Cómo impactan las trabas a las importaciones en la producción de alimentos

Desde hace varios meses, las dificultades para traer ciertos insumos desde el exterior afecta al sector productivo. De qué manera influye en la elaboración de productos alimenticios.

El sostenimiento de las limitaciones para importar va ampliando el universo de los sectores productivos nacionales que se ven impactados por la falta de insumos. Desde el de la producción de alimentos ya habían expresado su preocupación, pero ahora se suman otros faltantes, como el de vitaminas para los pollos y el del recubrimiento para chorizos y salchichas.

Desde hace varios meses, los agroindustriales mendocinos vienen mencionando complicaciones para conseguir determinado tipo de envases -como las latas con “abre fácil”-, ciertas tintas para las etiquetas, barricas para la elaboración de vino y determinados químicos, por solo mencionar algunos. Esto, además de maquinarias, repuestos y neumáticos para vehículos pesados.

Y si bien en algunos casos el endurecimiento de los requisitos para importar ha provocado que no consigan ciertos insumos claves, en otros acceden al producto, pero a un precio mucho mayor. Fabián Ruggeri, presidente de Acovi (Asociación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas), comentó que pensaban que iban a tener problemas para conseguir fertilizantes y herbicidas. Sin embargo, después de un aumento de un 100% en el precio en dólares aparecieron “mágicamente”. Luego de la suba, resaltó, no hubo ningún limitante en cantidades ni calidades de estos químicos.

Antonio Olmo, de Avícola Luján, señaló que está complicada la importación de diversos elementos, como maquinarias, vitaminas y aminoácidos. Y sumó que no es que se importan, por ejemplo, unos pocos kilos de metionina -que se utiliza para favorecer el crecimiento de las aves de corral-, sino que son toneladas, por lo que, a la hora de hacer el pago, la situación es compleja.

De todos modos, señaló que él le compra a los importadores, que son quienes deben realizar el trámite, y hasta ahora no ha tenido dificultades para conseguir el insumo; sobre todo porque sus volúmenes son pequeños en comparación con otras empresas.

Asimismo, señaló que, por la sequía, el precio de los cereales ha subido muchísimo y los productores apícolas y ganaderos están trabajando sin margen. Pero, además, se está tornando difícil conseguir alimento para los animales y se mostró preocupado por la posibilidad de que, más adelante, no haya.

Por otra parte, comentó que, en el recorrido que hacen las camionetas de la avícola por distintas partes de la provincia, se encuentran con productores que han tenido pérdidas por las heladas, mientras que el valor de la producción está muy bajo. Para ilustrarlo, señaló que el kilo de ajo se está pagando a $25 o $30. Y esto, indicó, repercute en toda la economía, incluido el consumo de pollo.

Desde la Cámara Argentina de Empresas de Nutrición Animal expresaron la semana pasada que están atravesando una situación de desabastecimiento de materias primas para fabricar y proveer de todos los alimentos que consumen los animales, tanto los de producción de carne (vacuna, aviar, porcina) o de lácteos, o huevos, como las mascotas, se evidencia en una nota de Clarín.

Y la Cámara Argentina de la Industria de Chacinados y Afines anunció recientemente que, debido al “cepo a las importaciones que se aplica a los insumos básicos e insustituibles para elaborar embutidos cocidos, secos y frescos”, se verán obligados a discontinuar la producción. En el mismo artículo periodístico se menciona que hay faltante de tripas sintéticas y naturales, que se utilizan en la elaboración de chorizos y salchichas.

El empresario mendocino del sector de la carne José Brizuela señaló que él elaboraba embutidos, pero ahora los compra y que su proveedor no le ha manifestado que tenga problemas. Explicó que, en el pasado, se utilizaba la tripa del mismo cerdo, pero ahora se tira y se utiliza un material sintético. “Me quedo con la tripa original”, lanzó antes de detallar que la que se usa ahora es más económica y es más sencilla de colocar en las máquinas. El principal inconveniente, señaló, es que para usar la tripa de cerdo se necesita de una persona que la limpie y sepa utilizarla, y como el costo de la mano de obra es tan alto en el país, es más barato traer de afuera la sintética.

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