Durazno en fresco: a pesar de las heladas, el IDR espera una cosecha similar a 2022

Para esta entidad estatal, la producción no tendría grandes variaciones con respecto al año pasado, pero sería una cosecha menor al promedio de las últimas cinco temporadas. El impacto de la falta de agua y una propuesta para ayudar a combatir las heladas.

El sector del durazno para consumo en fresco atravieza una nueva cosecha con varios interrogantes
El sector del durazno para consumo en fresco atravieza una nueva cosecha con varios interrogantes

La temporada de durazno para consumo fresco se perfila con características muy similares a la anterior, incluso a pesar de las heladas tardías que afectaron a miles de hectáreas de montes frutales. Según el pronóstico del Instituto de Desarrollo Rural (IDR), se espera una cosecha con un volumen parecido: 47.835 toneladas estimadas en una superficie total de 3.653 hectáreas, mientras que en 2022 la cosecha había sido de 47.347 toneladas. Aún así, se trata de valores por debajo del promedio de los últimos cinco años (59.225 toneladas).

No hay consenso frente a los números, y para el presidente de la Asociación de Productores y Exportadores de Frutas Frescas de Mendoza (Aspeff) y productor de durazno en fresco, José Luis Navarro, la producción va a ser menor. “Hubo un daño por heladas interesante, del 30 al 40%”, consideró, y detalló que incluso en algunas zonas del Valle de Uco, el daño fue entre 70-80%. En el Valle de Uco se encuentra cerca de la mitad de la producción, mientras que en el Sur de la provincia está el 29% de la superficie.

Otros productores consultados coincidieron que la afectación por las heladas fue importante. Marcelo Barceló, productor de durazno para fresco y pera del Valle de Uco, señaló que “las heladas pegaron bastante fuerte” y “las principales variedades afectadas fueron las más tempranas”. Sin embargo, Barceló coincidió con el pronóstico del IDR al expresar: “Veo un año muy similar al 2022. Hay que tener en cuenta que nos afectó mucho la helada, mucho de ese durazno se descartó en el raleo. El que salvó la producción va a tener rendimientos normales”.

Para “salvar la producción” de las heladas, lo más usual en este cultivo es la quema de combustibles. “Esto permite afrontar las heladas extensas, si se tienen los tarros necesarios por hectárea”, explicó Barceló. Otros sistemas son con tachos con leña o con riego por aspersión subárboreo. Según el productor, en noviembre este sistema tenía un costo entre $180.000 y 200.000 por hectárea por noche, noviembre del 2022, siendo este uno de los principales costos. Por la alta incidencia de las heladas, entre un grupo de productores del Valle de Uco armaron una propuesta para adquirir fuel oil sin impuestos, para combatir heladas (ver aparte).

Vale tener en cuenta que Mendoza es la segunda zona productiva en importancia en Duraznos Frescos y se cultiva un gran abanico de variedades, lo que permite cosechar duraznos y nectarines desde fines de noviembre hasta principios de marzo.

Costos en alza y precios sin referencia

Según el titular de Aspeff, el costo de producción, incluida la cosecha, se encuentra entre 1.000.000 y 1.200.000 pesos por hectárea. Además del alto costo de la lucha activa contra las heladas, para Navarro la electricidad es otro costo importante.

“La energía pasó de ser un costo marginal, entre un 15 y un 20% del costo de producción, a un porcentaje que resalta en la planilla de costos”, coincidió Barceló. “Hoy es común ver boletas de un millón de pesos o más, mensual. Le han ido sacando una parte del subsidio. Deberían haber sido más cuidados con la quita de subsidios para la energía productiva (cuando es la única posibilidad de regar)”, detalló.

Entre otros costos destacados, este productor valletano mencionó las labores culturales como poda, raleo, movimiento de suelo. También la fertilización y pulverización son parte importante del costo de producción. “Hay una parte de insumo importado que no es al dólar oficial. En el tema de los abonos, Ucrania es un gran jugador y se notó la escasez”, añadió.

Respecto a la cosecha, para Barceló se repite la misma situación que en otras economías regionales, ya que “es muy difícil conseguir mano de obra, pero se usa mucho la figura del cuadrillero que consigue la gente para cosechar distintos frutos”. Entre las dificultades de la época de cosecha, mencionó que “hay que hacer un alta temprana todos los días en zonas donde no hay ni señal de celular” y agregó que “las economías regionales deberían tener una ley de contrato distinta y un régimen fiscal distinto”.

En cuanto a los precios, Navarro señaló que “han subido más del 100%, se mantienen estables”. Sin embargo, aclaró que “el que maneja el precio es Buenos Aires, ya que en San Pedro hay una zona interesante de producción de durazno y allí también hubo problemas para producir, como heladas”. San Pedro es la primera zona productiva de este cultivo, mientras que Mendoza es la segunda. Al momento, el titular de Aspeff indicó que “el mercado interno está respondiendo bien”.

Por su parte, Barceló indicó: “Hemos perdido los marcos de referencia. Nosotros vamos al mercado y el precio lo pone el mercado”.

Mendoza es la segunda productora de durazno para fresco
Mendoza es la segunda productora de durazno para fresco

Impacto de la falta de agua

La crisis hídrica que afecta a toda la provincia también tiene su impacto en el cultivo de durazno en fresco. Como explicó Barceló, “otro punto problemático es la falta de agua, por lo que hay menos tamaño y calidad”.

Según el productor, en el Valle de Uco gran parte de la producción tiene riego presurizado. “Hoy no hay posibilidades de producir si no estás medianamente tecnificado. Con la escasez de agua que hay, antes de plantar hay que pensar en un sistema de riego que permita una plantación uniforme. Hay que ser eficientes por la escasez de agua”, subrayó.

Desde el IDR, indicaron que este esta situación se viene dando desde hace muchos años. La ingeniera agrónoma Cecilia Fernández explicó que la emergencia hídrica afecta directamente al tamaño de la fruta.

“Los duraznos, sobre todo, tienen muy marcadas las dos etapas de crecimiento: una primera etapa en la que crece rápido por la división celular, luego se ameseta la curva mientras endurece carozo, y luego vuelve a crecer. Ese segundo crecimiento está muy estimulado por el agua, porque es la etapa de agrandamiento celular para llegar al máximo tamaño. La falta de agua en ese momento es crucial y está relacionado a los momentos de máxima temperatura”, explicó Fernández.

“Particularmente en los últimos años, se ha notado que el verano comienza temprano con calores fuertes en noviembre, lo que produce afectación en las plantas. Sumado a la falta de agua por la crisis hídrica y periodos de riego cada vez más extendidos, no alcanza. Eso sí influye directamente en el tamaño de la fruta”, concluyó la técnica del IDR.

Subsidiar la lucha activa contra heladas

La helada es uno de las principales contingencias a considerar y así lo señala el documento del IDR “Matriz Productiva para Mendoza” (del 2019) en el capítulo de este cultivo: “La producción de durazno para consumo en fresco en la provincia de Mendoza se ve afectada principalmente por las contingencias climáticas de cada año, como la helada, que es la responsable de las mermas de producción de los años en que esta se ha visto reducida notablemente, por lo que es de gran importancia considerar a la hora de calcular los costos de producción, la lucha activa contra heladas”.

Según ese informe, “en producción primaria es altamente sensible a los daños climáticos, como helada y granizo”. Cecilia Fernández, técnica el IDR, agregó que “en los últimos 5 años estamos en un ciclo importante de heladas que vienen golpeando fuertemente al sector productivo frutícola”. Esto afecta a durazno para fresco, durazno para industria (Mendoza es la principal provincia productora del país), pera, ciruela y otros frutales.

Ante esto, productores del Valle de Uco elaboraron un proyecto para poder disminuir el costo de la lucha activa contra las heladas. La propuesta consiste en adquirir fuel oil sin impuestos, en función de la superficie de hectáreas de cultivo de cada uno, de manera tal de bajar el costo de la quema de combustible.

Según indicó el productor Marcelo Barceló, este proyecto fue presentado a Gabriela Lizana, funcionaria del Ministerio de Economía de la Nación donde ocupa la dirección de Bice Fideicomisos SA, a fines de octubre pasado. Ante la consulta de este medio, la funcionaria confirmó haber recibido la iniciativa (”es un proyecto muy interesante”), y estaba en análisis, pero llegaron las heladas más fuertes y desde entonces el foco ha estado en ese otro lugar. Lizana afirmó que “lo tenemos trabajado en gran parte para el próximo año”, con planteos a la Secretaría nacional de Energía, y “se está pensando en un fondo rotativo también para ese sector”, una idea que también incluía el proyecto.

En el documento que presentaron los productores, se señala que una labor cultural para enfrentar a las heladas es generar calor, cambiando el microclima del monte frutal, basado en la devolución de kcal/hora al medio ambiente equivalente a las que se pierden por el clima en ese momento crítico.

“La técnica más usada es la de generar estas Kcal/hora mediante la combustión de diferentes tipos de hidrocarburos, en diferentes tipos de recipientes (8 litros, 10 litros, 20 litros), los cuales nos reflejan diferentes rendimientos, por ende, diferentes kcal/hora según el recipiente seleccionado y el tipo de combustible a utilizar, el cual tiene el mismo grado de importancia para hacer el cálculo de las kcal/hora a devolver”, detallaron. Se calcula 120 recipientes/hectárea, a razón de 2.5 litros hora de consumo por recipiente. Si se piensa en una hectárea de durazno que se debe defender durante 5 horas a una temperatura de -2,5°C, se necesitarían 1.500 litros de fuel oil.

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