Nueces: arranca la cosecha con buenos precios para exportar

Referentes del sector estimaron que ha crecido no solo la superficie cultivada sino también la que entra en producción. El mercado internacional ofrece buenas oportunidades. Qué sucederá en Argentina.

Preparativos cosecha de Nuez. Foto: Claudio Gutierrez / Los Andes
Preparativos cosecha de Nuez. Foto: Claudio Gutierrez / Los Andes

Todo indica que la producción de nuez estaría ante una buena temporada. Si bien las heladas de octubre causaron pérdidas al momento de la primera floración, las plantas parecen haber compensado con mayores calibres y se espera una cosecha con mejores rendimientos que el año pasado, aunque los productores estén expectantes de las condiciones del clima en las próximas semanas.

Por otra parte, si bien hubo un crecimiento de la superficie implantada con nogales en la provincia, lo que se observa, sobre todo, es la entrada en producción de árboles que se plantaron hace tres años. La principal limitante de este fruto seco para seguir ganando terreno –de hecho, varios pequeños productores vitivinícolas se han reconvertido a este sector- es el acceso al agua, ya que se trata de un cultivo muy demandante de este recurso.

Si bien no es ajeno a los desafíos que presenta la macro economía, como la inflación y el atraso cambiario, las perspectivas para la exportación son favorables, ya que el precio en los mercados internacionales se mantiene relativamente estable y Estados Unidos, el principal productor mundial, no ha tenido un sobrestock, como sucedió el año pasado, por lo que en el mundo se está esperando la nuez de contra temporada.

Juan Giugno, ingeniero agrónomo que asesora a varias empresas en la producción de nogales, considera que este año los rendimientos serán mejores que los de 2021 en la mayoría de las fincas, ya que ha habido muy buenos cuajes, lo que ha permitido tener más kilos por hectárea y muy buenos calibres.

En cuanto a los motivos, indicó que en algunas zonas frías se produjeron heladas en los primeros días de octubre, pero que esto no causó afectación porque quemó los brotes apicales (principales), mientras luego el resto brotó y cuajó muy bien. Por otra parte, sumó que no se ha tratado de un ciclo estresante, por lo que la planta ha estado cómoda y hoy se evidencia en los calibres que están observando.

Giugno explicó que, en algunas propiedades el granizo ha provocado daños, ya que en enero se produjo una tormenta muy fuerte en la zona de La Carrera y Gualtallary, con piedra del mismo tamaño que las nueces, por lo que, en esos lugares, hubo pérdidas del 30%; pero resaltó que se trató de un fenómeno acotado. De hecho, a partir de mediados a fines de diciembre, las nueces casi no son susceptibles al daño por granizo (del diámetro habitual), debido a que tienen, por fuera de la cáscara, un recubrimiento blando que las protege.

Sumó que la cosecha se ha anticipado una semana, porque ya empezó en algunas fincas, y adelantó que, de sostenerse las buenas condiciones del clima, tendrán una muy buena calidad para el proceso industrial. Se debe recordar que la nuez, una vez recolectada, se seca para reducir el porcentaje de humedad –que suele rondar el 40% cuando se saca de la planta- a un 8%, de manera de evitar la proliferación de mohos durante el guardado, que pueden generar toxinas.

Una de las que ya comenzó la recolección es la empresa Uco Nuts. Rodrigo Reina detalló que estiman que estarán cosechando hasta fines de abril, porque tienen unas 250 hectáreas cultivadas con nogales, distribuidas en distintas fincas con condiciones diversas, lo que les permite ir escalonando el proceso no solo de cosecha, sino, sobre todo, de secado.

Reina resaltó que este año no sufrieron daños climáticos, como sí sucedió en otras zonas, por lo que tendrán una producción completa. Respecto de la calidad del producto final, indicó que depende mucho de que el clima esté seco al momento de la cosecha. De ahí que lo fundamental sea sacar la fruta de la planta lo antes posible y secarla, para después, a lo largo del año, seleccionarla, procesarla y comercializarla (ellos venden tanto nuez con cáscara como partida).

Manuel Viera, coordinador de la Asociación de Frutos Secos de Mendoza, indicó que este año hubo un crecimiento en la superficie cultivada con nogales en la provincia –el censo de 2018 estableció que había unas 5 mil hectáreas-, pero que, sobre todo, han entrado en producción las plantaciones que se realizaron hace tres años (es el tiempo que demoran las nuevas plantas en empezar a dar frutos).

Viera señaló que las heladas de principios y mediados de octubre causaron problemas de floración y cuaje, pero que los productores que plantearon que habían tenido pérdidas en torno al 30% lo hicieron de manera temprana, ya que el nogal suele recuperar con segundas flores y con más crecimiento del calibre en los frutos que quedan, lo que permite compensar en parte los kilos perdidos. También consideró que podría haber una mayor dispersión de calibres, por este mismo motivo. Sumó que esperan que se mantengan las condiciones actuales durante abril, para que la cosecha sea lo más seca posible.

Precios y mercados

A diferencia de lo que sucede con la almendra, que Argentina aún debe importar porque la producción local no alcanza, en el caso de la nuez se cubre la demanda del mercado interno y se exporta. Viera detalló que algunos destinos –como Italia, Turquía y Oriente Medio- compran la fruta con cáscara, mientras otros –principalmente Brasil- prefieren la nuez pelada o mariposa. En las últimas dos temporadas, se vendieron al exterior unos 9 millones de kilos.

En cuanto a las perspectivas para la actual, planteó que, a nivel internacional, las condiciones son muy inciertas por el conflicto bélico, pero que el mercado se está moviendo bien y ya se ha consumido casi todo lo que produjo el hemisferio norte, por lo que se está esperando la cosecha de contra estación. Por otra parte, otra buena noticia para los productores locales es que Estados Unidos no ha tenido un sobrestock como el año pasado, lo que hace que el panorama esté más despejado.

Rodrigo Reina comentó que, con el emprendimiento familiar, llevan unos 20 años en el mercado exportador y que suelen dedicar un 60% de su producción anual –que en 2022 alcanzaría el millón y medio de kilos- al mercado externo y un 40% al local aunque en cada temporada los porcentajes varían según las condiciones.

Reina detalló que en el mercado internacional los precios están muy competitivos y que los determina California (Estados Unidos), en función de que le haya quedado parte de su producción del año anterior. Estimó que serán muy similares a los de temporadas pasadas, aunque el retraso cambiario juega en contra de los productores argentinos y los obliga a ser más eficientes, porque la rentabilidad es cada vez más ajustada. Pese a eso, reconoció que es uno de los pocos cultivos que arroja un margen.

De todos modos, advirtió que, como consecuencia de las dificultades logísticas, se está vendiendo más a valor FOB (Free On Board o Libre a Bordo) que CIF (Cost Insurance and Freight o Costo de flete y seguros), como era habitual. En el primer caso, el importador es el que se hace cargo de todo el proceso de transporte, seguros y de velar por la seguridad de la mercadería.

Por otra parte, explicó que, si bien se trata de un fruto seco, es en fresco y que los productores locales juegan con la contra estación, por lo que los compradores quieren que les llegue en cierto momento ya que, al final de la temporada, empieza a ingresar la nuez del hemisferio norte. De ahí que resulte crítico que el producto arribe a destino en el momento justo.

En QNuts, una empresa de capitales misioneros que desembarcó en Los Sauces (Tunuyán) en 2016, el 80% de lo que cosechan tiene como destino el mercado externo, ya que nació como un emprendimiento que apunta a convertirse en un polo exportador. Sebastián Fogal, gerente agrícola del proyecto que hoy tiene 140 hectáreas cultivadas -de un total proyectado de 500-, expresó que se destinan al consumo interno las nueces de calibres más pequeños, porque los mercados internacionales buscan las más grandes.

En este sentido, detalló que los dos atributos principales que se vinculan a la calidad de este fruto seco son su tamaño y el color de la pulpa: mientras más blanca es la piel –lo que se conoce como extra light-, más apetecible resulta para los compradores externos. En cuanto a los precios, indicó que una de un calibre 36, con cáscara, puede rondar los U$S 3,80 a U$S 3,90 el kilo (precio CIF).

El mercado más atractivo, señaló, es el de Italia, donde se valora mucho la calidad de la nuez argentina, pero acotó que España cada vez está comprando más y que también han recibido consultas de potenciales clientes de los Emiratos Árabes. Fogal añadió que este año estuvieron con un stand propio en una feria internacional de alimentos en Oriente Medio y se sorprendieron de la cantidad de hindúes interesados en importar este fruto seco, lo que abre un potencial muy grande. Resaltó que en 2021 fueron la primera empresa argentina en abrir el mercado de Perú.

Giugno, en tanto, manifestó que, con las dificultades logísticas y la guerra, este año las operaciones aún no se han definido y es de esperar que algunos mercados, como el de Rusia, se caigan. Por otra parte, planteó que los fletes se han encarecido, mientras los precios serán similares a los de 2021 (entre U$S 2,60 y U$S 3,40, según el calibre). Pero subrayó que el mercado interno siempre ha funcionado bien y que podría mejorar un poco Brasil.

El agua como techo

Hace unos ocho años, comenta el coordinador de la Asociación de Frutos Secos de Mendoza, la producción de nueces y almendras en el país era liderada por Catamarca y La Rioja. Sin embargo, la provincia logró convertirse en el principal productor y exportador. Por otra parte, cada vez aparecen más empresas en el rubro con perfil exportador y pequeños productores se animan a vender una parte al exterior, lo que consideró importante porque el consumo en el mercado interno no crece al mismo ritmo que la producción provincial, mientras que sí se puede responder a la explosión mundial ligada a la apertura de grandes consumidores como India y China.

El promedio de las superficies en la provincia es de 7 hectáreas, lo que permite tener una producción rentable si se asocia a un paquete tecnológico, de nuevas variedades y un aumento en la densidad de plantación. De hecho, indicó que casi no quedan ya marcos de 10 metros por 10 metros, sino que cada vez son más frecuentes los de 7 por 6 e incluso 7 por 4.

El hecho de que este tamaño de finca sea rentable, sumó Viera, es lo que ha favorecido la reconversión de productores frutícolas o vitivinícolas al cultivo de frutos secos, ya que para el secado no se necesita invertir en infraestructura como en el caso de una bodega o una planta industrial, y la producción se puede ir comercializando a lo largo del año.

Sin embargo, la limitante es el agua, ya que para regar una hectárea con nogales se necesita el doble del recurso hídrico que para una de viñedos, porque los árboles pueden alcanzar los 12 metros de altura y tienen un denso follaje. De ahí que los nuevos emprendimientos, como QNuts, recurren al riego por goteo y, en el caso de la finca en Los Sauces, han sumado un reservorio con una capacidad de 60 millones de litros.

Juan Giugno indicó que la superficie cultivada con nogales venía creciendo a un ritmo de 300 hectáreas por año en todo el país, pero que algunas inversiones están frenadas porque no tienen permiso para perforar y seguir plantando. Asimismo, indicó que hacer un buen uso del recurso hídrico, con riego presurizado, es fundamental para alcanzar buenos rendimientos.

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