Ricardo Rimoldi: Del turismo estudiantil en Bariloche al aceite de oliva premium en San Rafael

El propietario de Finca San Gerardo contó como comenzó a desarrollar su finca modelo y como fue cambiando el negocio con acciones que buscan conectar con las mejores practicas ecológicas como sociales.

“Me interesó entrar en un proyecto distinto, que está relacionado a la tierra”, contó Rimoldi.
“Me interesó entrar en un proyecto distinto, que está relacionado a la tierra”, contó Rimoldi.

Durante los últimos 13 años, Ricardo Rimoldi ha invertido en convertir su finca en un establecimiento modelo. Con 315 hectáreas implantadas, 240 de ellas en producción, Finca San Gerardo es una olivícola premium con tecnología de vanguardia. Él comparte la visión ambiciosa de alcanzar las 1.000 toneladas de aceite por temporada, de apostar por la exportación desde sus inicios, invirtiendo U$S 3 millones en una planta de alta industrial con maquinaria alemana, con la capacidad instalada de procesar equivalente a 17 toneladas de aceite diarias.

Pero en sus planes no siempre había estado la olivicultura. Había sobrevolado con una avioneta El Quemado, una estancia de más de 4.500 hectáreas, que divide su extensión entre Mendoza y San Juan. “Me habían ofrecido comprarla, pero me pareció muy grande”, cuenta como al pasar un hecho que, al poco tiempo, terminaría provocando un giro del destino con el 1% de ese territorio. Ricardo Rimoldi, el reconocido empresario de turismo estudiantil de Río Negro, reconoció que le había “picado el bichito”.

Este simple hecho se convertiría en el catalizador que llevaría a Rimoldi comprar tierra, marcando el inicio de una nueva etapa en su vida y también la exploración de un mercado desconocido. “En 2010, por esas cosas de la vida, terminé comprando una finca de 440 hectáreas, en San Rafael, pensado en que la vida era simple: que primero poníamos la planta y después recogíamos el fruto. Evidentemente, la naturaleza no es eso... desde hace 13 años, invertimos en forma permanente para hacer de ese lugar un establecimiento modelo”, dice el propietario de la reconocida discoteca Bay Pass, en Bariloche.

“Hemos implantado 315 hectáreas con olivos, de las cuales 240 actualmente están en producción. Haciendo cálculos matemáticos, nos dimos cuenta que no podíamos ser solo productores de aceitunas porque con el método de trabajo que tenemos íbamos a perder dinero, en forma sistemática, año a año. Entonces dimos un salto para poner en marcha la fábrica, generamos la construcción de una planta con última tecnología, de origen alemán, que nos permite procesar 100 toneladas diarias de aceitunas”.

Con marca propia

Si bien el desarrollo de la Finca San Gerardo, apurado por decisiones clave, fue a un ritmo vertiginoso, los planes no dejan de ser ambiciosos en la localidad de El Cerrito. El proyecto es llegar a las 1.000 toneladas de aceite por temporada, es decir, el procesamiento de 5 millones de kilos de aceitunas. Rimoldi explica que la planta permite durante la ventana de cosecha, que va de fines de abril a fines de junio, “obtener un aceite de alta calidad, que ya es reconocido por nuestros clientes en el exterior, como ocurrió con compradores de Ecuador”.

San Gerardo cuenta con cuatro cosechadoras vibradoras, seis tractores y 35 personas trabajando en forma permanente, galpones de guarda, riego por goteo y también está en marcha la segunda fase del programa para auto abastecerse con energía solar. “Compré una finca que tiene derecho a agua y tres pozos, cuando nos metimos nos dimos cuenta que tener derecho a agua no significa tener agua. Solo teníamos agua para regar 30 hectáreas, me pelee mucho con Irrigación, me hicieron entender que el canal lo manejan los regantes y que mi empresa era la administradora”, comenta.

Los planes no dejan de ser ambiciosos en la localidad de El Cerrito. El proyecto es llegar a las 1.000 toneladas de aceite por temporada.
Los planes no dejan de ser ambiciosos en la localidad de El Cerrito. El proyecto es llegar a las 1.000 toneladas de aceite por temporada.

Una vez que pusimos el plan de acción en marcha, las inversiones se fueron haciendo permanente y de acuerdo a ese plan se fue construyendo una finca modelo con todos los cuidados que indican las practicas agronómicas”. La apuesta por la exportación, que inicialmente representaba el 90% de la producción, se encuentra ahora equilibrada con una mirada cada vez más fundada sobre el mercado interno argentino. Al que pretenden conquistar entre otros argumentos de alta calidad, con el sello de identificación geográfica (IG Mendoza).

San Gerardo es una de las 25 marcas locales que certificaron su origen con una etiqueta de validez mundial, que garantiza la calidad mediante el cumplimiento de estrictas medidas de seguridad y de control. “A San Gerardo, quiso la suerte o el destino... la verdad, que no se. Me había ofrecido El Quemado, una estancia de 450 mil hectáreas, que, para poder recorrerla con un gran amigo, tuvimos que contratar una avioneta. Era grande el negocio, pero me picó el bichito, y le dije a mi amigo, que es ingeniero agrónomo. que si aparecía algo chiquito que podamos explotar juntos... veamos. El que busca encuentra y apareció esta Finca en San Rafael. Era chiquito, tenia el 1% del total de superficie de El Quemado, aquí nos encontramos con una estancia que se llamaba San Gerardo y que se dedicaba a la cría y engorde de ganado”.

“A mi me gusto el nombre San Gerardo porque pienso que los aceites de mayor valor están bajo el nombre del lugar o bajo el nombre de un santo, es una idea me quedó desde mi juventud”. La propiedad cuenta con un parque solar para la extracción de agua, garantizando un riego eficiente en sus 330 hectáreas. Aunque la empresa exporta el 90% de su producción a España y Estados Unidos, su mirada se dirige hacia el mercado interno, aprovechando el actual escenario favorable para las exportaciones de aceite de oliva y comenzó a sentar presencia.

A modo de prueba

“Me interesó entrar en un proyecto distinto, que está relacionado a la tierra”, contó Rimoldi. El empresario, que se dedica al turismo estudiantil desde hace más de 30 años, preside el Grupo Alliance que posee las discotecas Cerebro, Rocket, Genux y By Pass en Bariloche. “Exportamos la producción a granel, el resto vamos ubicándolo en el mercado interno. Además de vender nuestro producto a grandes aceiteras y mayoristas, a modo de prueba, también lo hemos distribuido en algunos restaurantes de Bariloche, donde ha tenido muy buena aceptación”.

La totalidad de la superficie es irrigada por un moderno sistema automatizado de goteo, que recibe agua del sistema de riego provincial y de pozos propios ubicados dentro de la finca, un caudal que se acumula en una represa de 70.000 m3 de capacidad que parece dominar la cabecera de producción. “La variedad de aceituna más predominante es Arbequina, aunque también contamos con sectores plantados con Frantoio, Manzanilla y Nevadillo”.

“Hemos implantado 315 hectáreas con olivos, de las cuales 240 actualmente están en producción", contó Rimoldi.
“Hemos implantado 315 hectáreas con olivos, de las cuales 240 actualmente están en producción", contó Rimoldi.

“La gran amplitud térmica que nos da el Oasis Sur nos permite jugar con una excelente calidad de aceites”, comenta Rimoldi, destacando la singularidad de la región y su capacidad para producir aceites de calidad excepcional. “La Arbequina es un producto noble para nuestra región, que permite soportar mejor las heladas, que en nuestra zona son tremendas. En San Gerardo tenemos callejones de heladas, que en su momento nos hicieron levantar 50 hectáreas de árboles porque se queman. Ahora estamos probando en un corredor la implantación de pistacho y de vid. Este año las heladas nos provocaron pérdidas del 60%, que logramos compensar con el aumento del precio de exportación”.

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