nueva producción que Netflix aporta a su catálogo como cruce entre literatura, videojuego y producción audiovisual es que se llamará, como el videogame: “The witcher”. Y ya hay actor designado para el traje del letal y humano Geralt de Rivia: Henry Cavill (“Superman”, “Los agentes de C.I.P.O.L”).

Según los directivos de Netflix, la serie es “un relato épico que une el destino y la familia. Geralt de Rivia, un solitario cazador de monstruos, lucha por encontrar su lugar en un mundo donde las personas pueden ser más despiadadas que las bestias. Pero cuando el destino lo lleva a una poderosa hechicera y a una joven princesa con un peligroso secreto, juntos deberán aprender a navegar en un volátil continente”.

Están descontando que “The witcher” tendrá varias temporadas y por ello, en la primera, los ocho episodios harán pie en una aventura abarcadora y otras tramas más pequeñas.

La creadora de esta producción televisiva es Lauren Schmidt Hissrich (“Daredevil” y “The Defenders”, también en Netflix). La dirección es de Alik Sakharov (“House of Cards”, “Juego de Tronos”), Alex García López (“Utopia”, “Daredevil”, “Fear The Walking Dead”) y Charlotte Brändström (“Outlander”). Claro está, por los nombres de quienes tienen a cargo la serie, el sesgo que tendrá esta narración audiovisual.

El rodaje está planeado en locaciones de Europa del Este y viene a reparar el gusto amargo que dejaron una película, “The hexer” (2001) y la serie que le siguió en 2002, dirigidas por Marek Brodzki con la adaptación de Michal Szczerbic. Ni los fans, ni la crítica ni el propio Sapkowski quedaron contentos con este resultado. Veremos qué sucede con la súper producción que Netflix está preparando para 2020.

“The witcher”, más que jugar

Magistral es el apelativo que le cabe al videojuego de rol (en dos capítulos) con el que la saga polaca se volvió masiva. Fue desarrollado por CD Projekt Red Studio.

“La mímesis con los personajes y la inmersión en ese mundo están tan bien realizados que generan la sensación de un mundo vivo, que se transita. No se siente como una programación de computadora -comenta Lian Deputat, uno de los jóvenes mendocinos que está entrenándose para construir guiones, personajes, bandas sonoras y programaciones de videojuegos en la provincia; y continúa-. Uno llora, se ríe, se emociona con los personajes: siente una conexión con ellos. Pero, además, visualmente ‘The witcher’ es hermoso. Sus escenarios son como pinturas dentro de esa índole medieval fantástica”.

Los guiones de “The witcher” han encontrado el modo de transmitir al gamer las atmósferas literarias creadas por Sapkowski y la potencia de sus personajes.